Pastor David Jang – Esaú y Jacob

  1. El contraste entre Esaú y Jacob
    El capítulo 25 de Génesis, sobre el que predicó el Pastor David Jang, es un pasaje muy importante que muestra cómo nacieron los dos hijos de Isaac —y nietos de Abraham—, Esaú y Jacob, y cómo sus vidas tomaron rumbos divergentes. Si observamos este texto, vemos la historia de Esaú, quien poseía la primogenitura, y de Jacob, quien, aunque nació detrás de Esaú, terminaría recibiendo finalmente la bendición del primogénito. En la sociedad nómada del antiguo Cercano Oriente, el primogénito ocupaba una posición crucial para liderar al clan, heredaba gran parte de las posesiones y ejercía un papel simbólico como guía espiritual y moral de la familia. Por eso, la manera en que se entiende la primogenitura, así como la forma de conservarla o perderla, constituye un relato cargado de dramatismo, que hoy día también nos deja importantes enseñanzas.

Desde su nacimiento, Esaú y Jacob muestran rasgos contrastantes. Esaú nació con la piel rojiza y cubierto de vello, razón por la cual más tarde recibió el apodo de “Edom” (que significa “rojo”). Él era diestro en la caza y se desenvolvía activamente en los campos. Por su parte, la Biblia describe a Jacob como alguien relativamente tranquilo, que prefería habitar en las tiendas (Gn 25:27). Pensando en el entorno de los pueblos nómadas, podría decirse que Esaú tenía el “perfil típico de un primogénito”, pues obtenía alimentos cazando en el campo para su familia. De hecho, él nació primero que Jacob, por lo cual social y culturalmente le correspondía ser el primogénito. Además, Isaac sentía predilección por Esaú, ya que le gustaba el sabor de la caza que su hijo traía a casa (25:28). Sin embargo, este pasaje demuestra de forma dramática que la primogenitura no depende únicamente de “quién nace primero”.

El momento en que el destino de Esaú y Jacob da un giro decisivo se ve claramente a partir de Génesis 25:29. Esaú, que volvía exhausto de cazar, estaba muy cansado y pidió un plato de “aquello rojo” que Jacob había cocinado (25:30). Aquí es necesario prestar atención a la actitud de Jacob. Aunque la Biblia lo presenta como alguien tranquilo que permanecía en la tienda, parece evidente que su interés por la bendición y la primogenitura era muy grande. Probablemente, mientras Esaú se afanaba por proveer alimento a la familia cazando, Jacob dedicaba su tiempo dentro de la tienda a lo que podía hacer, preparándose y observando. Por eso, cuando Esaú le suplicó que le diera de ese “guiso rojo”, Jacob no se limitó a complacerse en darle comida; fue más allá y exigió a cambio la primogenitura. No parece que esta propuesta haya surgido de improviso. Tal vez Jacob había estado acechando la oportunidad durante mucho tiempo. Y al fin, en el momento crucial, cuando Esaú estaba extremadamente hambriento y fatigado, Jacob reclamó su derecho a la primogenitura.

La frase de Esaú, “He aquí, me voy a morir; ¿de qué me servirá la primogenitura?” (25:32), fue la expresión imprudente que marcó su destino. Puede que en un sentido humano sintamos cierta compasión por Esaú, tan hambriento y exhausto tras la cacería. Pero la Biblia dice acerca de ese suceso: “así menospreció Esaú la primogenitura” (25:34). Ante la necesidad inmediata de saciar su hambre, Esaú descartó sin más uno de los valores espirituales e históricos más preciados. Aquí surge la pregunta: “¿Cuán valiosa consideraba Esaú la primogenitura?”. La primogenitura no era solo el derecho a heredar bienes o a representar a la familia de forma simbólica; en el contexto de Génesis, también implicaba heredar el pacto de Dios, la bendición comenzada con Abraham. Con todo, Esaú entregó aquel valioso derecho a cambio de un simple plato de guiso rojo para mitigar su hambre.

Para Jacob, la primogenitura era de suma importancia. Tenía una fuerte determinación de no dejar escapar la bendición. Es verdad que, desde el punto de vista moderno, la actitud de Jacob puede leerse como un engaño a su hermano. Más adelante, cuando Isaac, ya anciano y con la vista débil, pretendía dar la bendición final, Jacob se disfrazó de Esaú siguiendo el consejo de Rebeca y recibió así la bendición de su padre (Gn 27). A ojos humanos, esto puede calificarse de astucia o incluso fraude. Pero en el conjunto del libro de Génesis, este hecho demuestra la profunda añoranza de Jacob por la intervención y la obra de Dios en su vida.

El Pastor David Jang destaca en su predicación de este pasaje que la historia de Dios no se decide por un “fatalismo” inalterable, sino que pasa por un proceso claro de elección y determinación. Aunque Esaú tenía el “título” de primogénito, si en su interior no había disposición para heredar el pacto de Dios y las bendiciones familiares, esa bendición podía pasar a otra persona. En contraste, si alguien aparentemente carente de grandes habilidades o atractivo personal, como Jacob, valora la bendición de Dios y la persevera con toda su pasión y decisión, entonces el obrar de Dios puede manifestarse en él.

Esta posibilidad de que “quien fue bendecido pierda la bendición y quien parecía no tenerla la reciba” nos lleva a examinar diariamente nuestra postura espiritual. Puede verse como si Esaú hubiera vendido su primogenitura por un único error momentáneo, pero quizás su actitud interior respecto a la primogenitura ya estaba degradada. Jacob, mientras tanto, cuidaba la tienda y preparaba el guiso: era quien permanecía cuidando “el hogar de la familia”. La Biblia no describe detalladamente qué pensaba Jacob en ese tiempo en que Esaú estaba en el campo. Sin embargo, se deduce que Jacob tenía un gran interés por la primogenitura, el cual se reveló en ese “instante determinante”.

También en nuestro peregrinaje de fe de hoy, se presentan situaciones similares. A veces parece cuestión de “destino” que todo cambie repentinamente, o que “mi derecho legítimo” no se cumpla. Pero la Biblia no lo atribuye solo al destino, sino que explica que en esos sucesos inciden nuestras decisiones y Dios actúa en consecuencia. Así como Esaú sucumbió a su hambre momentánea, nosotros también con frecuencia podemos desechar lo espiritual por ceder a la tentación o a la necesidad tangible del presente. Aunque tengamos mucha hambre y pensemos que “podríamos morir”, el ejemplo de Jacob nos enseña que es vital mantener la confianza en el pacto de Dios.

El Pastor David Jang insiste en que no malinterpretemos este relato. Probablemente Jacob no preparó un solo plato de lentejas con la intención de engañar a Esaú, sino que, durante largo tiempo, se había dedicado a cuidar la tienda, a sostener a la familia y, dentro de sus posibilidades, habría esperado “su oportunidad”. Es posible que Esaú, por su parte, no solo estuviera agotado y hambriento en un momento puntual, sino que ya arrastraba un hábito de despreciar la bendición de Dios. Por ello, la Biblia no narra solo que “Jacob engañó a su hermano para robarle la bendición”, sino que recalca claramente: “así menospreció Esaú la primogenitura”. En esta afirmación se ve la justicia divina: la bendición no se otorga a quien no valora ni asume la responsabilidad espiritual que conlleva. Si no se tiene la preparación ni la actitud debida para heredar la bendición, esta acaba pasando a otro.

El comportamiento de Esaú y Jacob en torno a la primogenitura no afectó únicamente sus vidas personales. Afectó a todo un pueblo y, en última instancia, se conectó con el plan de salvación de Dios para la humanidad. Que Jacob pasara a ser llamado “Israel” y se convirtiera en el padre de las doce tribus no fue casualidad. A través del contraste entre Esaú y Jacob queda patente que el pacto de Dios no se basa únicamente en la apariencia externa de “quién es el primogénito”, sino en quién lucha y guarda con esmero ese tesoro espiritual.

Hoy día también se nos presenta cotidianamente la disyuntiva “entre ser Esaú o ser Jacob”. ¿Cederemos como Esaú ante el hambre o la tentación instantánea, despreciando la primogenitura y vendiéndola como si fuese algo sin valor? ¿O nos aferraremos a las promesas de Dios y permaneceremos fieles aunque pasemos hambre y dificultades? Ese es el interrogante que debemos plantearnos. Y la actitud o determinación no surge de la nada, sino que se forja en nuestros hábitos diarios y en nuestra postura de fe. Es lo que finalmente “determina nuestro destino”. Pero, si somos precisos, no es un destino fatalista, sino una obra de Dios que se produce mediante nuestra decisión activa.

De esta forma, Gn 25:27-34 nos brinda una pista para responder a la pregunta: “¿A quién le corresponde la obra salvadora de Dios?” Jacob puede parecer astuto o engañador, pero en lo profundo de su ser ardía el deseo de no dejar escapar la bendición de Dios. Esaú, en cambio, solo se centró en satisfacer su apetito momentáneo, y por ello perdió lo que era más valioso. Nosotros, como cristianos, también nos vemos a diario ante esta misma encrucijada. Tal como indica el Pastor David Jang, si no soltamos los valores espirituales, podremos participar de la bendición que recibió Jacob.

  1. La obra de Dios y la sucesión de la fe
    Cuando Esaú renunció a su primogenitura por el hambre, Jacob adquirió el título de primogénito. Pero ahí no terminó todo. Necesitaba no solo el título, sino la bendición efectiva que vendría de los labios de Isaac. Por eso Jacob y Rebeca volvieron a tomar una decisión drástica. Cuando Isaac, ya con la vista debilitada, mandó a Esaú a cazar y preparar un guiso delicioso, Rebeca actuó con rapidez e instó a Jacob a preparar un guiso con cabritos. Jacob se vistió con las ropas de su hermano y cubrió sus brazos con piel para engañar a Isaac (Gn 27). Desde una perspectiva humana, está claro que esto fue un engaño. Sin embargo, Dios usó incluso este proceso como “el medio para que la bendición recayera en Jacob”.

El Pastor David Jang presta especial atención al estado interior de Jacob en este episodio. Jacob no era velludo como Esaú. Ante la propuesta de Rebeca, temió ser descubierto y maldecido por su padre (Gn 27:12). Al final, aunque tenía miedo, obedeció a su madre y actuó. Así vemos que Jacob era alguien con muchas debilidades. No era un hombre resuelto y valeroso desde el principio. Pero tenía un punto fuerte: su apego inquebrantable a la bendición.

Un factor fundamental aquí es la ayuda de Rebeca. Jacob logró recibir la bendición no gracias a su sola astucia o esfuerzo, sino gracias a la intervención sabia de Rebeca. Esto es análogo a la “transmisión de la fe” en una comunidad espiritual. Cuando un nuevo creyente llega a la iglesia, sin la guía y el apoyo de hermanos o líderes con más experiencia, su crecimiento se dificulta. Si Jacob no hubiera contado con la sabiduría de su madre, quizás ni siquiera habría intentado suplantar a su hermano, o podría haber sido descubierto y castigado. Sin embargo, con la ayuda de Rebeca, Jacob logró obtener la bendición.

Puede surgir la pregunta: “¿Por qué la obra de Dios se lleva a cabo de manera tan engañosa?”. Pero la Biblia muestra repetidamente que Dios interviene incluso en la historia llena de errores y pecados humanos, y a través de situaciones complejas —como el error de Esaú, la obstinación de Jacob, la parcialidad de Rebeca e Isaac—, hace que el pacto se cumpla finalmente en Jacob.

¿Por qué Esaú cometió tal imprudencia? Génesis 25:34 lo expresa con claridad: “así menospreció Esaú la primogenitura”. Esta frase describe su estado espiritual indiferente. Más adelante, cuando descubre que Jacob ha recibido la bendición de su padre, llora pidiendo a Isaac que también lo bendiga (Gn 27:34), pero ya es demasiado tarde. Desde el momento en que vendió su primogenitura y, definitivamente, desde que Isaac pronunció la bendición sobre Jacob, ya no había vuelta atrás. No se puede atribuir meramente a “la elección unilateral de Dios”; la falta de disposición interna de Esaú para recibir y responsabilizarse de la bendición pesa mucho en el desenlace.

Podemos comparar esto con el relato de Caín y Abel en Génesis 4. Ambos nacieron de los mismos padres, pero el conflicto surgió al ofrecer sacrificios a Dios. Caín era labrador y Abel, pastor de ovejas. La Biblia señala que Dios se agradó de la ofrenda de Abel pero no de la de Caín (Gn 4:4-5). Existen diversas interpretaciones sobre el motivo, pero en última instancia, el problema era la actitud de Caín. Dios le advierte: “El pecado está a la puerta, te codicia, pero tú debes dominarlo” (Gn 4:7). Sin embargo, Caín se deja arrastrar por la ira y mata a su hermano Abel. Así pierde también la bendición y se aleja del pacto divino. Hay un paralelismo con Esaú y Caín en cuanto a que ambos eran “hermanos mayores”. Pero los dos tuvieron fallas en su actitud del corazón, perdiendo la oportunidad de ser parte del plan salvador de Dios.

Por otro lado, Abel y Jacob parecen más débiles, pero ante Dios muestran una actitud de fe y un deseo espiritual firme. Especialmente Jacob, quien carecía de cualidades sobresalientes y exhibía un carácter bastante dudoso, sin embargo, se aferró a la promesa y la bendición de Dios con todas sus fuerzas. Esto ofrece un gran aprendizaje para nosotros: ¿cómo puede aquel que recibe la bendición conservarla? ¿En manos de quién deposita Dios su bendición? El Pastor David Jang enfatiza a menudo en sus mensajes que “no existe el fatalismo”. Es decir, nuestra determinación ante Dios y nuestro empeño continuo en actuar y prepararnos son factores decisivos.

En Génesis 25:23, Dios había declarado a Rebeca: “Dos naciones hay en tu seno… y el mayor servirá al menor”. Era una palabra profética dada cuando los gemelos estaban aún en el vientre. Pero no se cumplió de manera automática. Para que esa profecía se materializase, tuvieron que ocurrir acontecimientos acordes y que alguien la abrazara con decisión. Así fue como Jacob compró la primogenitura y obtuvo la bendición de Isaac, convirtiéndose en el receptor de la promesa.

https://www.youtube.com/watch?v=2fuLEttN1gs

Al examinar nuestra vida de fe actual, debemos preguntarnos si no estamos despreciando la bendición y el pacto de Dios como lo hizo Esaú. ¿Nos conformamos con oraciones rápidas al levantarnos, con asistir a la iglesia de forma rutinaria, o vivimos influidos por deseos mundanos y nos decimos: “De todos modos, soy cristiano y estoy bendecido, nada sucederá”? Esaú, con su “me voy a morir de hambre”, actuó con premura y menospreció la primogenitura. Nuestro contexto no es muy distinto. El dinero, el pan, el éxito, el placer… todas son tentaciones inmediatas que amenazan nuestra fe. En esos momentos hemos de comportarnos como Jacob y aferrarnos al valor eterno, por difícil y dura que sea la prueba presente.

El Pastor David Jang enseña que para tener la determinación de Jacob, nuestro viejo yo debe morir cada día. El apóstol Pablo, al decir “cada día muero” (1 Co 15:31) y “con Cristo estoy juntamente crucificado…” (Gá 2:20), no se refería solo a expresiones espirituales, sino a la verdad que debe plasmarse en nuestro vivir diario. Cuando, día tras día, nos negamos a nosotros mismos, renunciamos a la codicia mundana y decidimos obedecer a Dios, nos convertimos en personas que “no pierden la bendición”. Este proceso no es fácil porque, por naturaleza, somos propensos a idolatrar el dinero y el placer. Pero si en lo profundo de nuestro ser mora la experiencia y el gozo de encontrarnos con Cristo, ya no nos someteremos a las cosas del mundo, sino que viviremos en la libertad y satisfacción que solo se hallan en Él.

No olvidemos que Jacob no era perfecto ni valiente desde el principio. Dependió de la orientación de Rebeca y temblaba de miedo a que su padre lo descubriera. Con todo, no dejó de aferrarse a la bendición y confió en la palabra de su madre. Así, finalmente la bendición fue suya. Esto nos hace pensar en las relaciones dentro de la comunidad de fe. Al acercarnos por primera vez al evangelio, sin la ayuda de mentores o líderes espirituales, nos resultaría muy difícil crecer. Pero lo más decisivo es la pasión personal por la bendición. Aunque Rebeca ayudara a Jacob, si él no hubiera albergado un anhelo genuino por la primogenitura, la bendición no se habría cumplido en él.

Lo más importante de este relato es que no se trata únicamente de “qué comieron ese día”, sino de “qué pusieron como prioridad en la vida”. El error de Esaú no fue simplemente comprar un plato de lentejas, sino que, con ello, “vendió la primogenitura”, es decir, “la oportunidad de heredar el pacto divino”. Y la Biblia no lo describe como algo trivial. De hecho, en Hebreos 12:16 se menciona a Esaú como ejemplo de alguien profano que cambió un don sagrado por un placer momentáneo. Ceder ante un deseo pasajero no es un pecado menor: puede implicar un grave fracaso respecto al plan de Dios.

La victoria de Jacob no radica en grandes logros. Desde el principio no tenía nada extraordinario que mostrar. Pero en el instante decisivo se aferró a la primogenitura y, más adelante, incluso se disfrazó para obtener la bendición de Isaac, tras lo cual tuvo que huir de la ira de su hermano y enfrentar muchas adversidades. Fue durante esa huida que Dios se le reveló en Betel (Gn 28), episodio central para que Jacob llegara a ser el heredero del pacto divino. Esto nos recuerda que la obra de Dios no se consuma “en un solo paso”. Aunque Jacob recibió la bendición, su vida no se volvió fácil de inmediato. Tuvo que dejar a su familia y servir a su tío Labán, pasando múltiples dificultades (Gn 29–31). Pero por medio de esas experiencias, Jacob fue madurando hasta convertirse en “Israel”, el nuevo nombre que Dios le daría.

Lo mismo ocurre con la iglesia actual: edificar la congregación y guiar a la comunidad implica enfrentar el cansancio, problemas financieros, complicaciones organizativas y conflictos interpersonales. Y a menudo nos sentimos tentados: “Ya no puedo más, mejor abandono”. En esos momentos hemos de recordar a Esaú. ¿Acaso por resolver un problema inmediato estamos vendiendo el pacto y la misión que Dios nos confió? Como repite a menudo el Pastor David Jang: “Hasta ahora, por más difícil que fuera, nunca vendimos este evangelio, este pacto, esta historia”. Esta firme convicción debería arraigarse también en nuestra propia vida.

Si fracasamos en mantener la primogenitura, las generaciones venideras podrían preguntarnos: “¿Por qué abandonaron ustedes el pacto y la bendición de Dios tan a la ligera?”. Eso sería un desenlace muy lamentable. Jacob, pese a su debilidad y necesidad, nunca vendió lo que más le importaba. Más bien, exigió: “Júramelo ahora. Véndemela. Júrame delante de Dios”. Con esto vemos cuán intensa y sincera era su postura espiritual.

Génesis 25:27-34 describe un “cruce de destinos”. Por un lado, Esaú, quien era el primogénito natural, cede su derecho a cambio de un guiso rojo y ve cómo su suerte cambia radicalmente. Por otro, Jacob, aunque falto de méritos, modifica ese destino gracias a su deseo espiritual ferviente. Desde luego, si vemos la estrategia de Jacob, no es “ideal” en cuanto a métodos. Pero el propósito principal del texto no es juzgar el método, sino señalar “quién anhelaba de verdad la bendición”.

A través de la predicación del Pastor David Jang, comprendemos que la historia de Jacob no es solo un relato antiguo de conflictos familiares, sino que lanza un gran desafío y enseñanza a nuestra fe presente. Primero, debemos desechar la actitud fatalista. Ni siquiera ser “primogénito” basta para heredar automáticamente la bendición. Del mismo modo, no sirve de nada nacer en una familia cristiana o tener años en la iglesia si no valoramos y defendemos por nosotros mismos la herencia espiritual. Segundo, es fundamental “cuidar la tienda”. Jacob prefería estar en la tienda, atender a la familia; esto simboliza “preservar la obra de Dios” y no alejarnos de Su presencia. Tercero, en el momento clave, debemos tener la audacia de decidir. Tal vez Jacob era callado habitualmente, pero fue osado cuando llegó la oportunidad de recibir la primogenitura y la bendición de su padre. Eso lo llevó a la victoria final.

En todo esto, no podemos omitir el aporte de los “padres espirituales” o “transmisores sabios”. Sin la guía de Rebeca, Jacob ni siquiera habría comenzado el plan, o habría enfrentado mayores riesgos. Lo mismo sucede en nuestra vida eclesial: necesitamos el acompañamiento de líderes y mentores de fe. Sin embargo, la última palabra la tenemos nosotros al aferrarnos a la bendición.

El relato de Jacob muestra que Dios elige y bendice a quien Él quiere, y resalta la inmensa valía de esa bendición. Esta no se limita a bienes materiales o éxitos mundanos, sino que abarca la herencia espiritual y la participación en la obra de salvación que se concreta en Cristo. Esa bendición puede ser despreciada y vendida, como hizo Esaú, o, como Jacob, puede ser perseguida con insistencia. Aunque Jacob parezca astuto, su “decisión y obediencia, junto a la recepción de la sabiduría” hace que el pacto divino brille en su vida.

Ese es el mensaje que el Pastor David Jang reitera. Sea en la iglesia o en la vida espiritual personal, hemos de imitar la tenacidad y la determinación de Jacob. La bendición no llega con facilidad, ni se conserva sin esfuerzo. Exige constancia, paciencia y consagración. Y en medio de todo, hemos de “morir día a día” a nuestra vieja naturaleza, apartándonos de las tentaciones e ídolos. La historia de Jacob trasciende la simple narrativa familiar y cultural de su época, pues encierra una profunda reflexión espiritual.

Esaú, por menospreciar su primogenitura, perdió el enorme legado espiritual que podría haber sido suyo. Jacob, en cambio, aprovechó la oportunidad y llegó a ser Israel, el padre de las doce tribus. Recordar este hecho nos ayuda a no renunciar a los valores espirituales por conveniencia temporal. Y también nos da esperanza: si somos débiles pero albergamos en el corazón el deseo de la bendición, Dios puede usarnos. El relato de Génesis 25 no queda como la crónica de un simple conflicto familiar antiguo; se extiende a la genealogía del Mesías y repercute en la historia de salvación universal. Hoy la iglesia está cimentada en este evangelio, y cada uno de nosotros participa de ese pacto por la fe.

El Pastor David Jang recalca que no se trata de “un destino inexorable”, sino de “una determinación de fe”. Aunque Dios había proclamado de antemano “el mayor servirá al menor”, de no haber acogido Jacob esa palabra profética, el desenlace habría sido diferente. Lo mismo ocurre hoy: aunque tengamos grandes promesas y visiones, si no las abrazamos con pasión y determinación, la bendición pasará a otra persona. Este es el claro mensaje bíblico, que se aplica una y otra vez a nuestro diario vivir.

Así, Génesis 25:27-34, el relato de Esaú y Jacob, nos recuerda dos realidades básicas de la fe. Primero, sucumbir a deseos momentáneos —hambre o placeres mundanos— y menospreciar lo espiritual acarrea pérdidas irreparables. Ni las lágrimas de Esaú le devolvieron lo que había despreciado. Segundo, quien, como Jacob, tal vez parezca débil pero decide no soltar la bendición de Dios, puede convertirse en el canal por el cual se cumpla el pacto, pese a sus limitaciones humanas. Si mantenemos presente estas dos verdades, podremos aferrarnos a las promesas divinas en medio de un mundo inestable.

Al fin y al cabo, cada día se presentan momentos de elección. Frente a esas bifurcaciones, debemos recordar la sabiduría y la determinación de Jacob, así como la guía recibida a través de Rebeca. Debemos estar alertas para no dejarnos fascinar por “lo rojo” que brilla ante nuestros ojos. Y, como explica el Pastor David Jang, la obra de Dios no se da de forma automática, sino que sucede cuando respondemos con fe y decisión. Este es el mensaje más esencial y práctico que nos deja la historia de Esaú y Jacob en nuestro tiempo.

www.davidjang.org

장재형목사 – 에서와 야곱

1. 에서와 야곱의 대조

장재형(장다윗)목사가 설교한 창세기 25장은 아브라함의 손자들이자 이삭의 두 아들인 에서와 야곱이 어떻게 태어났고, 그들의 삶이 어떻게 갈림길에 들어서게 되는지를 보여주는 매우 중요한 본문이다. 이 본문을 중심으로 살펴보면, 장자의 명분을 가진 에서와 그 뒤를 이어 태어났지만 결국 장자의 축복을 받게 되는 야곱의 이야기가 전개된다. 고대 근동의 유목민 사회에서 장자는 가문을 이끌어가는 중요한 위치에 있었고, 재산의 상당 부분을 이어받을 뿐만 아니라 가문에서 정신적·영적 지도자 역할을 수행하는 상징적인 존재이기도 했다. 따라서 장자권을 어떻게 이해하고, 또 그것을 어떻게 지키거나 잃어버렸는지에 대한 이야기는 그 자체로 매우 드라마틱하며, 오늘날 우리에게도 큰 교훈을 준다.

에서와 야곱은 태어날 때부터 대조적인 모습을 보여준다. 에서는 피부가 붉고 전신에 털이 많아, 후에 ‘에돔(붉다)’이라는 별명까지 얻게 된다. 그는 사냥에 능숙했고 바깥들에서 활발히 활동하는 사람이었다. 야곱은 상대적으로 조용한 사람이었으며, 장막 안에 거주하기를 좋아했다고 성경은 기록한다(창 25:27). 유목민족의 생활 환경을 생각해 보면, 들에서 사냥을 통해 식량을 구해오는 에서는 ‘전형적인 장자의 모습’을 갖추었다고 볼 수도 있다. 실제로 그는 이삭과 리브가의 쌍둥이 가운데 먼저 태어났으므로, 사회적·문화적으로 장자 자리에 오를 자격을 갖추었다. 이삭도 에서가 사냥해 가져오는 고기를 좋아했기에 그를 편애했다고 한다(25:28). 그러나 장자의 명분이 단순히 “누가 먼저 태어났는가”에만 달려있는 것은 아님을 이 본문은 극적으로 보여준다.

에서와 야곱의 운명이 반전되는 중요한 장면은 창세기 25장 29절 이하에서 극명하게 드러난다. 사냥에서 돌아온 에서는 심히 피곤했다. 그 피곤을 해결하기 위해 야곱이 쑤어 놓은 ‘붉은 것’을 달라고 요구한다(25:30). 여기서 우리는 야곱의 마음가짐을 유심히 볼 필요가 있다. 야곱은 평소에 조용하게 장막을 지키던 인물이었다고는 하나, 축복과 장자권에 대한 관심이 대단히 높았던 것으로 보인다. 그는 이미 에서가 사냥을 통해 가정을 위해 음식을 가져오는 데 집중하는 동안, 장막 안에서 자신이 할 수 있는 일들을 꾸준히 해 왔을 가능성이 높다. 결국 에서가 “붉은 죽 한 그릇”을 달라고 하자, 야곱은 단순히 죽을 주는 것을 넘어 장자권을 달라고 요구한다. 사실 한순간에 그런 제안을 했다고 보기에는, 야곱의 의도가 꽤 구체적이고 계산적이었을 것이다. 그는 오랫동안 기회를 엿보았을지도 모른다. 그리고 마침내 결정적인 순간, 에서가 극도로 배고파하고 피곤해 있는 상황에서 야곱이 장자권을 요구하는 것이다.

에서가 “내가 죽게 되었으니 이 장자의 명분이 내게 무엇이 유익하겠느냐(25:32)”라며 무심코 뱉은 말은 그의 운명을 갈라놓는 치명적 실언이 된다. 굶주리고 지쳐서 사냥에서 돌아온 에서가 그 순간에 얼마나 힘들었는지, 인간적인 차원에서는 어느 정도 동정이 갈 수도 있다. 하지만 성경은 에서의 그 한 마디를 두고 “에서가 장자의 명분을 가볍게 여김이라(25:34)”라고 평한다. 결국 배고픔이라는 일시적 욕구 앞에서 영적·역사적 가치를 가진 장자권을 헌신짝처럼 버린 것이다. 이 대목에서 “과연 에서에게 장자의 명분은 어느 정도의 의미였을까”라는 질문을 하지 않을 수 없다. 장자권은 단지 재산을 물려받는 권한이나 가족을 대표하는 상징적 위치 이상의 의미를 지닌다. 특별히 창세기에서는 하나님의 언약, 곧 아브라함을 통해 시작된 복의 계승이라는 중요한 신학적 의미까지 내포되어 있다. 그런데도 에서는 그 소중한 언약의 계승권을, ‘배고픔을 해결할 붉은 죽 한 그릇’에 너무나도 쉽게 넘겨버렸던 것이다.

야곱에게는 이러한 장자권이 매우 중요했다. 그는 복을 놓치지 않겠다는 강력한 의지를 갖고 있었다. 물론 이 과정이 현대인의 관점에서 볼 때는, 형을 ‘속이는’ 행위로도 해석될 수 있다. 실제로 훗날 이삭이 노년에 눈이 어두워 축복 기도를 할 때에도, 야곱은 리브가의 조언으로 형 에서인 척 변장하여 아버지 이삭으로부터 축복을 가로챈다(창 27장). 그 점에서 야곱의 행위는 인간적인 기준으로 보면 교활하거나 사기꾼 같아 보일 수도 있다. 그러나 창세기 전체 흐름 안에서 이 사건을 이해해 보면, 하나님의 섭리와 역사에 대한 간절한 열망이 야곱 안에 얼마나 컸는지를 엿볼 수 있다.

“장재형 목사”는 이러한 본문을 설교할 때, 하나님의 역사가 단지 어떤 ‘운명론’으로 결정되는 것이 아니라, 분명한 선택과 결단 과정을 통해 주어진다고 강조해 왔다. 에서가 아무리 ‘장자’라는 타이틀을 달고 있어도, 그 내면에 하나님의 언약과 가문의 복을 이어갈 믿음의 태도가 준비되어 있지 않으면, 결국 그 복이 다른 사람에게 넘어갈 수도 있다는 것이다. 반대로 야곱처럼 처음에는 큰 능력이나 인간적인 매력이 없어 보이는 사람일지라도, 하나님의 복을 소중하게 여기고 그 복을 지키려 하는 열심과 결단이 있다면, 결국 그에게 하나님의 역사가 임할 수 있다는 설명이다.

이처럼 “복을 받은 자가 그 복을 잃어버릴 수도 있고, 복을 받지 못한 자가 오히려 복을 받게 될 수도 있다”는 사실은, 우리로 하여금 매일의 삶 속에서 자신의 영적 태도를 점검하게 만든다. 에서가 단 한 번의 실수만으로 장자권을 팔았다고 볼 수도 있지만, 이미 그의 내면에는 ‘장자의 명분’을 그리 소중하게 여기지 않았던 태도가 쌓여 있었을지 모른다. 야곱은 평소에도 꾸준히 장막 안에서 죽을 쑤며 ‘가정의 터전’을 지키는 사람이었다. 에서가 사냥하러 나가 있을 때 야곱이 장막에서 어떤 마음을 품고 있었는지, 성경은 구체적으로 설명하지 않는다. 하지만 그가 장자권에 대해 큰 관심을 가지고 준비했으리라는 점은, 결국‘결정적 순간’에 드러난다.

오늘날 우리의 신앙 여정에서도 이런 순간은 계속 찾아온다. 운명처럼 보이는 상황이 어느 날 갑자기 바뀌기도 하고, ‘내가 당연히 누려야 할 권리’를 누리지 못하기도 한다. 하지만 성경은 그것을 단지 운명적인 사건으로만 말하지 않는다. 그 안에는 우리의 선택과 결단이 작용하고, 그 선택을 통해 하나님이 역사하신다. 에서가 배고픔이라는 일시적 욕구에 굴복했듯, 우리 또한 순간적인 유혹이나 현실적 필요 앞에서 영적인 가치를 헌신짝처럼 버리는 경우가 많다. 아무리 배가 고프고 ‘내가 죽게 될 것 같다’ 해도, 하나님의 언약과 인도하심을 지키려는 태도가 절대적으로 중요함을 야곱의 사례는 보여준다.

“장재형 목사”가 여러 차례 강조하는 것은, 우리가 이 본문을 오해해서는 안 된다는 점이다. 야곱이 한 번 팥죽을 끓여놓고 형을 유혹했다기보다, 오랜 시간 야곱이 장막을 지키며 가족을 돌보았고, 자신에게 주어진 역할 안에서 ‘기회의 때’를 기다렸을 가능성이 크다. 에서 또한 한순간의 피곤과 배고픔만이 아니라, 이미 내면에 하나님의 복을 가볍게 여기는 기질을 가지고 있었을 수도 있다. 때문에 성경은 이 사건을 단지 “형을 속이고 빼앗은 복”이라고만 기록하지 않고, “에서가 장자의 명분을 가볍게 여겼다”고 분명히 못박는다. 하나님의 공평하심은, 영적 가치와 책임을 소홀히 하는 자에게는 복이 그저 주어지지 않는다는 사실에서 드러난다. 그 복을 마땅히 이어받을 태도가 안 되어 있다면, 결국 그 복은 다른 이에게 넘어갈 수 있다.

이처럼 장자의 명분을 두고 에서와 야곱이 보여준 태도는, 단순히 그 개인의 삶에만 영향을 미친 것이 아니다. 이것은 온 민족, 나아가 하나님의 구원 역사 전체의 흐름과도 직결된다. 야곱이 훗날 ‘이스라엘’이라는 이름으로 불리며, 열두 지파의 조상이 된 것은 우연이 아니다. 하나님의 언약이 ‘장자’라는 외형적 지위만을 따르지 않고, 영적인 소중함을 붙들고자 애쓰는 자에게 임한다는 사실이, 에서와 야곱의 대조를 통해 선명히 드러난다.

오늘날 우리의 삶 속에서도, 우리는 매일 ‘장에서와 야곱 사이’를 오가는 선택의 기로에 놓여 있다고 할 수 있다. 한순간의 배고픔이나 유혹에 굴복해서 장자권을 헌신짝처럼 버리고 마는 삶을 살 것인지, 아니면 힘들고 배고파도 하나님의 약속을 붙들고서 끝까지 지켜내고자 하는 결단으로 살아갈 것인지 질문해 보아야 한다. 그리고 그 결단의 태도는 한 순간에 생겨나는 것이 아니라, 평소의 습관과 믿음의 자세 속에서 다듬어진다. 결국 그것이 ‘운명을 결정짓는다’고 말할 수도 있겠다. 그러나 엄밀히 말하면, 그것은 수동적 운명론이 아닌, 능동적인 선택을 통해 일어나는 하나님의 역사인 것이다.

이렇듯, 창세기 25장 27-34절은 에서와 야곱의 대조를 통해 “하나님의 구원 역사는 누구에게 임하는가”라는 질문에 대한 실마리를 제공한다. 야곱은 비록 사람의 눈에 교활해 보이고, 형을 속여 복을 빼앗은 인물처럼 보일 수도 있다. 하지만 그의 내면에는 ‘하나님의 복을 절대로 놓치지 않겠다’는 간절한 열망이 있었다. 에서는 정반대로, 눈앞의 욕구를 채우는 데 급급했다. 그리고 그는 결국 큰 자리를 잃었다. 오늘날 우리는 그리스도인으로서, 날마다 이런 선택의 갈림길 앞에 선다. 과연 우리는 어떤 길을 택할 것인가? “장재형 목사”가 말하듯, 영적인 가치를 절대 놓치지 않겠다는 결단이 있다면, 우리 또한 야곱이 누린 축복을 이어갈 수 있을 것이다.

2. 하나님의 역사와 신앙적 승계

에서가 배고픔 앞에서 장자권을 포기함으로써, 야곱은 명분상 장자의 권위를 손에 넣었다. 하지만 그것이 끝이 아니었다. 명분만이 아니라 실질적인 축복, 곧 이삭의 입을 통해 임하는 복을 받아야 한다. 그래서 야곱과 리브가는 또 한 번 결단을 내린다. 눈이 어두워진 이삭이 에서를 불러 사냥한 고기로 별미를 만들어 오라고 지시했을 때, 리브가는 재빠르게 야곱을 재촉한다. 결국 야곱은 염소 새끼를 잡아 별미를 만들고, 형의 옷을 입고 털로 자신의 팔을 감싸서 이삭을 속인다(창 27장). 이것은 분명히 인간적으로 보면 ‘속임수’가 맞다. 그런데도 하나님은 이 과정마저 결국 ‘야곱에게 축복이 임하는 통로’로 사용하신다.

“장재형 목사”가 주목하는 것은 야곱의 내면이 어떤 상태였을까 하는 점이다. 야곱은 형처럼 털이 많지 않았다. 리브가가 권면을 하긴 했지만, 야곱도 ‘아버지에게 들키면 저주를 받을까 두렵다’고 말한다(창 27:12). 결국 그는 가족의 문제로 인해 두려워하고 망설이기도 하지만, 어머니 리브가의 말에 순종하며 행동한다. 이처럼 야곱은 많은 결점을 갖고 있었다. 처음부터 담대하고 능력 있는 인물이 아니었다. 그러나 그의 강점은 ‘복에 대한 강력한 집착과 결단’이 있었다는 것이다.

특히 여기서 우리가 주목해야 할 요소는 ‘어머니 리브가의 도움’이다. 야곱이 끝내 복을 받을 수 있었던 것은, 혼자만의 지혜나 힘이 아니라, 리브가라는 조력자의 현명한 판단이 크게 작용했기 때문이다. 이는 영적 공동체 안에서의 ‘전수’와 비슷한 맥락이다. 새 신자가 복음을 처음 접하고 교회 안으로 들어왔을 때, 믿음의 선배나 영적 지도자의 도움이 없으면 성장이 어려울 수 있다. 야곱도 리브가의 지혜가 없었다면, 형 에서를 ‘속이려는’ 시도 자체를 엄두조차 못 냈을 수 있다. 오히려 들키면 죽임을 당하거나 쫓겨났을지도 모른다. 그러나 어머니라는 지혜자의 도움으로 말미암아 그는 마침내 축복을 받는다.

물론 이 과정에서 인간적인 속임수와 논란이 발생한다. 하나님의 역사가 ‘왜 이렇게 정직하지 못한 방법으로 이뤄지는가?’라는 의문을 품을 수도 있다. 그러나 성경은 죄 많고 어리석은 인간의 역사에도 하나님이 개입하시며, 그 가운데서도 결국 하나님의 언약이 이루어진다는 사실을 줄곧 보여준다. 에서의 실책과 야곱의 집착, 리브가의 편애와 이삭의 편애까지, 가족 내부의 복합적 상황을 통해 하나님은 결론적으로 ‘야곱에게 언약의 계승권’을 넘기신다.

그렇다면 에서는 왜 이런 실수를 했을까? 성경의 표현에 따르면, “에서가 장자의 명분을 가볍게 여겼다(창 25:34)”는 것이 결정적이다. 이 표현에는 그의 무감각한 영적 상태가 함축되어 있다. 그는 나중에 축복을 빼앗긴 사실을 알고 아버지에게“제게도 축복을 해주소서”라며 울부짖는다(창 27:34). 하지만 이미 때가 늦었다. 장자의 명분을 쉽게 판 그 순간부터, 그리고 아버지 이삭이 야곱에게 최종 축복을 선언한 순간부터, 그는 되돌릴 수 없는 상황에 부닥친다. 이를 단순히 ‘하나님의 일방적 선택’이라고만 보기는 어렵다. 에서의 내면이 준비되지 않았고, 그 복을 감당할 만한 책임감이나 열망이 없었던 것도 크다.

우리는 창세기 4장의 가인과 아벨 이야기와도 비교해볼 수 있다. 가인과 아벨은 같은 부모 아래서 태어났지만, 하나님께 드리는 제사에서부터 갈등이 시작되었다. 가인은 농사하는 자였고 아벨은 양치는 자였다. 성경은 아벨의 제사를 받으시고 가인의 제사를 받지 않으셨다고 한다(창 4:4-5). 그 이유가 무엇인가에 대해서는 여러 해석이 있지만, 결정적으로 가인의 마음가짐이 문제였던 것으로 본다. 하나님은 가인에게 “죄가 네 앞에 엎드려 있다. 너는 그 죄를 다스려야 한다”고 말씀하신다(창 4:7 참조). 그러나 가인은 분노에 사로잡혀 아벨을 쳐 죽인다. 결국 그도 하나님의 복과 언약에서 멀어지고 만다. 에서와 가인은 ‘형’이라는 공통점이 있다. 그러나 두 사람 모두 마음가짐에 문제가 있었다. 그로 인해 결국 하나님의 구원 역사의 주인공 자리를 놓치게 된다.

반대로 아벨과 야곱은 인생에서 약자처럼 보이지만, 하나님 앞에서는 더 강력한 열망과 믿음의 태도를 보여준다. 특별히 야곱의 경우, 외면상으로는 내세울 것이 없었고, 성품상으로도 부족함이 많았다. 그러나 그는 하나님의 언약과 복에 집착했다. 이는 우리에게 중요한 통찰을 준다. 복을 받은 자가 어떻게 그 복을 지켜낼 것인가? 복을 주시기 원하시는 하나님께서는 과연 누구에게 그 복을 허락하실 것인가? “장재형 목사”는 여러 설교에서 “운명론은 없다”라는 표현을 종종 사용한다. 이는 하나님 앞에서 우리의 결단, 그리고 그것을 위해 부단히 준비하고 행동하는 태도가 얼마나 중요한지 보여주는 핵심 메시지다.

또한 창세기 25장 23절을 보면, “두 국민이 네 태중에 있구나… 큰 자가 어린 자를 섬기리라”라는 예언적인 말씀이 이미 리브가에게 주어진다. 즉, 배 속에 있을 때부터 “큰 자가 어린 자를 섬길 것이다”라는 하나님의 섭리가 드러나 있었다. 그러나 이 말씀이 자동으로 이루어진 것은 아니다. 그 섭리에 합당한 사건, 그리고 그 섭리를 붙드는 사람의 결단이 함께 작용했다. 결국 그 과정에서 야곱이 ‘장자의 명분’을 사고, 또 이삭의 축복까지 손에 넣으면서, 하나님의 예언적 말씀이 구체화되었다고 볼 수 있다.

오늘날 우리의 신앙 삶을 돌아보면, 혹시 우리는 ‘에서’처럼 하나님의 복과 언약을 가볍게 여기고 있지는 않은지 돌아봐야 한다. 아침에 일어나서 잠깐 기도하거나, 예배 자리에서 형식적으로 앉아 있거나, 삶에서 은근히 세속적 욕망에 휘둘리면서도 ‘내가 그리스도인이지, 복을 받은 사람이니까 문제 없을 거야’라고 안심하고 있지는 않은지 점검이 필요하다. 에서는 ‘배고파 죽겠다’라는 현실적인 필요 앞에서 너무 쉽게 결단을 내려버렸다. 우리의 현실도 사실상 별반 다르지 않다. 돈과 빵, 세상적 성공, 쾌락 등 당장 눈에 보이는 문제들이 우리의 믿음을 시험한다. 그때마다 우리는 야곱처럼, 설령 지금 당장은 힘들고 배고프더라도, 절대 포기할 수 없는 영적 가치를 붙들어야 한다.

“장재형 목사”가 강조하는 것 중 하나는, 야곱 같은 결단력을 가지려면, 우리의 옛 자아가 매일 죽어야 한다는 점이다. 바울 사도가 말한 “나는 날마다 죽노라(고전 15:31)”와 “내가 그리스도와 함께 십자가에 못 박혔나니…(갈 2:20)”라는 선언은, 단순히 신앙적 표현이 아니라 실제 우리의 삶에 적용되어야 할 진리다. 날마다 자신을 부인하고, 세상의 욕심을 버리고, 하나님의 뜻에 순종하고자 결단할 때, 우리는 야곱처럼 ‘복을 놓치지 않는’ 사람이 될 수 있다. 이 과정은 결코 쉽지 않다. 왜냐하면 인간은 본질적으로 빵과 돈에 대한 집착, 즉 맘몬 숭배의 본성을 가지고 있기 때문이다. 그러나 구원의 감격, 예수 그리스도를 만난 체험이 우리의 중심에 자리 잡을 때, 우리는 더 이상 세상의 것들에 휘둘리지 않고, 오히려 그리스도 안에서 자유와 만족을 누릴 수 있다.

기억해야 할 것은, 야곱이 처음부터 완벽하거나 용감한 사람이 아니었다는 사실이다. 그는 어머니 리브가의 조언 없이는 제대로 행동하기 어려웠으며, 형에게 들킬까 봐 떨었던 연약한 인물이었다. 그럼에도 불구하고 그는 복에 대한 강렬한 집착을 버리지 않았고, 리브가의 말을 믿고 따르며, 결국 축복을 손에 넣었다. 이것은 신앙 공동체 안에서의 관계를 떠올리게 한다. 우리가 복음 안으로 들어올 때, 어떤 영적 멘토나 선배의 안내와 도움이 없으면 성장을 이뤄내기 힘들 수 있다. 하지만 중요한 것은, 결국 본인이 복에 대한 열망을 가지느냐이다. 리브가는 야곱을 도울 수는 있어도, 야곱이 ‘장자의 명분을 향한 갈망’을 전혀 갖고 있지 않았다면, 복은 그의 몫이 되지 못했을 것이다.

https://www.youtube.com/watch?v=2fuLEttN1gs

이 사건이 더 깊이 있게 다가오는 지점은, 이것이 단순히 “무엇을 먹을 것인가”의 문제가 아니라, “무엇을 인생의 최우선 순위로 삼을 것인가”의 문제라는 점이다. 에서의 실수는 그저 팥죽 한 그릇을 사먹었다는 데 있는 것이 아니라, 그로 인해 “장자의 명분”, 곧 ‘하나님의 언약을 계승할 수 있는 기회’ 자체를 가볍게 여기고 팔아버렸다는 데 있다. 성경은 이를 결코 사소한 일로 보지 않는다. 에서를 두고 “음행하는 자 혹은 하나님을 모독하는 자”처럼 경계하기까지 한다(히 12:16). 이처럼 일시적인 욕구에 굴복하는 것은 결코 하찮은 죄가 아니며, 하나님의 역사에 있어서 중대한 실패가 될 수 있다.

반대로 야곱의 승리는, 그가 훗날 어떤 위대한 업적을 이루었기 때문에가 아니다. 그는 처음부터 별다른 능력을 뽐내는 인물이 아니었다. 하지만 그는 결정적 순간에 장자권을 붙들었고, 이후에도 아버지 이삭의 축복을 빼앗고 난 후 형 에서를 피해 도망가면서 많은 고난을 겪는다. 이 고난의 과정에서 하나님은 야곱에게 ‘벧엘에서의 체험’(창 28장) 등을 허락하신다. 그것이 바로 야곱이 하나님의 언약 백성으로 거듭나는 실제적 과정이었다. 여기서 우리는 하나님의 섭리가 ‘단번에’ 완성되지 않는다는 사실을 다시금 인식한다. 야곱은 복을 받았다고 해서 곧바로 모든 일이 잘 풀린 것이 아니라, 가족을 떠나야 했고, 외삼촌 라반의 집에서 여러 고초를 겪어야 했다(창 29-31장). 하지만 이 모든 과정을 통해 그는 ‘이스라엘’로 변화되기 위한 훈련을 받았고, 결국 하나님의 언약 백성으로 굳게 서게 되었다.

오늘날 우리가 이 땅에서 교회를 세우고 공동체를 이끌어가는 일도 이와 비슷하다. 눈앞의 배고픔이나 재정적 어려움, 조직 운영의 복잡함, 인간관계에서의 갈등 등은 늘 우리에게 즉각적인 반응을 요구한다. 우리는 순간순간 “이제 더 버틸 힘이 없다. 그냥 여기서 포기하자”라는 유혹을 받는다. 그러나 그때마다 에서를 떠올려야 한다. 지금 당장의 문제를 해결하기 위해 하나님이 주신 근본적인 언약과 사명을 저버리는 결정을 하진 않는지. “장재형 목사”가 반복해서 말하듯이, “우리는 지금까지 아무리 힘들어도 결코 이 복음을, 이 언약을, 이 역사를 팔아먹지 않았다.” 이 고백이 우리의 삶에도 그대로 적용되어야 한다.

만약 우리가 장자의 명분을 지키는 이래 실패한다면, 후대에 가서는 “왜 당신들은 그때 하나님의 언약을 지키지 못했는가” 하는 책망을 면치 못할지도 모른다. 어쩌면 우리의 다음 세대가 “아버지 어머니, 혹은 믿음의 선배들이 왜 하나님의 뜻과 복음을 헌신짝처럼 버리고 눈앞의 유익을 쫓았습니까?”라고 물을 수 있다. 그것은 너무나도 비참한 결말이다. 야곱은 비록 배고프고 약했으나, 결코 팔지 않았다. 그는 오히려 “내게 맹세하라. 이것을 내게 팔라. 하나님께 맹세하라.”라고 당당히 요구했다. 이는 그가 신앙적으로 얼마나 절박하고도 진지했는지를 잘 보여준다.

창세기 25장 27-34절은 ‘운명의 갈림길’이라는 관점에서 보면, 에서가 당연히 장자이지만 가볍게 팔아넘기는 순간 운명이 바뀌고, 야곱은 부족한 사람이지만 복에 대한 갈망으로 운명을 바꾸어 잡아챈 사건이라고 할 수 있다. 이 갈림길에서 에서는‘붉은 죽’에 불과한 세상의 욕구에 굴복했고, 야곱은 ‘보이지 않는 가치’를 향해 뛰어들었다. 물론 야곱이 그 과정에서 보여준 수단이 결코 이상적이진 않았다. 하지만 본문이 말하고자 하는 핵심은 수단의 옳고 그름을 넘어, ‘누가 복에 대해 진정한 열망을 품었는가’라는 질문이다.

“장재형 목사”의 설교를 통해, 우리는 야곱의 이야기가 단지 옛날 가족사나 형제 간의 다툼을 기록한 일화가 아니라, 오늘날 우리의 신앙과 인생에 직접적인 도전과 교훈을 준다는 사실을 깨닫는다. 첫째, 운명론적인 태도를 버려야 한다. 장자라는 이유만으로 자동으로 복을 계승하지 않는다는 점은, 아무리 믿음의 집안에서 태어나고 교회에서 오래 생활했어도, 스스로 영적 가치를 붙들지 않으면 의미가 없음을 시사한다. 둘째, 장막을 지키는 것이 중요하다는 사실이다. 야곱은 들로 나가 사냥을 하기보다는 장막 안을 지키며 가족을 돌보았다. 여기에는 ‘하나님의 역사를 지키려는 태도’가 상징적으로 담겨 있다. 셋째, 결정적인 순간에 망설이지 않는 담대함이 필요하다. 평소에는 조용했을지 몰라도, 장자의 명분을 넘겨받을 때, 그리고 아버지의 축복을 가로챌 때 야곱은 과감히 행동했다. 그 결과 그는 결국 승리자가 되었다.

이 모든 과정에서 빠뜨릴 수 없는 요소는 ‘복음을 전수해 주는 영적 부모’ 혹은 ‘지혜자의 도움’이다. 리브가가 없었다면 야곱은 그 계획을 실행하지 못했을 것이고, 또 자칫 큰 봉변을 당했을 수도 있다. 마찬가지로 우리의 신앙생활에서도, 믿음의 선배와 영적 지도를 받는 과정은 절대적으로 중요하다. 그러나 최종적으로 복을 붙드는 것은 본인의 몫이라는 점을 잊어서는 안 된다.

우리는 야곱의 이야기를 통해, 하나님이 선택하신 이에게 어떤 경로로든 복을 허락하시고, 그 복이 얼마나 소중한지를 깨닫게 된다. 그리고 그 복은 단지 재물이나 세상적 성공만을 의미하지 않는다. 그것은 하나님이 언약 가운데 우리에게 주시는 영적 유산이요, 장차 그리스도 안에서 완성될 구원의 역사에 동참하는 특권이다. 에서처럼 이를 헐값에 팔아치울 수도 있고, 야곱처럼 집요하게 붙들 수도 있다. 누가 보기에 교활해 보일지라도, ‘결단하고 순종하고 지혜를 받아들이는 태도’가 있다면, 하나님의 언약은 결국 그 사람에게서 빛을 발하게 된다.

이것이 “장재형 목사”가 누누이 강조하는 교훈이다. 교회 안에서나 개인적인 영성 생활에서나, 우리는 야곱의 집요함과 결단력을 배워야 한다. 복은 쉽게 얻는 것이 아니며, 그 복을 유지하기 위해서는 끊임없는 인내와 헌신이 필요하다. 그 과정에서 우리는 “날마다 죽는” 영적 훈련으로, 세상의 욕망과 헛된 우상 숭배를 내려놓고, 오직 하나님만 의지해야 한다. 이처럼 야곱의 이야기 안에는 당시 가족사와 사회문화적 배경 이상의 깊은 신앙적 통찰이 자리 잡고 있다.

장자의 명분을 가볍게 여겼던 에서는 자신이 누릴 수 있었던 거대한 영적 유산을 놓쳤고, 야곱은 그 기회를 붙들어‘이스라엘’이라는 이름을 얻고 열두 지파의 조상이 되었다. 우리가 이 사실을 기억한다면, 눈앞의 유익 때문에 영적 가치를 포기하는 어리석음을 피할 수 있다. 동시에, 비록 연약하고 부족해 보이더라도, 하나님께서는 그 안에 복을 사모하는 마음이 있는 자를 들어 쓰신다는 소망을 가질 수 있다. 창세기 25장의 이야기는 결코 옛날 한 가정의 갈등으로 끝나지 않는다. 이는 곧 메시아의 족보로 이어지며, 결국 인류 구원의 역사에 지대한 영향을 끼친다. 그리고 오늘날 교회가 이 복음 위에 서 있고, 우리 각자도 믿음으로 말미암아 그 언약에 동참하게 되었다.

 “장재형 목사”가 설교를 통해 거듭 강조하는 것은, ‘운명론’이 아니라 ‘믿음의 결단’이라는 것이다. 하나님께서 일찍이 “큰 자가 어린 자를 섬길 것이다”라고 하셨지만, 야곱 스스로 그 예언적 말씀을 붙들지 않았다면, 결과가 달라졌을 수도 있다. 마찬가지로, 우리에게 주어진 언약과 비전이 아무리 크다 해도, 그것을 붙들고자 하는 뜨거운 마음과 결단이 없다면, 그 복은 다른 사람에게 넘어갈 것이다. 이것이 성경이 우리에게 주는 명료한 교훈이다. 그리고 이 말씀은 날마다의 삶의 자리에서 반복적으로 적용된다.

창세기 25장 27-34절에 기록된 에서와 야곱의 이야기는 신앙에 있어 가장 중요한 두 가지를 일깨운다. 첫째, 배고픔이나 세상적 욕망 등 일시적이고 육적인 만족을 위해 영적인 가치를 팔아버리는 태도는 돌이킬 수 없는 손실을 초래한다는 사실이다. 에서는 그 후로 아무리 울부짖어도 잃어버린 복을 되찾지 못했다. 둘째, 야곱처럼 비록 연약해 보일지라도 하나님의 복을 놓치지 않겠다고 결단하는 자는, 설령 인간적인 약점이 있을지라도 결국 하나님의 언약을 성취하는 통로가 될 수 있다는 사실이다. 이 두 가지 사실을 끊임없이 상기한다면, 오늘 우리의 신앙도 세상 가운데서 흔들리지 않고 하나님의 약속을 붙드는 자리에 설 수 있을 것이다.

오늘도 우리의 삶 속에서, 다양한 갈림길과 선택의 순간이 온다. 그때마다 야곱의 지혜와 결단, 그리고 리브가를 통한 영적 전수와 지도를 떠올리며, 우리가 자칫 ‘붉은 것’에 눈을 빼앗기지 않도록 깨어 있어야 한다. 그리고 ‘장재형 목사’가 역설하듯이, 하나님의 역사는 운명적으로 주어지는 것이 아니라, 믿음으로 선택하고 결단할 때 비로소 우리 삶에 실현된다는 사실을 잊지 말아야 한다. 그것이 에서와 야곱의 서사가 지금 이 시대를 살아가는 우리에게 던지는 가장 본질적이며도 실제적인 메시지다.

www.davidjang.org

Viens à notre secours – Pasteur David Jang


1. L’essentiel du livre des Actes

Le livre des Actes des Apôtres est un ouvrage clé qui décrit l’histoire de l’Église primitive et l’expansion de l’Évangile. Rédigé par Luc, il accompagne l’Évangile de Luc et offre un éclairage précieux sur la communauté chrétienne naissante. Il existait même, dans l’Église primitive, un groupe qui considérait l’Évangile de Luc et le livre des Actes comme les deux écrits les plus importants de leurs Écritures, tant la compréhension de ces ouvrages était essentielle pour saisir les racines et l’héritage de la foi des premiers chrétiens. De plus, parmi les livres du Nouveau Testament, les quatre Évangiles et les Actes (Matthieu, Marc, Luc, Jean et Actes) forment un ensemble de cinq textes charnières, reliant les récits évangéliques et l’histoire de l’Église. Il est souvent dit qu’il faudrait presque pouvoir les réciter les yeux fermés, tant ils sont fondamentaux pour la foi chrétienne.

Le livre des Actes retrace l’histoire de la diffusion de l’Évangile après l’Ascension de Jésus, lorsque le Saint-Esprit descend sur les disciples, conduisant la Parole à se propager depuis Jérusalem jusqu’en Judée, en Samarie, et finalement jusqu’aux extrémités de la terre. C’est dans ce contexte que l’apôtre Paul entre en scène et que son voyage missionnaire vers le continent européen est décrit en détail. Le concile de Jérusalem, qui marque l’ouverture de l’Évangile aux païens, les nombreuses villes parcourues, les persécutions, l’établissement d’églises et le ministère de Paul en prison s’échelonnent sur 28 chapitres riches en événements.

Assimiler les Actes des Apôtres ne consiste pas seulement à engranger des faits historiques, mais à percevoir de manière concrète « comment l’Esprit Saint agit dans la réalité du monde ». Dieu a dirigé Paul et les premiers disciples en se manifestant par Sa voix, par des visions, des inspirations ou encore des blocages qui leur indiquaient le sens de la mission. Ainsi, lorsque la voie est largement ouverte vers Corinthe ou Philippes, elle est fermée vers la Bithynie, illustrant que l’Esprit Saint n’est pas seulement Celui qui « ouvre » toutes les portes, mais aussi Celui qui « ferme » celles qu’Il ne désire pas qu’on franchisse. Cette façon d’agir de l’Esprit suscite chez le croyant moderne une réflexion profonde sur la souveraineté de Dieu qui oriente nos choix, nos projets de vie et de service.

Un exemple marquant se trouve dans le récit du deuxième voyage missionnaire de Paul en Actes 16. Les versets « Le Saint-Esprit les empêcha d’annoncer la parole en Asie » (Ac 16.6) et « Arrivés près de la Mysie, ils se disposaient à entrer en Bithynie, mais l’Esprit de Jésus ne leur permit pas » (Ac 16.7) montrent clairement que les projets de Paul ont été empêchés. Humanement parlant, Paul envisageait d’évangéliser cette région, mais l’Esprit ne l’y a pas autorisé. Finalement, arrivé à Troas, Paul reçoit la vision d’un Macédonien qui le supplie : « Passe en Macédoine, secours-nous ». Il se tourne alors vers l’Europe, à l’ouest, et fonde la célèbre Église de Philippes, amorçant ainsi la diffusion de l’Évangile en Occident.

Cet épisode nous fait saisir de façon profonde comment « la volonté et le timing de Dieu » s’accomplissent dans l’histoire, et non pas nos propres projets. De nombreux pasteurs aujourd’hui, dont David Jang, ont cherché à appliquer ce principe à la vie de l’Église et à la mission. Lorsqu’il s’agit de décider d’un axe de mission ou d’implantation d’Églises, il est important d’accepter par la foi que, même si une voie nous semble ouverte, le Saint-Esprit peut avoir préparé tout autre chose. L’histoire de l’Église nous apprend que de nombreux missionnaires ont voulu se rendre dans une région donnée, mais en ont été empêchés par la maladie, le manque de ressources ou d’autres circonstances, pour finalement être redirigés vers l’endroit exact que Dieu avait prévu, où des fruits immenses ont été récoltés. C’est un appel à avancer sans cesse avec la conviction que « si la porte se ferme, Dieu a sûrement un autre plan ».

Parmi les paroles de Jésus, celles qui traitent de la fin des temps et qui sont rassemblées de manière concise sont connues sous le nom de « discours sur le mont des Oliviers » (Olivet Discourse). On les retrouve en Matthieu 24-25, Marc 13 et Luc 21. Jésus, assis sur le mont des Oliviers (Mt 24.3), y répond aux questions des disciples : « Quel sera le signe de ton avènement et de la fin du monde ? ». Il leur annonce notamment l’apparition de « faux messies », de personnes venant en son nom et semant la confusion en proclamant : « Je suis le Christ ». Autrement dit, bien que Jésus seul soit « le chemin, la vérité et la vie » (Jn 14.6), plus on se rapproche de la fin, plus diverses doctrines hérétiques et chemins alternatifs surgissent, sous la bannière du pluralisme ou du syncrétisme.

Or, le postmodernisme, courant de pensée contemporain, repose sur l’idée qu’« il n’existe aucune vérité absolue ». On y voit une forme de scepticisme généralisé qui conduit à la déconstruction, puis à la relativisation de toute vérité. De là se répand l’idée que « toutes les voies sont valides et peuvent coexister ». Selon la foi chrétienne, toutefois, il est dit en Actes 4.12 : « Il n’y a sous le ciel aucun autre nom qui ait été donné parmi les hommes par lequel nous devions être sauvés ». L’Église professe sans ambiguïté que le salut est uniquement en Jésus. Dans le discours sur le mont des Oliviers, Jésus souligne aussi que dans les temps de la fin, beaucoup seront égarés, mais que ceux qui tiennent fermement la vérité échapperont à la séduction. Ainsi, la conviction « Il n’y a de salut qu’en Jésus » (Only Jesus) est un fondement de la foi eschatologique.

David Jang met l’accent sur cette perspective eschatologique, sur la pensée de « l’unique chemin » proclamée par Jésus, et il exhorte l’Église à se garder de sombrer dans le pluralisme postmoderne. Le risque est grand, en effet, que l’être humain, au nom de la liberté et de la diversité, se construise mille « chemins de rechange » où Dieu est absent. Or, contre la « séduction des derniers temps » annoncée dans le discours sur le mont des Oliviers, les seules armes efficaces sont la Parole et l’Esprit.

Quant à la question : « Comment l’Église doit-elle préserver l’Évangile face au postmodernisme ? », l’accent est mis, plus que jamais, sur l’importance des Églises issues de la Réforme (Églises réformées). Le pilier de la Réforme protestante tient en l’expression Sola Scriptura (« Retour à l’Écriture »), qui consiste à garder et à diffuser la vérité par la Parole et l’Esprit, tout en ancrant la foi sur l’essentiel devant Dieu. Nombreux sont ceux, dont David Jang, qui appellent à « un retour plus profond à la Bible dans les Églises réformées », pour empêcher que l’Église ne s’affaiblisse et pour qu’elle se prépare adéquatement à l’approche de la fin. Face à l’avertissement de Jésus — « à cause de l’iniquité, l’amour du plus grand nombre se refroidira » (Mt 24.12) —, être solidement établi dans la vérité est la meilleure manière de préserver la « température spirituelle » de notre âme.

En définitive, la principale leçon que nous livre le livre des Actes est celle d’une « évangélisation guidée par le Saint-Esprit », en parfaite continuité avec les paroles prophétiques de Jésus (comme on le voit dans le discours sur le mont des Oliviers). Lorsqu’en Matthieu 24.14 Jésus déclare : « Cette bonne nouvelle du royaume sera prêchée dans le monde entier pour servir de témoignage à toutes les nations. Alors viendra la fin », il nous montre à quel point la propagation de l’Évangile est un élément décisif dans le compte à rebours de la fin des temps. De même que Paul, après avoir reçu la vision du Macédonien, est « passé en Macédoine », les croyants d’aujourd’hui ne doivent pas oublier leur mission d’annoncer l’Évangile « jusqu’aux extrémités de la terre ». Puisque personne ne peut venir à Dieu sans Jésus, l’Église doit prêter l’oreille au cri du monde — « Viens à notre secours » — et s’empresser d’y répondre.

David Jang rappelle, dans ce contexte, les paroles de Romains 8, où la création tout entière attend ardemment la révélation des fils de Dieu. De même que le Macédonien, le monde entier aspirerait à l’aide de ceux qui connaissent l’Évangile. En effet, le salut touche le problème fondamental d’une humanité séparée de Dieu. Tant que les créatures « déréglées » ne reviendront pas à leur Créateur, elles ne pourront jamais être restaurées. Et seul l’Évangile de Jésus-Christ peut résoudre cette faille originelle de l’homme. Proclamer et faire connaître cette « unique voie » est la mission première de l’Église.


2. « Passe en Macédoine, secours-nous »

Dans Actes 16, la vision macédonienne de Paul est un événement décisif dans l’histoire de la mission de l’Église primitive. Alors que Paul cherchait à aller vers l’est, il s’est vu empêché d’avancer, et c’est ainsi qu’il s’est senti poussé à partir à l’ouest, en Europe, guidé par une révélation claire. De ce déplacement naquit l’Église de Philippes, avec notamment la conversion de Lydie. De fil en aiguille, l’influence de Paul s’étendit à la Grèce, puis jusqu’à Rome. Si Paul était resté limité à l’Asie Mineure, l’expansion du christianisme aurait probablement été bien plus restreinte. Mais le plan souverain de Dieu a changé la carte de l’histoire et ouvert la voie de l’Évangile à l’Occident.

S’inspirant de ce récit, David Jang attire l’attention sur la place et le sens de la vocation missionnaire des États-Unis aujourd’hui. Autrefois, les États-Unis étaient fortement marqués par l’« évangélisme » et ont envoyé un grand nombre de missionnaires dans le monde entier. La fin du XIXᵉ siècle et la première moitié du XXᵉsiècle ont connu les mouvements du « Grand Réveil » (Great Awakening), lors desquels l’Église américaine a vécu un puissant renouveau, devenant un pilier de la mission mondiale. Toutefois, avec la sécularisation, le pluralisme et l’influence des théologies libérales, l’Église américaine s’est affaiblie et a perdu de sa vitalité spirituelle.

Cela ne signifie pas pour autant que l’Église américaine soit anéantie. À l’instar du passage d’Ésaïe 6.13, où Dieu promet qu’un « saint germe » subsistera, même si le tronc est abattu, il reste aux États-Unis des Églises et des leaders fidèles, porteurs d’un « reste » qui maintient la flamme de l’Évangile. Pour David Jang, le « Passe en Macédoine, secours-nous » retentit encore de nos jours. Autrefois, les États-Unis envoyaient des missionnaires vers le monde entier ; aujourd’hui, c’est comme si les États-Unis appelaient des chrétiens du monde entier à « venir » y réimplanter l’Église et raviver le feu de l’Évangile, pour ensuite le retransmettre au monde.

En effet, on observe aujourd’hui que certaines communautés chrétiennes issues de divers pays, y compris des Coréens, s’implantent dans de nombreux États américains et œuvrent à y insuffler un renouveau. Les Églises d’immigrés coréens ou d’autres ethnies minoritaires se mettent en mouvement, grandissent, se transforment en communautés multiculturelles et cherchent à exercer une influence dans la société environnante. Il ne s’agit pas d’une quête de suprématie culturelle ou de diffusion identitaire, mais bien de redécouvrir la puissance universelle de l’Évangile et de restaurer la foi dans la société américaine.

La supplication « Passe en Macédoine, secours-nous » (Ac 16.9) n’est pas réservée aux États-Unis. Elle peut s’appliquer partout. Même là où l’Évangile semble déjà établi, on peut tomber dans la confusion doctrinale, les compromis culturels ou l’épuisement spirituel. Alors, la population locale en vient à crier : « Pour rétablir la foi, pour semer de nouveau la “semence sainte”, que d’autres Églises viennent nous secourir ! ». Quand l’Église répond à cet appel, l’Esprit Saint agit pour infléchir le cours de l’histoire.

Selon David Jang, même si l’Église se refroidit, le Seigneur ne cesse de la renouveler et de conduire l’histoire. Quand des immigrés ou des croyants revigorés par l’Esprit arrivent dans telle ou telle région et y fondent de nouvelles communautés, ils forment un maillage qui peut raviver le mouvement de l’Évangile. Tout comme Paul, après sa vision, réagit rapidement, il est crucial pour l’Église de discerner la mission de son époque et d’y répondre sans délai.

On entend souvent dire, dans les Églises, les instituts de mission ou les facultés de théologie, que « l’Amérique rêve d’un nouveau souffle missionnaire ». De « pays qui envoie des missionnaires », elle est devenue « terre de mission ». Ainsi, chrétiens locaux et internationaux unissent leurs efforts pour « prophétiser à nouveau, proclamer à nouveau l’Évangile ». Le passage d’Apocalypse 10.11 — « Il faut que tu prophétises encore sur beaucoup de peuples, de nations, de langues et de rois » — est relu aujourd’hui comme un appel à annoncer l’Évangile à tous les peuples déjà touchés, mais qui doivent le redécouvrir.

Le postmodernisme, le pluralisme, la théologie libérale et la sécularisation menacent les Églises non seulement aux États-Unis, mais aussi partout dans le monde. Bien que l’Église conserve parfois une forme extérieure, elle peut, intérieurement, avoir perdu la force de la Parole et de l’Esprit, incapable d’exercer l’influence transformatrice de l’Évangile dans la société. C’est la situation dénoncée par Ésaïe : « Ton vin est coupé d’eau, ton argent est devenu scories » (Is 1.22). Pourtant, dans ces temps de crise, Dieu met toujours en évidence « le saint germe » parmi ceux qui lui restent fidèles. Les foules bruyantes disparaissent, mais la « petite portion » de croyants sincères continue de servir de point d’ancrage à l’œuvre divine.

David Jang souligne que lorsque le Saint-Esprit est à l’œuvre, Il nous rappelle sans cesse les paroles et l’amour de Jésus, nous préservant du refroidissement. Des missionnaires, des pasteurs, des pionniers d’Églises sont envoyés par Dieu, parfois dans des conditions précaires, à l’image de Paul — souffrant, abandonné de certains compagnons, empêché de circuler, mais se relevant à chaque épreuve. Cet « esprit missionnaire des Actes » se manifeste encore aujourd’hui là où des serviteurs de Dieu osent avancer en dépit des obstacles.

C’est dans ce même esprit que s’inscrivent les projets d’implantation d’Églises dans différents États américains. Certains territoires possèdent des Églises affaiblies, où la dynamique de l’Évangile s’est essoufflée, et pourtant, si Dieu a un plan pour ces lieux, Il peut de nouveau y faire résonner le « Passe en Macédoine, secours-nous ». Lorsque l’Église répond, de nouvelles communautés émergent, devenant des centres de rayonnement missionnaire. Ainsi, le courant évangélique, un temps en recul, peut reprendre vigueur, et l’Église redevient ce « moteur de la mission en première ligne ».

En Matthieu 24.14, Jésus déclare : « Cette bonne nouvelle du royaume sera prêchée dans le monde entier, pour servir de témoignage à toutes les nations. Alors viendra la fin. » Ce commandement dépasse la simple injonction morale et révèle que la diffusion de l’Évangile influe sur la « chronologie de la fin des temps ». On y discerne un appel pressant : « Plus la fin approche, plus vous devez annoncer l’Évangile. » Certes, des forces s’opposent à ce témoignage universel, mais la fin ne surviendra qu’après l’accomplissement de cette tâche, ce qui constitue une source d’espérance.

Historiquement, les grandes périodes de réveil dans l’Église coïncident avec une intensification de l’annonce de l’Évangile et l’envoi de missionnaires. Aux XVIIIᵉ et XIXᵉ siècles, lorsque l’Angleterre envoyait des missionnaires autour du globe, la croissance interne des églises (méthodistes, presbytériennes, etc.) était aussi remarquable. Aux États-Unis, les grands réveils ont été accompagnés d’une forte expansion missionnaire. Chaque fois que l’Église s’ouvre vers l’extérieur et « avance » avec une mentalité de mission, l’Esprit Saint agit puissamment.

David Jang met donc en garde : « L’Église ne doit pas se refroidir », car sans la dynamique de l’annonce de l’Évangile, elle se fige et s’imprègne lentement d’une mentalité séculière. Le fait de transmettre « l’unique chemin qu’est Jésus » est directement lié à la vitalité spirituelle. Quand l’Église sort de ses murs, accueille de nouvelles âmes, se tient au cœur du monde pour servir et annoncer la vérité et l’amour, alors sa « température intérieure » demeure élevée.

Lorsque « Prophétisez encore ! » (Ap 10.11) rejoint le « Passe en Macédoine, secours-nous » (Ac 16.9), la géographie missionnaire actuelle est bouleversée. Briser les barrières entre les communautés locales, aider à l’implantation d’Églises dans d’autres villes ou pays, partager les ministères et la louange : tout cela peut ressusciter des régions spirituellement « mortes » du fait du postmodernisme et de la sécularisation. C’est exactement le principe qui apparaît dans Actes 16.9-10, où Paul, après une vision de nuit, s’emploie aussitôt à aller en Macédoine. L’Église, dans son ensemble, doit alors suivre l’exemple de Paul, formant une « communauté apostolique » sensible à la conduite du Saint-Esprit.

David Jang est souvent mentionné comme l’un de ceux qui concrétisent cette ardeur missionnaire en soutenant activement l’implantation d’Églises. Dans divers pays, il aide à mobiliser les ressources et les personnes nécessaires, partage des stratégies, offre une formation théologique ou des bourses, pour que des communautés prêchant « Jésus seul » puissent voir le jour. Tout cela, en gardant à l’esprit que « ce n’est pas nous qui menons l’action, c’est l’Esprit Saint », selon le modèle de Paul qui dut renoncer à la Bithynie pour aller en Macédoine. Les missionnaires savent qu’il peut exister des blocages, ce qui les pousse à beaucoup prier et à chercher la route que Dieu ouvrira.

Bien sûr, ce type de grande vision missionnaire se heurte à de nombreux défis, qu’ils soient spirituels, financiers, culturels, linguistiques ou juridiques. Toutefois, David Jang insiste sur le fait qu’il existe un « temps fixé par Dieu » et un « lieu préparé par Dieu ». Les épreuves ne sont alors plus qu’une « école de la foi ». Comme l’Église primitive, qui a essaimé au-delà de Jérusalem à cause des persécutions, Dieu se sert souvent des difficultés pour déployer des desseins encore plus vastes.

De là, David Jang nous rappelle la question cruciale : « Que faisons-nous ici-bas pour le royaume de Dieu et pour Sa justice ? ». Durant son ministère terrestre, Jésus déclara : « Cherchez d’abord le royaume et la justice de Dieu, et tout cela vous sera donné par surcroît » (Mt 6.33). Avant de monter au ciel, Il promit : « Vous recevrez une puissance, le Saint-Esprit survenant sur vous, et vous serez mes témoins… jusqu’aux extrémités de la terre » (Ac 1.8). Ainsi se trouvent résumés le but et la direction de l’Église. Perdre cela, c’est s’exposer à un retour aux valeurs du monde et à la dévitalisation spirituelle.

Quel que soit le continent — Amérique, Asie, Afrique — si l’on entend un « Passe en Macédoine, secours-nous » qui réclame de l’aide, l’Église doit y répondre. Telle est l’héritage missionnaire du livre des Actes et la réalisation progressive de la prophétie de Jésus concernant la fin. Puisque le retour du Christ arrivera lorsque l’Évangile aura atteint « les extrémités de la terre », l’Église ne peut se permettre de céder à la paresse. Quand une porte se ferme ou que la direction semble confuse, c’est alors qu’il faut discernement et persévérance pour trouver la voie que l’Esprit ouvre.

Afin de remplir cette mission, de nombreuses initiatives se déploient dans l’Église contemporaine : mission via Internet, mission auprès des minorités ethniques, auprès des immigrés, mission universitaire, etc. Chaque contexte requiert des méthodes adaptées, mais l’essentiel demeure inchangé : « Jésus seul » reste l’unique chemin. Si l’Église renonce à ce fondement, le postmodernisme et le pluralisme l’envahiront. En revanche, si elle s’y attache fermement, elle s’ouvrira toujours à une nouvelle floraison.

David Jang insiste sur un point central de son enseignement : « Lorsqu’on prétend qu’il existe d’autres voies que Jésus, nous devons fermement nous y opposer. Mais quand il s’agit de débats eschatologiques internes à l’Église, qu’il s’agisse du prémillénarisme, du postmillénarisme ou de l’amillénarisme, ce sont des divergences d’interprétation qui ne doivent pas être causes de condamnation. L’eschatologie peut varier, mais le salut ne se trouve qu’en Jésus. » Cette approche souligne tout à la fois l’unicité de l’Évangile et la nécessité d’un dialogue tolérant autour des vues secondaires. L’important reste de poursuivre la diffusion du salut en Christ.

Pour revenir aux États-Unis, pays autrefois grand émetteur de missionnaires, on constate aujourd’hui qu’ils sont à leur tour une terre de mission. Et Dieu suscite, depuis d’autres pays, un élan missionnaire envers les communautés américaines en difficulté, ce qui atteste que la mission ne circule pas toujours de la métropole vers la périphérie. Dans l’histoire, là où l’Évangile se refroidit, il se rallume souvent grâce à un feu venu d’ailleurs.

Ainsi, « Passe en Macédoine, secours-nous » n’est pas une simple histoire ancienne. De nos jours encore, cette interpellation résonne. L’Église doit se tenir prête à discerner « où il faut passer » et à réagir promptement. Il se peut que « l’Esprit nous empêche d’aller » quelque part et nous montre plutôt un autre champ d’action. L’essentiel est de savoir lui obéir sans tarder. Actes 16.10 déclare : « Aussitôt après cette vision de Paul, nous cherchâmes à partir pour la Macédoine… ». La mise en pratique immédiate est déterminante.

David Jang souligne l’importance de cette « obéissance prompte » : si on attend que toutes les conditions soient réunies, il sera déjà trop tard. Lorsque Dieu détermine un moment précis et prépare personnes, ressources et financements, il faut se lancer par la foi. C’est ainsi que, dix ans plus tard, là où il n’y avait rien, on voit apparaître une Église, et vingt ans après, dans une région autrefois dépourvue de l’Évangile, on trouve des centaines de lieux de culte. Aux États-Unis, de nombreux jeunes pasteurs coréens ont déjà vécu cette expérience. Ils ont commencé avec une poignée de fidèles, dans un salon, et dix ans après, rassemblent une congrégation de plusieurs centaines de personnes.

En somme, pour que « Passe en Macédoine, secours-nous » soit d’actualité aujourd’hui, l’Église doit être attentive à la conduite du Saint-Esprit et se souvenir que les paroles de Jésus forment le cœur de l’eschatologie. Il n’y a pas d’autre chemin que Jésus-Christ, et c’est en restant ardemment attachée à Lui que l’Église poursuit la mission que Dieu lui a confiée. L’histoire se met alors en branle de nouveau. Si l’Église d’aujourd’hui s’essouffle, c’est en partie à cause de « l’iniquité grandissante », mais c’est aussi parce qu’elle a délaissé son ardeur missionnaire. Plutôt que d’adopter une posture défensive, il est temps pour elle de prendre l’initiative et de se diriger vers « les extrémités de la terre ». Seule cette attitude va ranimer la flamme interne, permettant au monde de voir en l’Église le canal de la vérité et de l’amour divins.

Ainsi, si l’on relie Actes 16 — « Passe en Macédoine, secours-nous » — et le discours eschatologique de Jésus sur le mont des Oliviers, on comprend pourquoi il est vital que l’Église soit engagée dans une mission sans cesse renouvelée, pourquoi elle doit résister au pluralisme et à la sécularisation, et surtout pourquoi elle doit affirmer que « Jésus-Christ seul est le chemin du salut ». En examinant le parcours de David Jang, on retrouve cet accent permanent sur la centralité de Jésus, le déploiement pratique de l’implantation d’Églises et l’attention portée à la direction de l’Esprit. Cet engagement s’inscrit dans la droite ligne des Actes des Apôtres et dans l’accomplissement de la prophétie du mont des Oliviers. Jusqu’à la « fin du monde », l’Église est appelée à tenir son rôle avec persévérance. « Cette bonne nouvelle du royaume sera prêchée dans le monde entier » : c’est alors seulement que viendra la fin. Dans ce processus, les croyants savourent la liberté véritable qui émane de la Parole (« La vérité vous affranchira », Jn 8.32) et offrent à Dieu la gloire qui lui revient, en vivant et annonçant ce message incomparable qu’est « Jésus, unique espérance de salut ».

www.davidjang.org

过来帮助我们 —张大卫牧师


1. 使徒行的核心

使徒行传是一卷展示初代教会历史与福音扩张进程的重要书卷,与路加所写的《路加福音》相互呼应,为我们提供了对早期基督教共同体的洞见。事实上,在初代教会中,曾有一些群体将路加福音与使徒行传视为最重要的经典,可见深入了解这两卷书,对于窥探早期信仰团体的根基与信仰遗产至关重要。再者,新约圣经中四福音书加上使徒行传(马太福音、马可福音、路加福音、约翰福音、使徒行传)这五卷,共同扮演了将“福音”与“历史”衔接起来的核心枢纽,因此有人说要熟悉到“闭上眼睛也能默想内容”的程度,这足见其对基督教信仰之重要性。

使徒行传记载了耶稣升天后,圣灵降临所带来的福音扩展:从耶路撒冷开始,遍及犹太和撒马利亚全境,最终扩展到地极。这其中,保罗使徒的出现与其将福音传至欧洲大陆的旅程占有相当大的篇幅。透过耶路撒冷公会议对外邦人传福音的确认、各个城市的宣教与逼迫、教会的建立,以及保罗在囚禁中的事工等,这些内容在全书28章里都有详尽的展开。

因此,熟悉使徒行传并不只是为了掌握历史事实,更在于通过具体的事例认识“圣灵在现实世界中的引导如何带来大能的作为”。上帝曾通过直接的声音、异象、感动,或对道路的拦阻等方式,来带领保罗和初代门徒确定宣教方向。在哥林多或腓立比的宣教之门被敞开的时候,同时也会看到他们想前往庇推尼亚却被阻挡的经历——这清楚表明圣灵并不只是“无限开门”,也会在合宜的时候“阻拦”。对当代信徒而言,这样的事例也可应用在个人的生涯或事奉抉择上,使我们更深地默想并体会神主权式的带领。

其中一个典型例子就是使徒行传16章中,保罗一行人第二次宣教旅行的过程:“圣灵既然禁止他们在亚西亚讲道”(徒16:6),以及“到了每西亚的边界,他们想往庇推尼亚去,耶稣的灵却不许可”(徒16:7),这显示保罗原先所计划的道路也会受阻。人在自己的思维中虽想前往某地宣教,但若圣灵不许可,那条路就会被堵住。最终,保罗来到特罗亚,在夜间看见了一个马其顿人向他呼求:“过到马其顿来帮助我们”,于是保罗的脚步转向了西边的欧洲大陆。这也引出了那著名的腓立比教会之建立,并由此让福音在西方世界开始大规模地传播。

这一幕让我们深思:在历史中,神的旨意与时机如何实现,而并非单凭人的意愿。如今,包括张大卫牧师在内的许多牧者,都尝试将这一真理应用到信仰与教会事工的实际当中。决定宣教与开拓方向时,即使有一条看似畅通的道路,人也要相信有时圣灵会亲自为我们预备“另一条路”。从教会史的角度看,也有不少宣教士曾打算前往某区域,却因为疾病、资金匮乏、环境等客观因素受阻,最终转向神所预定的另一处工场,而在那里却结出了更丰硕的果子。这让我们更加确信,“若我们原本想走的路被堵住,一定有神的美意”,并因此持续“向前迈进”。

耶稣在世时曾就末世的预言和教导,集中地阐述在“橄榄山讲论”(Olivet Discourse)里。马太福音24-25章、马可福音13章和路加福音21章中都记录了这一部分,当时耶稣在橄榄山上向门徒预言末后的征兆——“耶稣在橄榄山上坐着”(太24:3),门徒询问祂:“你的降临和世界的末了,有什么预兆呢?”耶稣回答的形式,就构成了我们所说的橄榄山讲论。耶稣在此警戒,末后的日子会有许多“假基督”出现,许多人会说“我是基督”,并行迷惑之事。换言之,唯独耶稣乃是“道路、真理、生命”(约14:6),但随着世界末期的临近,各种异端教导与“替代道路”会出现,推行混合主义或多元主义(Pluralism)。

在当代思想潮流的后现代主义(Postmodernism)语境下,一切都被解构,没有任何所谓的绝对标准,所有的“真理”都被相对化。由此衍生出“不同的‘真理’可以并存,不管走哪条路都有效”的多元主义趋势。而基督教的立场则是,“除祂以外,别无拯救,因为在天下人间,没有赐下别的名,我们可以靠着得救”(徒4:12)。同样,在橄榄山讲论里,耶稣指出,末日之时,许多人会陷入混乱,但唯有持守真理的人才能免于迷惑。因此,“除了耶稣之外别无他路”的“唯独耶稣”信仰,正是末世信仰的核心。

张大卫牧师一贯从这样的末世论角度宣扬耶稣“只有这一条道路”的真理,并且警醒教会不要轻易陷入后现代主义的多元主义思维。人们以“自由与多样性”为名所创造的那些“替代道路”,极可能成为无神的道路;耶稣在他的临别讲论(约翰福音14章)、登山宝训以及橄榄山讲论里曾亲自警戒的“末世迷惑”,我们唯有倚靠真道和圣灵才能应对。

再往下探究,当教会面对后现代主义冲击时,该如何守护福音?这里就更加凸显了传统改革宗教会(Reformed Church)的价值。宗教改革的核心精神是“回到圣经”(Sola Scriptura),藉着神的话与圣灵,坚守并传扬真理,在神面前持守信仰的本质。包括张大卫牧师在内,不少人呼喊“改革宗教会要更回归圣经”,即是为了防止教会冷淡下去,并保持一个正确的末世信仰姿态。耶稣曾在马太福音24:12中预言:“只因不法的事增多,许多人的爱心就渐渐冷淡了。”如果我们看见这预言在当下教会中也可能成真,就更加需要在真理上站立得稳,唯有如此,我们的灵性“温度”才得以维持。

最终,使徒行传对我们的重大启示就是“圣灵主导下的福音传播”,而这与橄榄山讲论等耶稣的先知性教导互相呼应。耶稣亲口说过:“这天国的福音要传遍天下,对万民作见证,然后末期才来到”(太24:14)。这表明福音传播与末世“时间表”的紧密关系。正如保罗在特罗亚见到马其顿的异象并“过到马其顿去”一样,当代信徒也不可忘记把福音传至地极的使命。因为若不藉着耶稣,就无法到父那里去,教会必须敏锐地聆听那来自世界的呐喊——“过来帮助我们”。

特别是张大卫牧师常提到罗马书8章里“受造之物切望等候神的众子显现”的教导,提醒教会:全世界其实都如同当年马其顿人般,正迫切盼望福音。救恩关乎失去神的世人能否复原,这乃是万物“坏掉后”的根本性议题;要让这些“被破坏的受造物”重新运转,唯有回到创造主那里。而只有耶稣基督的福音才能解决人类的根本问题,把这道路宣扬出去,正是教会的本分与使命。


2. “来帮助我

使徒行传16章中,保罗得到马其顿异象的情节,是初代教会宣教史上的一个重大转折。保罗原本要往东边去,但多次受阻;在异象的带领下,他转向西边的欧洲。这样,腓立比教会得以建立,包括吕底亚等人在内的众人得蒙祝福,也由此保罗的影响力一路经希腊传到罗马。如果保罗一直留在小亚细亚为中心的地区,那么基督教或许无法在更广阔的地方传播,但神的护理却翻转了历史版图,使福音在西方世界大大扩张。

张大卫牧师在阐明使徒行传的脉络时,会特别关注当今美国在宣教方面所处的位置和意义。曾几何时,美国拥有强烈的“福音派”(Evangelical)特质,曾经派出大批宣教士走向世界,对基督教的全球扩张贡献甚巨。19世纪末到20世纪中叶,美国经历了“大觉醒运动”(Great Awakening),当时美国教会复兴,也成为世界教会宣教的中心。然而,随着现代世俗化、多元主义及自由派神学的渗透,美国教会正逐渐走向削弱,以前那种属灵活力正在消失。这种现状,从先知性的角度看,也许正应验着以赛亚书所警告的:“你的酒用水搀对,你的银子变为渣滓”(赛1:22),暗示当教会失去本质时,属灵衰退就会到来。

然而,这并不意味着美国教会就彻底崩溃了。以赛亚书6:13提到:“境内仍有十分之一存留,却要再被吞灭……但是其中存留的圣洁种子就是这地的树墩。”就像葡萄树虽然被砍伐,仍有树墩可留存一样,美国仍有不少福音火种在一些教会与领袖当中延续着。张大卫牧师指出,今天依然存在那“过来帮助我们”的呼声,正像保罗时代一样。如果说从前美国曾向全世界派遣宣教士,现在似乎轮到世界各地的基督徒“过来”,来帮助美国教会重新坚固根基,重新点燃火种,再次把福音传向世界。

实际上,确有一些韩国或其他国家的福音派基督徒正前往美国不同的州建立教会,摸索新的模式,期盼推动新一轮复兴。这股趋势正逐步扩大。在美国各地,那些原本相对孤立的韩裔教会或少数族裔教会,正更积极地活动,并努力发展成多民族教会或在主流社会中产生更深远的影响力。关键是,他们并非基于“民族优越感”或“文化扩张”的目的,而是为了重新见证福音的普世大能,在美国社会中恢复并扩张福音影响力。

“过来帮助我们”这句话,不仅适用于美国,也同样适用于世界上任何地方。有些地区看似已经接受并扎根了福音,但实际上却可能因文化、思想的扭曲或教义的妥协,陷入属灵危机。在那里,也会发出“为了恢复这片土地、重新播下神圣的种子,别的地方的教会,请过来帮助我们!”的呼唤。当教会敏锐地回应这样的呼声,圣灵就会扭转历史的走向。

张大卫牧师强调:“即使当今的教会正在冷淡,主仍会不断更新教会,来带动整个历史。”从世界各地而来的移民群体,或对福音再次敞开的信徒们,若能在美国50州各地建立新的教会与团契,就能成为一个鲜活的例证。当这种拓植(church planting)运动通过地域教会彼此建立“网络”而扩张时,新的福音运动便会兴起。正如保罗在见了马其顿的异象之后“立刻动身”一样,如今的教会若感受到时代性的呼召,也应该迅速行动。

换言之,美国正在“重新做宣教之梦”的呼声,早已在教会、宣教团体、神学院以及各个宗派内部出现。如果过去美国是“差派宣教士”的国家,如今却成为“需要宣教”的国家,为此国内外的基督徒们正在团结起来,一同领受“再一次宣讲,再一次传扬福音”的使命。《启示录》10:11说:“你必指着多民、多国、多方、多王,再说预言。”许多人在当代的宣教语境里重新审视这节经文,解释为“即使福音已经传进去的地方,其实还是需要再一次听到福音。”

回到前文提及的后现代主义、多元主义、自由主义神学、世俗化等,这些浪潮已冲击着包括美国教会在内的全球教会。教会虽然外表还在,但若失去圣灵与真道的火热,福音也无法真正影响社会。这就像“酒被水稀释”般,失去了力量。但反过来,这种混乱与低迷的氛围反而更能凸显出“圣洁的种子”——数量也许不多,却更加闪耀。神往往使用这样的“余民”(remnant),在大潮退却之际兴起新事工。

张大卫牧师将这种属灵原则与教会史结合,说明当真理的圣灵降临时,会不断使我们回想起耶稣所说的,并让我们在爱中保持火热。宣教士、牧者、教会开拓者,都是神忠实差派的器皿——他们常在艰难处境中勇往直前,正如保罗遭遇热病、同工离散、道路被阻,但仍一次次重新振作,极力实践使徒行传式的宣教精神。

现今在美国各州开拓教会的计划,也正是出于同样的心志。有些地区的既有教会已经衰落,福音在当地失去推动力,但若神对该地另有心意,那里的“呼喊”就如同再次响起的“过来帮助我们”。有人顺服地过去植堂和传讲福音,就会产生新的社区教会,这些教会又成为传教中心,引发更广泛的宣教扩展。如此,曾经萎缩的福音派也能被重新唤醒,而教会则成为“走上前线”的宣教发动机。

马太福音24:14所说的“这天国的福音要传遍天下,对万民作见证,然后末期才来到”,不光赋予教会一份责任,也昭示了一个事实:福音向普世传扬的过程,是决定末世时间表的关键因素。换言之,如果末后近了,我们越要更紧迫地传福音。尽管会有各种势力阻挡,也会遭遇历史和文化上的困难,但当我们奋力完成此使命,末了才会来到,其中更蕴含着积极的盼望。

纵观教会历史,每当教会大规模复兴时,往往伴随着积极的宣教与差派。18、19世纪英国向世界各地派宣教士的时期,国内的卫理公会、长老会等新教宗派也同时经历了巨大的增长;美国在大觉醒运动时期同样出现了内在属灵更新与海外宣教的同步繁荣。教会一旦不再困守内圈,而是以宣教为导向、不断迈向“前方战线”,就常能见到圣灵的同在与工作。

张大卫牧师同样多次强调,教会不可变得冷淡,“若不持续参与宣教与福音传播,教会终究会走向冷淡”。因为,一旦停止传扬“唯独耶稣是道路”的信息,教会内部的属灵热度便会慢慢降低,世俗化思维也会趁势侵蚀教会。因此,宣教同时也是教会“恢复属灵活力”的关键。当教会不断外展,接纳并关怀新群体,走进世界宣扬因福音而带来的爱与真理,教会内部的“温度”也随之升高。

当“你必须再次预言”(启10:11)的启示录使命,与“过来帮助我们”(徒16:9)的使徒行传呼召相结合,当代基督教的宣教版图将出现令人惊讶的变化。各地教会若能拆除彼此间的隔阂,走向异地或跨国协助建立教会,一同敬拜、分享事工,就有机会扭转后现代主义与世俗化所造成的“坟墓般”低迷。这与保罗“夜间看见异象,就立刻动身往马其顿去”(徒16:9-10)的行动如出一辙。教会理当成为“保罗式共同体”,敏锐于圣灵的带领,勇敢地迈进。

人们常提到张大卫牧师在推动大规模宣教与教会开拓事工方面,有极大的热诚与投入。他会协助或支援许多处于开拓阶段的教会,为它们提供必要的资源与人力,分享宣教策略,支持神学教育或奖学金等种种方式,来兴起更多践行“唯独耶稣”福音的群体。而在所有这些过程中,最核心的原则始终是“并非我们主导”,而是“由圣灵带领”。就像保罗想去庇推尼亚传道却被耶稣的灵所阻,而改往马其顿一样,宣教士也必须不住地祷告、敏锐分辨道路的开合,以便随时调整脚步,遵从更大、更宽的方向。

当然,如此大规模的宣教与开拓教会行动,无论在属灵层面还是物质层面,都会面临巨大的挑战:资金、人员、语言文化与当地法律法规等,困难层出不穷。可是在张大卫牧师看来,“神早已预备了合适的时机与土地”。困难常常成为“信心训练”的机会。初代教会在耶路撒冷遭到逼迫被分散时,福音反而更快地传到撒马利亚和外邦之地,如此看来,苦难与障碍也可能正是神成就更大计划的途径。

因此,张大卫牧师常发出问题:“我们在地上为神的国与祂的义做了什么?”因为耶稣在地上事奉时曾说:“你们要先求他的国和他的义,这些东西都要加给你们了”(太6:33),并在升天前嘱咐门徒:“但圣灵降临在你们身上,你们就必得着能力……直到地极,作我的见证”(徒1:8)。这大体概括了教会存在的目的与方向。若个人或教会迷失了这个方向,便会陷入世俗价值观与属灵枯竭之中。

不论在美国、亚洲或非洲,只要有“过来帮助我们”的呼唤之地,教会就必须回应。这既是保罗所代表的“使徒行传式宣教遗产”,也是对耶稣在橄榄山讲论中“末世预言”的呼应。正因末日只有在“这天国的福音传遍天下”时才会来到,教会就没有时间可以懈怠。即便遇到关门或迷失方向,仍要坚信圣灵必为我们开另一扇门并持续寻求,并为此全力以赴。

在今天,围绕教会开拓所进行的各类项目与宣教策略都在不断出现。网络事工、多族裔事工、移民事工、校园事工等,因应不同的时代与地域而各有形态。但它们的核心脉络却是一致的:唯有“唯独耶稣”才是唯一的道路,不论面对多么严峻的思想与文化挑战,都要持守“除祂以外别无拯救”的福音真理。若教会不能坚守这个真理,就会被后现代主义和多元主义所吞噬。然而,一旦教会紧紧抓住这真理,也就一定会行走在复兴之路上。

张大卫牧师在许多讲道、研讨会和聚会里,反复强调的要点之一就是:“当有人宣称除了耶稣之外还有其他得救之道时,我们必须坚决抵挡。然而在末世论的诠释上,诸如前千禧年、后千禧年、无千禧年等争议,则是教会内部的神学解读差异,并非必须定罪的对象。末世论的方法论可以多样,但救恩论唯独耶稣,这才是不可动摇的核心。”这既承认了福音的唯一性,也承认了教会内部存在不同神学观点的多样性。最重要的是,我们是否始终在传扬福音。

再以美国为例,曾经向全世界派遣大批宣教士、引领福音潮流的教会,如今或许陷入沉寂之中;但神或许正借着他国的信徒,在美国国内兴起一股新的“宣教风”,而宣教的对象正是“美国各地的教会”。这说明宣教并不只是“中心对边缘”的单向模式。纵观历史,福音从未停留在某个地区——哪里衰退,神就可能兴起另一处的火种,再反哺回来。

因此,“过来帮助我们”绝非仅仅是使徒行传时代的陈旧呼喊,而是今日仍在不断回响的呼声。教会必须常常寻求,“我需要前往哪里帮助?”并且在察觉“圣灵阻挡我们道路”时,不要灰心;也要警醒是否有另一个地方正迫切呼喊“请过来帮助!”更重要的是要效法保罗那样“立刻顺服”。使徒行传16:10记载:“保罗看见这异象,我们随即想要往马其顿去”,这指明信心行动不应有迟延。

张大卫牧师也强调这种“迅速顺服”,说“若等待环境条件都完美再行动,就会错过神预备的机会。当神的时机成熟,人、资源和财务都已经预备就绪时,我们就当凭信心决定并采取行动。”由此一步步前行,十年前毫无根基的地方也许就会建立教会,二十年前未及传扬福音的地区或许便会出现众多敬拜群体。美国许多州都曾出现这样的例子:最初只是在某人的家中,5、6个人开始聚会,但十年后却成长为拥有数百人敬拜的教会。

综上所述,唯有当使徒行传16章的“过来帮助我们”与耶稣末世论教导(橄榄山讲论)相互联系,我们才能深切理解为何教会必须不断踏上宣教之路,该如何在多元主义与世俗化中坚守真道,并在一切过程中坚定相信唯有耶稣基督才是通向救恩的唯一道路。若以张大卫牧师为关键人物来看,他始终在不断强调这些要点,并且透过实际推进教会拓植与宣教项目,努力走在“圣灵引领之路”的前方。这样的信仰旅程,正是为着那橄榄山讲论所预示的“世界末了”而进行,也是教会必须坚守的本分与责任。教会若在真理和爱中被充满,“这天国的福音传遍天下”之日才会来临,而那时末世才会来到,这正是基督教信仰的宏大图景。在此过程中,信徒因持守“除了耶稣以外,别无他名”之福音精髓,并因“真理必叫你们得自由”(约8:32)而得到真正的自由,最终将一切荣耀归于神。

www.davidjang.org

って来て、我らを助けてください – 張ダビデ牧師

Ⅰ. 使徒行の核心
使徒行伝は初代教会の歴史と福音が拡大していく過程を示す重要な書であり、ルカによって書かれたルカの福音書とあわせて、初期キリスト教共同体に対する洞察を提供する。実際、初代教会の中にはルカの福音書と使徒行伝を最も重要な聖典とみなしたグループもあったほどで、この2巻を理解することは初期信仰共同体の根と遺産を知るうえで欠かせない鍵となる。さらに、新約聖書の中で四つの福音書と使徒行伝を合わせた五つの書(マタイ、マルコ、ルカ、ヨハネの各福音書と使徒行伝)が、福音書と歴史を結ぶ中心的役割を果たすため、内容を暗記してでも繰り返し思い起こせるほど熟知すべきだという言葉があるほど、キリスト教信仰にとって必須の文書だと言える。

使徒行伝には、イエス様の昇天後に聖霊が下り、それに伴って福音がエルサレムをはじめとするユダヤとサマリア全域へ広まり、ついには地の果てにまで拡散していく歴史が多面的に記されている。そしてその過程で、パウロ使徒が登場し、福音をヨーロッパ大陸へまで伝道していく旅路が比重をもって扱われる。エルサレム会議を通した異邦人への福音拡大、各都市での宣教と迫害、教会設立、パウロの獄中での働きなどが計28章にわたり詳しく描かれている。

このように使徒行伝を読み込むことは、単に歴史的事実を知るだけでなく、「聖霊の導きが現実世界の中でどのような業を起こされるのか」を具体的に知ることを意味する。神はパウロや初代の弟子たちに直接語りかけたり、幻や感動を与えたり、道を閉ざしたりすることで宣教の方向を定めておられた。コリントやピリピへ行く道が大きく開かれる一方、ビテニヤへ行こうとしても行けなかったことに見るように、聖霊はいつも一方的に「開いてくださる」だけでなく、「閉ざされる」お方でもある。これは現代の信仰者が自身の進路や働きを決定する際にも、神の主権的導きについて深く黙想するきっかけになる。

代表的な例が、まさに使徒行伝16章にあるパウロ一行の第2回伝道旅行である。「聖霊がアジアで御言葉を語ることを許されなかった(使徒16:6)」「ムシヤの境に近づいてビテニヤへ行こうと試みたが、イエスの御霊がそれをお許しにならなかった(使徒16:7)」という記述は、パウロが準備し計画していた道が閉ざされることがあるという事実を示している。人間の考えでは行こうとしていた伝道地であっても、聖霊はその道を許されなかった。結局パウロはトロアスに至り、マケドニア人が「渡ってきて私たちを助けてください」と叫ぶ幻を見て、西方のヨーロッパ大陸へ足を向ける。その結果、あの有名なピリピ教会が設立され、福音が西方世界へ本格的に進出することになった。

この場面は、人間の思いではなく「神の御心とタイミング」が歴史の中でどのように実現されるかを深く考えさせる。今日、張ダビデ牧師をはじめとする多くの牧会者たちも、この原則を信仰と教会の実際の働きに適用しようと努めてきた。宣教や開拓の方向性を決める際に、自分に開かれているように見える道があったとしても、ときに聖霊が備えておられる別の道があることを信仰によって受け入れる必要があるということだ。教会史を振り返ると、多くの宣教師が特定地域へ向かおうとしても、病や財政問題、環境問題などにより扉が閉ざされ、神が見据えていた他の地域へ宣教の場が移った後に、より大きな実を結んだ例は少なくない。これは「自分が望んだ道が閉ざされるなら、そこには必ず神のご計画がある」という確信をもって、諦めるのではなく「前へ進み続けよ」というメッセージを投げかける。

イエス様の御言葉の中で、終末論的な預言と教えが圧縮されている部分はオリーブ山の説教(オリベット・ディスコース)として知られている。マタイの福音書24-25章、マルコ13章、ルカ21章に共通して記録されているこの説教は、イエス様がオリーブ山で世の終わりに起こる徴を預言された場面に由来する。「オリーブ山に座られたイエス様(マタイ24:3)」に対して弟子たちが「あなたの来られる時と世の終わりにはどんな徴があるのですか」と質問し、それに答える形で進行する。イエス様は最後の時代に「偽メシア」たちが現れ、多くの者が「私の名によって来る」と人々を惑わし、「私はキリストだ」と言って混乱に陥れると警告された。つまり、ただイエスのみが「道であり真理であり命(ヨハネ14:6)」であるにもかかわらず、世の終わりが近づくほど多種多様な異端的教えや代替的な道が登場し、混合主義や多元主義が蔓延するということである。

現代社会の思想的潮流として挙げられるポストモダニズムは、「絶対的なものは存在しない」という懐疑主義に基づき、すべてを解体してあらゆる真理を相対化できると主張する。そのため、「一つの絶対的真理ではなく多様な真理が併存し得る。どの道を選んでも有効だ」という多元主義が横行する。しかしキリスト教の立場は、使徒行伝4章12節の「この御名(イエス)以外に救いはない」という宣言の通り、救いは唯一イエスにのみあるということをはっきり告白する。オリーブ山の説教でもイエス様は、終末の時代に多くの人が混乱に陥るが、真理を堅く守る者だけが惑わしから免れると強調された。ゆえに「イエス以外に道はない」という“Only Jesus(ただイエスのみ)”の信仰を守ることが終末論的信仰の中心になる。

張ダビデ牧師はこのような終末論的視点とイエス様の「ただ一つの道」という思想を説きながら、教会がもしポストモダニズムの多元主義的思考に染まる恐れがないか、常に警戒すべきだと強く訴える。人間が自由や多様性をかかげて作り出した数多くの「代替の道」は、結局「神なき道」になるリスクが高く、イエス様が別れの説教(ヨハネ14章)や山上の説教、そしてオリーブ山の説教で直接警告された「最後の時の惑わし」に対抗する最重要の武器は、ただ御言葉と聖霊であるためだ。

さらに教会がポストモダニズムに対抗してどう福音を守るべきかを問う中で、伝統的改革派教会(Reformed Church)の重要性が一層際立つ。宗教改革の中心的精神は「聖書へ帰れ(Sola Scriptura)」という合言葉に集約され、それは御言葉と聖霊を通して真理を守り伝え、神の前での信仰の本質を堅く保とうとする態度にある。張ダビデ牧師をはじめ多くの人々が「改革派教会はさらに聖書へと近づかなければならない」と叫び続けるのも、教会の霊的冷却を防ぎ、終末に備える正しい信仰の姿勢を保つためだ。イエス様が「不法がはびこるので多くの人の愛が冷えます(マタイ24:12)」と語られた預言が、今日の教会内部で現実になる可能性を見ればこそ、真理にしっかり立つことが私たちの魂の「温度」を守る方法になる。

結局、使徒行伝が私たちに教える最も重要な真理は「聖霊が主導される福音宣教」であり、これはオリーブ山の説教などイエス様の預言的御言葉と一つにつながっている。イエス様ご自身が「この御国の福音はすべての国民に対してあかしをするために、全世界に宣べ伝えられる。それから終わりが来るのです(マタイ24:14)」と宣言されたことは、福音宣教が終末論的タイムテーブルを決定づける重要要素であることを示す。使徒パウロがトロアスでマケドニア人の幻を見て渡っていったように、現代の信徒たちも地の果てまで福音を伝える使命を忘れてはならない。イエス様を通さなければ神のみもとへ行くことができないのだから、教会は「渡ってきて私たちを助けてください」という世の嘆きを敏感に聞き取り、迅速に駆けつけるべきである。

特に張ダビデ牧師はここで、「神の子の現れを被造物が切実に待ち望んでいる(ローマ8章)」という箇所を改めて思い起こし、全世界がマケドニア人のような切実さを抱いて福音を待っていることを教会が忘れてはならないと強調する。救いとは、最終的に神を失った人間が回復されねばならない根本問題であり、世界のあらゆる「故障した被造物」を再び正しく動作させるには、設計者である神のもとに立ち返る必要があるからだ。イエス・キリストの福音によってのみ人間の根本問題は解決され、この道を知らせて伝えることこそ教会の本来の使命なのである。


Ⅱ.「渡ってきて私たちを助けてください」
使徒行伝16章に描かれたパウロのマケドニアの幻は、初代教会の宣教史に転機をもたらした重要な出来事であった。東へ向かおうと努力しても道が閉ざされたとき、パウロは確かな導きを受けて西方のヨーロッパへと向かうことになる。その結果、ピリピでルデヤをはじめとする人々と出会い、教会が設立され、パウロの影響力はギリシアを越えてローマにまで及ぶことになる。もしパウロが小アジア中心の宣教にとどまっていたら、キリスト教ははるかに限定された地域にしか広がらなかったかもしれないが、神の摂理は歴史の地形をひっくり返しながら、福音を西方世界へ大きく拡大されたのである。

張ダビデ牧師は、この使徒行伝の流れの中で、今日のアメリカが持つ宣教的立場と意味に注目している。アメリカはかつて「福音主義(エバンジェリカル)」色を強くもち、世界中へ多くの宣教師を派遣してキリスト教拡張に大きく貢献した。19世紀末から20世紀中盤にかけては、「大覚醒運動(Great Awakening)」によってアメリカ教会がリバイバルし、世界教会の宣教を牽引する中心軸であった。しかし現代に入り、アメリカの教会は世俗化、多元主義、自由主義神学の浸透によって徐々に衰え、かつての霊的な活力を失いつつある様相を否定できない。預言的視点で見れば、これはイザヤ書が警告する「あなたのぶどう酒には水が混じり、あなたの銀は滓(かす)となった(イザヤ1:22)」という御言葉のように、教会が本質を失うときに起こる霊的退潮の結果でもある。

だからといって、アメリカ教会が完全に崩れたわけではない。イザヤ6章13節にある「たといその地に十分の一が残っても、これもまた滅ぼされるが…聖なる種がこの地の切り株となる」という御言葉のように、ぶどうの木が切り倒されてもまだ残った切り株があるように、今も福音の火種が生き続ける教会や指導者たちが存在する。張ダビデ牧師は、「渡ってきて私たちを助けてください」というパウロ時代の叫びは今の時代にも響いている、と主張する。つまり、かつてアメリカが世界中に宣教師を派遣していた時代があったなら、今度は世界各国のキリスト者がアメリカへ“渡って行き”、再び教会を強固に建て上げ、その火種をよみがえらせて、再び全世界へ福音を送り出さなければならないというのだ。

実際、韓国をはじめとする各国出身のクリスチャンたちがアメリカ各州に教会を開拓し、新たなモデルを築いて次世代のリバイバルの火種を起こそうと試みる動きが少しずつ広がっている。一部の地域では孤立していた在米韓人教会や少数民族教会がより活発に活動し、多民族教会として成長したり、主流社会の中で影響力を発揮するために努力したりしている姿も見られる。重要なのは、この動きが単に「民族的優越感」や「文化的拡張」のためではなく、福音が持つ普遍的な力を改めて確認し、アメリカ社会において福音を回復し拡散することを目的としている点だ。

「マケドニアへ渡ってきて私たちを助けてください」という使徒行伝16章の言葉は、今日のアメリカだけでなく、世界のどの地域にも当てはまる。ある地域は福音が既に入って定着したかのように見えても、実際には文化的・思想的歪曲や教理的妥協によって霊的危機に直面している場合もある。そのような状況で「この地を回復させ、聖なる種を再びまくために、他の地域の教会よ渡ってきてほしい」という要請が生じる。教会がこの呼びかけに敏感に応じるとき、聖霊は歴史の方向を変えてくださるのだ。

張ダビデ牧師は「今日の教会は冷えつつあるが、主は絶えず教会を新たにされ、歴史を導いておられる」と説く。世界中から集まった移民共同体や改めて福音に目覚めた人々が、アメリカの50州に教会を開拓し共同体を築くという動きはその一例である。このような動きは、実際に宣教の地形を変え、地域教会を通してネットワークが拡張されていくとき、新たな福音運動が起こる。パウロがマケドニアの幻を見てすぐ応答したように、教会共同体も時代の召命を感じ取り、素早く実行に移すことが大切である。

いわゆる「アメリカが新たな宣教の夢を見ている」という宣言は教会内部、宣教団体、神学校、各教派などからしばしば聞かれる。かつてはアメリカが「宣教師を送り出す国」だったが、今は「宣教が必要な国」だという認識が広まり、国内外のキリスト者たちが協力して「再び預言せよ、再び福音を叫べ」という使命を改めて握っているのだ。ヨハネの黙示録10章11節「あなたは多くの民族と国民と言語と王たちについて、再び預言しなければならない」という一節が現代の宣教的文脈で再び注目されている。この御言葉を「すでに福音が入った場所も、実はもう一度福音を聞く必要がある」と解釈する人々もいる。

前述したポストモダニズム、多元主義、自由主義神学、世俗化などの潮流はアメリカの教会をはじめ、世界中の教会を揺さぶっている。教会が外形的には存在していても、内的には御言葉と聖霊の火が消え、福音の力が社会で役割を果たせなくなっている例も少なくない。これこそまさに「ぶどう酒に水が混じった」状態であり、霊的力を失った状況だ。しかし逆説的にいえば、こういう時代だからこそ「聖なる種」として主が用いられる人々が際立ってくる。大きく人数が多くて声が大きい群衆ではなく、少数であっても「十分の一」あるいはそれ以下の残りの者たちを通して神は新しいことを行われる。

張ダビデ牧師は、このような聖書的原理と教会史とを結びつけながら、「真理の御霊が臨まれるとき、イエス様が語られた言葉と示された愛を絶えず思い起こさせ、私たちを冷えないようにしてくださる」と強調する。宣教師や牧師、教会開拓者たちは神が誠実に遣わされる人々であり、しばしば厳しい環境下でも大胆に出て行き教会を建ててきたが、それはパウロが熱病にかかり、同労者たちが去り、道が閉ざされても再び立ち上がったという、使徒行伝的な宣教精神と一致している。

アメリカ各州に教会を開拓する計画も同じ流れの中にある。ある地域では既存の教会が弱体化し、福音が力を失ったように見えるかもしれないが、その地域に対する神のご計画があるならば、そこは再び「渡ってきて私たちを助けてください」という霊的呼び声を上げる可能性がある。この呼び声に応じて教会開拓と福音宣教がなされるとき、新しい共同体が形成され、その共同体が中心となって宣教が拡大する。こうした過程を通じて、一時停滞していた福音主義が再び蘇り、教会が「前線へと出て行く」宣教のエンジン役を果たすようになる。

マタイの福音書24章14節でイエス様が「この御国の福音がすべての国民に対してあかしをするために、全世界に宣べ伝えられる。それから終わりが来る」と宣言された御言葉は、教会に単なる責任感を与える以上に、「終末の時」を左右する決定的な要素が何であるかを示している。この言葉には「もし世の終わりが迫っているのなら、あなたがたはますます福音を伝えねばならない」という切迫感が込められている。一言でいえば、福音が全世界にあかしされる過程を妨げようとする勢力もあるだろうし、歴史的・文化的な障害も多いだろうが、それでもこの使命を果たそうと努力するとき、初めて終わりが来るのだという希望に満ちた展望が含まれているのだ。

歴史的にも教会が大きくリバイバルする時期には、必ず福音宣教と派遣(宣教)が伴った。18~19世紀にイギリスが世界各地に宣教師を送り出していた頃、国内ではメソジストや長老派などプロテスタント教派が大きく成長し、アメリカで大覚醒運動が起こっていた時期にも、内的な霊的刷新とともに海外宣教が盛んに行われた。このように、教会が自らの垣根の内側にとどまらず、「前へ進む」宣教マインドを抱くとき、聖霊のみわざがともに動く事例が多かった。

張ダビデ牧師も「教会が冷えてはならない」と繰り返し強調し、「宣教と福音宣伝への参加を絶やさない教会でなければ、いずれ冷え込むしかない」と指摘する。「ただ唯一の道であるイエス様を伝えることをやめてしまえば、教会内部の霊的情熱は徐々に冷め、世俗的思考が教会を浸食してしまう」というのが彼の警告だ。その意味で宣教は「霊的活力の回復」とも直結している。教会が外へと積極的に出て行き、新たな魂を受け入れ、世のただ中で福音にもとづく愛と真理を分かち合うとき、教会の内面的な温度もまた熱くなるのである。

このように「再び預言しなければならない」という黙示録的使命と「渡ってきて私たちを助けてください」という使徒行伝的要請が結びつくとき、現代キリスト教の宣教地形は驚くほど変貌する。地域教会が閉ざされていた垣根を取り払って、他の都市や他国へ渡り開拓を助けたり、ともに礼拝したり、さまざまな働きを共有したりするとき、ポストモダニズムや世俗化が生み出す墓場のような状況を蘇生させることができる。これはパウロが「夜に幻を見たとき、すぐにマケドニアへ出発しようと努めた(使徒16:9-10)」という聖句と正確に一致する概念であり、教会は一種の「パウロ共同体」となって、聖霊の導きに従って前進しなければならない。

張ダビデ牧師は、このような宣教的熱情を具体的に実行するため、実際に多くの教会開拓プロジェクトに携わり、また支援してきたことでもしばしば言及される。多地域や多国で開拓途上にある教会に必要な資源や人材を送り、宣教戦略を共有し、神学教育や奨学金を提供するなど、多様で実際的な方法で「ただイエス」の福音を証しする共同体を起こしていくのである。その一方で、こうした働きのすべてにおいて最も重要視するのは「私たちが主導する」のではなく「あくまで聖霊が導かれる」という事実を見失わないことだ。パウロがビテニヤへ向かおうとしたときイエスの御霊がそれを閉ざし、その代わりにマケドニアへ向かわせたように、宣教者は絶えず祈りつつ道が閉じる場合があることを念頭に置き、そのつどより開かれた道を探して素早く動く。

もちろん、大規模な宣教と教会開拓の働きには、霊的にも物質的にも多くの挑戦が待ち構えている。財政や人材、現地の言語と文化、法律上の問題など、さまざまな障害に直面し得る。しかし張ダビデ牧師は「神がすでに備えておられる時があり、備えておられる地がある」と語り、そうした苦難の道を「信仰の訓練過程」として捉えるよう勧める。初代教会がエルサレムで迫害を受けて散らされたとき、その散らされる出来事によってサマリアや異邦の地に福音がいっそう拡大したように、苦難や困難はむしろ神のより大きなご計画を成就する道具となり得るからだ。

それゆえ張ダビデ牧師は「私たちは地上で神の国とその義のために何をしているのか」という問いを常に投げかける。イエス様は地上でのご生涯の中で「まず神の国とその義とを求めなさい。そうすればこれらのものはすべてそれに加えて与えられます(マタイ6:33)」と教え、復活して昇天される直前には「ただ聖霊があなたがたに下るとき、あなたがたは力を受け…地の果てにまで私の証人となる(使徒1:8)」とお命じになった。これはまさに教会が存在する目的と方向性を的確にまとめた御言葉である。この方向を見失った教会や個人は、結局世の価値観に流され、霊的活気を失ってしまう。

アメリカであれアジアであれアフリカであれ、どこであっても「渡ってきて私たちを助けてください」という切実な叫びが聞こえる場所があるならば、教会は必ず応答しなければならない。これこそパウロから連なる「使徒行伝的宣教の遺産」であり、オリーブ山の説教が示す「イエス様の終末論的預言」を完成していく道でもある。結局、終末は「この福音が全世界に宣べ伝えられるとき」に訪れるのであり、教会には怠慢でいる余地がない。道が閉ざされたり、方向を見失ったりしても、聖霊が開いてくださる扉を最後まで探り、そこに全力を注がねばならない。

現代、この使命を継承して教会開拓のためのさまざまなプロジェクトや宣教戦略が提示されている。オンライン宣教、多民族宣教、移民者宣教、大学での宣教など、時代や場所に合わせた多様な方法論が試みられている。しかし本質は一つである。「ただイエス」こそ唯一の道であり、どんなに思想的・文化的挑戦が激しくとも、イエス以外に救いの名はないという福音の真理を守り伝えることだ。教会がこの本質を守れないならば、ポストモダニズムと多元主義に呑み込まれてしまう。しかしこの本質を守るならば、教会は必ずリバイバルへの道を歩むだろう。

張ダビデ牧師が、多くの説教やセミナー、集会などを通して強調してきた核心の一つもこれである。「イエス以外にも救いがあると主張する動きが出たとき、私たちは断固として戦わなければならない。しかし、終末論の解釈、前千年説・後千年説・無千年説のような議論は教会内の解釈の相違によるものであり、それ自体を罪に定めるべき対象ではない。終末論的手法はいくつもあり得るが、救いの道はイエスのみだ」という主張は、福音の唯一性と広い包容性の双方を認める態度である。前千年説か後千年説かにかかわらず、大切なのは私たちが今「福音を宣べ伝えること」を継続しているかどうかだということだ。

再びアメリカを例に考えると、かつて世界に大規模に宣教師を送っていた教会が、今は停滞期に入っている中で、神は別の国の聖徒たちを用いて新たな「宣教の風」を起こしておられるのかもしれない。そしてその宣教の目的地は皮肉にも「アメリカ国内の地域教会」である可能性がある。これは宣教が「中心から周辺へ」という一方向だけではないことを示している。歴史的にも福音は特定の地域にとどまることはなく、一方が冷え込むと別の場所から新たな火種が移され、再び燃え上がるということを繰り返してきた。

したがって、「渡ってきて私たちを助けてください」という呼びかけは昔の使徒行伝の時代にのみ通じる言葉ではなく、今の時代にも絶え間なく続いているものである。教会は「今、自分が渡っていくべき場所はどこなのか」を日々祈り、見極める必要がある。そして道が閉ざされているように思えても、「聖霊が私たちの行く道を閉ざされるとき」もあり得るし、その一方でどこかで必死に手を振り「助けてくれ」と求める幻を見せてくださることもある。重要なのは、パウロのようにただちに従う態度である。「夜に幻を見たパウロが私たちはすぐにマケドニアへ出発しようと努めた(使徒16:10)」という句は、信仰の実践が遅滞なく行われるべきことを教えてくれる。

張ダビデ牧師は、このような「迅速な従順」を重視しつつ、「状況や条件が完璧に整うのを待っていれば、その機会は過ぎ去ってしまう。神が時を定め、人と資源、財政を用意されているならば、私たちは信仰によって決断し動き出さねばならない」と促す。そして、そうして踏み出す一歩一歩が積み重なり、10年前には何の基盤もなかった土地に教会が建ち、20年前にはまったく福音が届いていなかった地域に多くの礼拝共同体が誕生することになる。実際、アメリカの各州で韓国の若い多くの伝道者たちが教会を開拓してきた例が、それを物語っている。初めは民家の一角で5~6人が集まって礼拝をささげていたが、10年後には数百人が礼拝する共同体へと成長したという話はあちこちに存在する。

最終的には、「渡ってきて私たちを助けてください」という使徒行伝16章の言葉が現代に再び召しとなるためには、教会は聖霊の導きを認識し、イエス様の御言葉が終末論的時計の核心であることを覚えていなければならない。唯一の道であるイエス・キリストを固く守り、この道を冷えないまま保ち続けなければならない。神が教会を通じて成し遂げようとしておられる宣教の使命が存在し、教会がその使命に応えるとき、歴史は再び動き出す。今日の教会が冷え込みつつある理由は、不法がはびこるからということだけでなく、突き詰めれば「福音を伝える情熱を手放してしまった」からだという指摘がある。教会が防御的な姿勢ではなく、再び「地の果て」に向かって積極的に進む宣教姿勢を取るとき、冷えていた情熱は再び燃え上がり、世界は教会を通して真の真理と愛を体験することになる。

以上のように、使徒行伝16章の「渡ってきて私たちを助けてください」という命令と、イエス様の終末論的教え(オリーブ山の説教)を重ね合わせると、なぜ教会が絶えず宣教へ踏み出すべきなのか、多元主義や世俗化に立ち向かいながらどのように真理を堅く保つべきなのか、そしてそのすべての過程でただイエス・キリストのみが救いの道であることを確信しなければならない理由が見えてくる。張ダビデ牧師をキーワードとして見るなら、彼もまたこの点を一貫して強調してきたし、実際の教会開拓や宣教プロジェクトを推進することで「聖霊が導かれる道」を先頭に立って実践しようとしてきた。このような信仰の歩みこそは、最終的にオリーブ山の説教が示す「世の終わり」が来るその日まで、教会が担う本分と責任だと言えよう。教会が真理と愛に満たされ、「この御国の福音が全世界に宣べ伝えられる」そのときにようやく終末が訪れ、その最終的完成へと向かうのがキリスト教信仰の大きな展望である。そしてその中で信徒は、「イエス以外には救いの名がない」という福音の核心と、「真理はあなたがたを自由にする(ヨハネ8:32)」という御言葉に基づく真の自由を味わい、神に完全に栄光を帰することができるのである。

www.davidjang.org

Cross Over and Help Us– Pastor David Jang


1. The Core of the Book of Acts

The Book of Acts is crucial in showing the history of the early church and how the gospel expanded, offering key insights into the early Christian community when read alongside the Gospel of Luke, both authored by Luke. Indeed, some early Christian groups regarded Luke and Acts as their most important scriptures, and understanding these two books is a central key to examining the roots and spiritual heritage of the early faith community. Furthermore, the first five books of the New Testament—four Gospels plus Acts—serve as a pivotal connection between the Gospels and the historical record, so much so that it’s said one should be able to recite them with eyes closed, underscoring their essential role in the Christian faith.

Acts describes, in vivid detail, how the gospel spread throughout Jerusalem, Judea, and Samaria—and eventually to the ends of the earth—after Jesus’ ascension and the coming of the Holy Spirit. Within this narrative, the apostle Paul prominently emerges and carries the gospel even to the European continent. Key events include the Jerusalem Council and the broadening of the gospel to the Gentiles, various missionary journeys and persecutions, the founding of churches, and Paul’s imprisonment and ministry. All these developments are laid out in 28 chapters.

To be familiar with Acts, therefore, is not merely a matter of knowing historical facts; it is about concretely understanding how the Holy Spirit’s guidance operates in the real world. God directed Paul and the early disciples through direct words, visions, inner promptings, and even obstacles in shaping their mission path. Sometimes doors to Corinth or Philippi opened wide, while at other times the path to Bithynia remained closed—showing that the Holy Spirit is not merely the One who “opens” doors but also the One who “closes” them. This serves as a profound reminder for modern believers about God’s sovereign guidance in making decisions regarding one’s life direction or ministry.

A representative example can be found in Acts 16 during Paul’s second missionary journey: “They were forbidden by the Holy Spirit to speak the word in Asia” (Acts 16:6), and “When they came to Mysia, they tried to go into Bithynia, but the Spirit of Jesus did not allow them” (Acts 16:7). These verses reveal that the path Paul had planned was blocked. From a human perspective, Asia Minor seemed like a logical field for mission, yet the Holy Spirit did not permit it. Eventually, Paul arrived in Troas, where he received a vision of a Macedonian man pleading, “Come over to Macedonia and help us,” leading him to turn westward toward Europe. Thus, the renowned church at Philippi was founded, and the gospel began its systematic advance into the Western world.

This scene compels us to contemplate how God’s purposes and timing—not human intention—are realized in history. Even today, pastors like David Jang and many others strive to apply this principle to modern faith and church ministry. When determining directions for missions or church planting, believers must accept by faith that, though some paths may seem open, the Holy Spirit may have an entirely different route in mind. Church history offers many examples of missionaries who planned to enter a certain region, only to be thwarted by illness, financial issues, or environmental obstacles, after which God led them elsewhere with far greater fruit. This affirms the conviction that “if the path I desire is blocked, there is certainly a divine purpose,” and encourages continual forward motion.

Among Jesus’ teachings, the so-called Olivet Discourse contains a concentrated presentation of end-time prophecies and instructions (Matthew 24–25, Mark 13, and Luke 21). These chapters are referred to as the Olivet Discourse because Jesus delivered them on the Mount of Olives, predicting signs of the end times. The scene begins with Jesus “sitting on the Mount of Olives” (Matt. 24:3) as the disciples ask, “What will be the sign of Your coming and of the end of the age?” In response, Jesus warns that in the last days, false messiahs will arise; many will come in His name to deceive people, claiming “I am the Christ,” plunging many into confusion. In other words, although Jesus alone is “the way, the truth, and the life” (John 14:6), as the end draws near, various heretical teachings or alternative paths will emerge, advocating syncretism or pluralism.

In today’s world, postmodernism is rooted in skepticism, claiming “there are no absolutes,” that everything can be deconstructed, and all truths are relative. Hence, pluralism—“the coexistence of many truths, any of which may be chosen”—has become widespread. The Christian position, in contrast, is anchored in Acts 4:12: “there is no other name under heaven given among men by which we must be saved,” firmly confessing that salvation is found only in Jesus. The Olivet Discourse likewise stresses that although many will be led astray in the end times, only those who hold to the truth with resolve can avoid deception. Maintaining the stance that “there is no other way but Jesus” is the essence of an end-times faith.

Pastor David Jang has repeatedly underscored this eschatological perspective and the uniqueness of Jesus’ “one way,” warning the church not to be subtly influenced by the pluralistic mindset of postmodernism. Countless “alternative ways” driven by human liberty and diversity may, in the end, be paths devoid of God, posing significant risks. Moreover, in Jesus’ Farewell Discourse (John 14), the Sermon on the Mount, and the Olivet Discourse, He directly warned about the “end-time deceptions.” The main weapons against them are solely the Word of God and the Holy Spirit.

Hence, how can the church safeguard the gospel against postmodernism? The importance of the Reformed Church tradition becomes even more pronounced. The heart of the Reformation was “Sola Scriptura,” a commitment to return to Scripture and to preserve and disseminate truth through the Word and the Holy Spirit, holding to the essence of faith before God. David Jang and many others cry out, “The Reformed Church must return all the more to Scripture” to prevent the church from growing cold and to maintain the correct posture for the end times. As we recognize that Jesus’ prophecy—“Because lawlessness will abound, the love of many will grow cold” (Matt. 24:12)—could come to pass in the contemporary church, standing firmly in the truth is a means of preserving the ‘temperature’ of our souls.

Ultimately, the central lesson of Acts is that “the Holy Spirit takes the lead in proclaiming the gospel,” and this aligns perfectly with the prophetic words of Jesus found in the Olivet Discourse. When Jesus declares, “And this gospel of the kingdom will be preached in all the world as a witness to all the nations, and then the end will come” (Matt. 24:14), He highlights how the global proclamation of the gospel is an essential factor in the timetable of the end. As the apostle Paul saw the Macedonian vision in Troas and crossed over, so must believers today never forget the calling to proclaim the gospel “to the ends of the earth.” Since it is impossible to come to God apart from Jesus, the church must diligently heed the world’s cry, “Come over and help us.”

David Jang, in particular, reminds believers of Romans 8, which portrays how creation itself yearns for the revealing of the children of God. He emphasizes that the world is longing for the gospel with the same urgency as the Macedonian man, and the church must not forget it. Ultimately, salvation addresses humanity’s most fundamental problem: reconciling a broken creation to its Creator. Only the gospel of Jesus Christ can solve this core issue, and proclaiming and spreading this good news is the church’s foremost mission.


2. “Come Over and Help Us”

Paul’s Macedonian vision in Acts 16 was a watershed moment in early church missionary history. Though he initially tried to head east but was thwarted, he received clear guidance to go west to Europe. As a result, the church in Philippi was established through encounters with people like Lydia, and Paul’s influence spread through Greece and eventually reached Rome. Had Paul stuck only to an Asia Minor–centric mission field, Christianity might have been confined to a much smaller region. Yet, by divine providence, the map of history was reshaped, and the gospel significantly expanded into the Western world.

In light of this progression in Acts, Pastor David Jang pays particular attention to the missionary position and significance once held by the United States. America once had a powerful evangelical identity and contributed substantially to the worldwide expansion of Christianity by sending out vast numbers of missionaries. From the late nineteenth to the mid-twentieth century, the Great Awakening sparked revival in the American church, forming the hub of global missions. But one cannot deny that in modern times, American churches have gradually lost some of their spiritual vitality due to secularization, pluralism, and liberal theology. In a prophetic sense, this situation reflects the warning in Isaiah 1:22: “Your silver has become dross, your wine mixed with water,” a metaphor for spiritual decline when the church loses its essence.

However, the American church has not altogether collapsed. Just as Isaiah 6:13 testifies that even if a tenth remains and is burned again, a holy seed—a stump—remains, there are still congregations and leaders who carry a spark of the gospel. David Jang maintains that the plea “Come over and help us,” first voiced in Paul’s day, is echoed today. In other words, if there was once an era when the United States sent out missionaries across the globe, perhaps now the global Christian community should “come over” to strengthen the American church, rekindling that flame so it can once again send the gospel to the nations.

In practice, some Korean Christians and other believers from around the world have indeed begun planting new churches throughout many U.S. states, establishing novel models, and fanning the flames of a next-generation revival. Scattered Korean congregations or minority churches in America, once isolated, are now actively pursuing growth, transitioning into multiethnic communities, or seeking greater influence in mainstream society. The goal is not ethnic or cultural expansion; it is rediscovering the universal power of the gospel and revitalizing its presence in American culture.

Acts 16’s “Come over to Macedonia and help us” can be applied today not only to the United States but anywhere in the world. Even where the gospel seems established, there may be a crisis due to cultural or ideological distortions, or doctrinal compromise. In such places, a desperate cry emerges: “Cross over, church of another region, to restore this land, to plant the holy seed again.” When the church is sensitive to that call, the Holy Spirit can shift the course of history.

David Jang argues that while the contemporary church may be growing cold, the Lord continually renews it to guide history forward. Immigrant communities or believers who have rekindled the gospel message gather from all over the world to establish churches in America’s 50 states and beyond. When these local churches form networks, a fresh gospel movement arises. Just as Paul saw the Macedonian vision and responded swiftly, church communities need to discern their era’s calling and act immediately.

Phrases like “America is dreaming of a new era of missions” are frequently heard in Christian circles—missions agencies, seminaries, and denominations alike. If the United States was once primarily a missionary-sending nation, it is increasingly viewed as needing renewed evangelization, prompting both American and international Christians to unite in “proclaiming again, prophesying again.” Revelation 10:11—“You must prophesy again about many peoples, nations, languages, and kings”—is given new significance in the context of contemporary missions. Many interpret this verse to mean, “Even where the gospel has already gone, it still needs to be heard again.”

Modern challenges—postmodernism, pluralism, liberal theology, and secularism—have shaken the American church and churches worldwide. Though the church exists outwardly, in many cases it has lost its fervor for the Word and the Spirit; the gospel has lost its power in society. This condition is akin to “wine mixed with water,” with the church deprived of spiritual power. Yet paradoxically, in moments like these, “holy seed” individuals become all the more noticeable. It may not be a loud and massive crowd, but rather a faithful remnant—“a tenth” or even less—through whom God continues His work.

David Jang contends that when the Holy Spirit comes, “He constantly brings to our remembrance the words and the love Jesus showed, preventing us from growing cold.” Missionaries, pastors, and church planters are people God faithfully sends. Much like Paul—who suffered illness, was deserted by co-workers, and faced closed doors yet rose to keep going—the spirit of missions found in Acts persists through obstacles.

A similar spirit governs new church plants across the United States. Some regions suffer from weakened existing churches and a loss of gospel vitality, yet if God has a plan for those areas, they too offer an unspoken cry: “Come over and help us.” Answering that call by establishing churches and proclaiming the gospel leads to the birth of new faith communities, which in turn become centers for further mission. As a result, once-sluggish evangelicalism may revive, and the church reclaims its essential role as the engine that drives forward the “front lines” of mission.

Matthew 24:14 proclaims: “This gospel of the kingdom will be preached in all the world as a witness to all the nations, and then the end will come.” More than just imposing a responsibility on the church, these words reveal a “deciding factor” in the timing of the end. This verse holds an underlying urgency: “If the end of the age is near, you must all the more proclaim the gospel.” In other words, though spiritual opposition and historical and cultural barriers will seek to hinder the global spread of the gospel, it is precisely through the church’s tireless efforts to fulfill its missionary task that the end will finally come, offering a hopeful outlook.

Historically, whenever the church experiences a tremendous revival, it is invariably accompanied by gospel outreach and missionary sending. During the 18th and 19th centuries, when Britain was dispatching missionaries worldwide, domestic denominations—Methodist, Presbyterian, and others—flourished at home, too. In America’s Great Awakening era, intense internal spiritual renewal paralleled a surge in foreign missions. It was in these seasons—when the church ventured beyond its walls with a “forward-moving,” mission-focused mindset—that the Holy Spirit’s works became most evident.

Pastor David Jang likewise repeatedly stresses that the church must not grow cold, warning that if it ceases to participate actively in missions and evangelism, it will inevitably lose spiritual vitality. “If we stop proclaiming Jesus as the only way, our internal spiritual zeal will gradually ebb away, and the church will be overtaken by secular ways of thinking,” he cautions. Therefore, missions directly link to the “restoration of spiritual vibrancy.” When the church steps outside its boundaries, embraces new souls, and demonstrates the love and truth of the gospel to the world, its own internal temperature also rises.

When the Revelation command to “prophesy again” converges with the Acts invitation to “Come over and help us,” the landscape of modern Christianity can be dramatically transformed. As local congregations tear down barriers and cross into other cities or countries—helping in church planting, joining in worship, and collaborating in various ministries—they can resurrect places that postmodernism and secularism have reduced to spiritual graves. This directly correlates with Acts 16:9–10, where Paul sees the vision at night and “immediately” sets out for Macedonia. The contemporary church should act as a “Paul community,” moving at the impulse of the Holy Spirit.

David Jang is often cited for vigorously supporting numerous church-planting initiatives to put this missionary zeal into practice. In various regions and nations, he provides resources and manpower for new congregations, shares mission strategies, offers theological education and scholarships—anything to raise communities that preach the “Only Jesus” gospel. Yet throughout these endeavors, the guiding principle remains that “the Holy Spirit leads,” rather than “we take the lead.” As Paul’s path to Bithynia was blocked by the Spirit of Jesus, and he was instead directed to Macedonia, missionaries keep praying, aware that their path may be blocked at times, and swiftly pivot to the door the Spirit opens.

Naturally, extensive missions and church-planting ministries face both spiritual and practical hurdles—finances, personnel, language barriers, cultural differences, and legal issues. However, David Jang emphasizes that “God has already prepared a time and a place,” urging believers to view hardships as a process of faith formation. When the early church in Jerusalem was persecuted and scattered, the result was an even broader expansion of the gospel into Samaria and Gentile regions. Trials, in this sense, can serve as instruments of God’s larger plan.

Therefore, David Jang repeatedly poses the question, “What are we doing on earth for God’s kingdom and righteousness?” Jesus said, “Seek first the kingdom of God and His righteousness, and all these things shall be added to you” (Matt. 6:33). Then, just prior to His ascension, He charged: “You shall receive power when the Holy Spirit has come upon you…and you shall be witnesses to Me…to the end of the earth” (Acts 1:8). Together, these verses summarize the purpose and direction of the church’s existence. Those who lose sight of this purpose—whether a church or an individual—inevitably drift toward worldly values and lose their spiritual vitality.

Whether in the United States, Asia, or Africa, wherever a desperate cry of “Come over and help us” is heard, the church is obliged to respond. This is the “Acts-based missionary heritage” passed down from Paul, as well as a direct path to fulfilling Jesus’ end-time prophecy in the Olivet Discourse. Because the end comes when “this gospel is preached to the whole world,” there is no time for the church to be idle. Even when the way seems blocked or the path is unclear, we must keep seeking the door the Spirit opens and dedicate all our energy to moving forward.

Various projects and mission strategies have emerged to carry on this task in modern times: online ministries, multiethnic ministries, outreach to immigrants, campus ministries, and more. These are context-specific methods for different eras and places, but the core remains the same: “Only Jesus” is the sole means of salvation. Regardless of philosophical and cultural challenges, the church must safeguard and proclaim this gospel truth. If it fails to do so, it will crumble under postmodernism and pluralism. Yet if it holds fast to this core, it will surely walk in revival.

One of Pastor David Jang’s oft-repeated themes—shared in sermons, seminars, and gatherings—is precisely this. “When someone claims there are other names besides Jesus, we must resist strongly. However, when it comes to eschatological interpretations like premillennialism, postmillennialism, or amillennialism, these are internal variances in interpretation, not grounds for condemnation. While eschatological methodologies may vary, salvation is found in Christ alone.” This view acknowledges both the singularity of the gospel and a readiness to embrace differences within the wider church.

Returning to the United States, we see that while it once sent vast numbers of missionaries worldwide, it has entered a period of stagnation. Yet God may use believers from other nations to spark a new wave of missions. Ironically, the new mission field may now be “local American churches.” The direction of missions is not strictly “from the center to the periphery.” Historically, the gospel never remained in one region; if one area lost its fervor, the Spirit ignited another area, and the fire then spread again.

Hence, “Come over and help us” is no archaic phrase relegated to Acts. It still resonates today, urging the church to daily pray and discern “where must I cross over?” Sometimes believers may feel the Spirit “blocking” their chosen route; at other times, the Spirit may unveil a vision of people desperately beckoning us to “help.” The key is immediate obedience, as with Paul in Acts 16:10: “After he had seen the vision, immediately we sought to go to Macedonia.” This highlights that faith in action should not be delayed.

Pastor David Jang underlines the importance of “quick obedience,” explaining that if we wait for conditions to be perfect, the opportunity will be missed. When God designates the time and prepares the people, resources, and finances, we must act in faith. Each step of obedience accumulates. A decade ago, there was no Christian presence in a certain area; a new church plant might start with five or six people worshipping in someone’s living room, yet after ten years, it grows into a vibrant congregation of hundreds. Numerous stories across America testify to such transformations.

Ultimately, the command “Come over and help us” from Acts 16, woven together with Jesus’ eschatological teaching in the Olivet Discourse, clarifies why the church must remain relentlessly missionary, how to stand firmly against pluralism and secularization, and why we must trust exclusively in Jesus Christ for salvation. When viewed through the lens of Pastor David Jang’s ministry, it’s evident that he has consistently emphasized these truths and has sought to actualize them by pioneering new churches and mission projects—pursuing “the path the Holy Spirit opens.” Such a journey of faith reflects the ongoing responsibility of the church until the “end of the age” that Jesus foretold in the Olivet Discourse. The final outcome is that the church, filled with truth and love, hastens the day when “this gospel of the kingdom is preached in all the world,” thus bringing about the fulfillment of the end-time. Within this grand narrative of Christian faith, believers discover that “there is no other name besides Jesus,” experience the true freedom promised by “the truth will set you free” (John 8:32), and give all glory to God.

www.davidjang.org

Pasa a Macedonia y ayúdanos – Pastor David Jang


1. La esencia del libro de Hechos

El libro de Hechos constituye un relato fundamental de la historia de la Iglesia primitiva y del proceso de expansión del evangelio. Escrito por Lucas, junto con el Evangelio de Lucas, proporciona una visión profunda de la comunidad cristiana de los primeros tiempos. De hecho, hubo grupos en la iglesia primitiva que consideraban el Evangelio de Lucas y el libro de Hechos como sus Escrituras más importantes, lo que demuestra que comprender estas dos obras es clave para rastrear las raíces y la herencia de fe de los primeros creyentes. Además, en el Nuevo Testamento, los cuatro Evangelios y el libro de Hechos (Mateo, Marcos, Lucas, Juan y Hechos) cumplen la función de nexo entre los evangelios y la historia, por lo que se ha dicho que son tan esenciales para la fe cristiana que “uno debería conocerlos de memoria, aun con los ojos cerrados”.

Hechos relata la historia de cómo, después de la ascensión de Jesús, y por la venida del Espíritu Santo, el evangelio se extendió desde Jerusalén a toda Judea y Samaria, y finalmente hasta lo último de la tierra. En ese proceso aparece el apóstol Pablo, cuyo viaje misionero se describe con detalle, llevando el evangelio incluso hasta Europa. Se narra, por ejemplo, el Concilio de Jerusalén y la apertura de la iglesia a los gentiles, las misiones en diversas ciudades, la persecución, la fundación de iglesias y el ministerio de Pablo desde la cárcel, todo ello a lo largo de 28 capítulos llenos de pormenores.

Aprender el libro de Hechos no se limita a conocer hechos históricos, sino que implica entender, de manera concreta, “cómo actúa la guía del Espíritu Santo en el mundo real”. Dios orientó directamente a Pablo y a los discípulos primitivos a través de voces audibles, visiones, conmociones internas, e incluso cerrándoles ciertas puertas. Vemos que, así como en ocasiones se abrieron ampliamente los caminos a Corinto o Filipos, también hubo momentos en que se impidió la entrada a Bitinia. El Espíritu Santo no solo “abre puertas” sin más, sino que también “las cierra”. Para los creyentes de hoy, esto nos invita a meditar profundamente en la soberanía de Dios, presente en nuestras decisiones de vida y ministerio.

Un ejemplo destacado de esto es el relato del segundo viaje misionero de Pablo, en Hechos 16. “Les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia” (Hch 16:6), y “cuando llegaron cerca de Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió” (Hch 16:7). Estos versículos muestran que el camino que Pablo había planeado bien podría verse bloqueado. Aunque humanamente parecía lógico ir a predicar a esas regiones, el Espíritu no lo permitió. Finalmente, Pablo llegó a Troas, donde tuvo la visión de un hombre macedonio que le rogaba: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”, y entonces encaminó sus pasos hacia occidente, es decir, Europa. Allí se fundó la iglesia de Filipos, dando un impulso decisivo a la llegada del evangelio al mundo occidental.

Esta escena nos hace reflexionar en cómo “la voluntad y el tiempo de Dios”, y no los propósitos humanos, llegan a cumplirse en la historia. Hoy día, tanto el pastor David Jang como otros muchos pastores han procurado aplicar este mismo principio a la iglesia y a la práctica pastoral. Al planificar la dirección misionera o de plantación de iglesias, aunque veamos caminos aparentemente abiertos, a veces debemos aceptar en fe que el Espíritu Santo tiene otros planes preparados. A lo largo de la historia de la iglesia, muchos misioneros se dispusieron a ir a cierto lugar, pero se vieron obstaculizados por enfermedades, dificultades financieras o circunstancias adversas, y acabaron trasladando su campo misionero a otra región que Dios tenía reservada, produciendo mayores frutos. Esto confirma el mensaje: “Si el camino que yo quiero queda cerrado, es porque hay un propósito de Dios”, y nos anima a “seguir avanzando” con confianza.

En los discursos de Jesús, el mensaje escatológico y profético se concentra en el llamado “Discurso del Olivar” (Olivet Discourse), recogido en Mateo 24–25, Marcos 13 y Lucas 21. Se trata de las enseñanzas que Jesús dio en el monte de los Olivos acerca de las señales del fin de los tiempos. Allí, respondiendo a la pregunta de los discípulos —“¿Qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” (Mt 24:3)—, Jesús anuncia que, en los últimos días, aparecerán muchos “falsos mesías”. Muchos vendrán “en mi nombre” para engañar y, proclamando “Yo soy el Cristo”, confundirán a la gente. En otras palabras, mientras Jesucristo es el único “camino, verdad y vida” (Jn 14:6), a medida que el fin se acerque, surgirán herejías y doctrinas alternativas que fomentarán sincretismo o pluralismo.

La corriente ideológica contemporánea del posmodernismo, basada en el escepticismo hacia cualquier “verdad absoluta”, propone que todo puede ser deconstruido y relativizado. Afirma que no existe una sola verdad trascendente, sino múltiples verdades que podrían coexistir, y que cualquier “camino” vale. La respuesta cristiana, sin embargo, se fundamenta en la declaración de Hechos 4:12: “No hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Esto significa que solo en Jesús hay salvación. En el Discurso del Olivar, Jesús enfatiza que, aunque mucha gente sea confundida en el tiempo final, solo aquellos que se aferren firmemente a la verdad se librarán del engaño. Así que sostener la fe de “Solo Jesús (Only Jesus)” es un aspecto esencial de la esperanza escatológica.

El pastor David Jang ha insistido en esta visión escatológica y en la idea de que Jesús es “el único camino”, advirtiendo que la iglesia corre el peligro de dejarse influir por el pluralismo posmoderno. Hay muchos “caminos alternativos” ideados por la humanidad, amparados en la libertad y la diversidad, pero corren el alto riesgo de prescindir de Dios. Frente a la advertencia del mismo Jesús en sus discursos de despedida (Juan 14), en el Sermón del Monte y en el Discurso del Olivar —según la cual, en los últimos días habrá grandes engaños—, la verdadera arma de defensa es la Palabra y el Espíritu Santo.

La cuestión entonces es cómo la iglesia debe preservar el evangelio ante el posmodernismo. Aquí adquiere particular relevancia la importancia de la iglesia reformada (Reformed Church). La esencia de la Reforma protestante era “volver a la Escritura” (Sola Scriptura): a través de la Palabra y del Espíritu, defender la verdad, difundirla y aferrarse a la esencia misma de la fe ante Dios. El pastor David Jang y muchos otros insisten en que “la Iglesia Reformada debe volver aún más a la Biblia” para que la iglesia no se enfríe y adopte la postura correcta ante el fin de los tiempos. Jesús profetizó: “Por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mt 24:12). Si vemos el peligro de que esa profecía se cumpla hoy dentro de la misma iglesia, es evidente que la única forma de mantener “la temperatura” de nuestra alma es permanecer firmes en la verdad.

En conclusión, la gran enseñanza que nos deja el libro de Hechos es la “predicación del evangelio dirigida por el Espíritu Santo”, la cual se conecta directamente con los discursos proféticos de Jesús, como el Discurso del Olivar. Cuando Jesús dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt 24:14), dejó claro que la propagación del evangelio es un factor determinante en el reloj escatológico. Así como Pablo, al ver la visión del hombre macedonio en Troas, pasó a Europa, hoy los creyentes tampoco debemos olvidar la misión de llevar el evangelio hasta lo último de la tierra. Como no hay otro camino para llegar a Dios sino solo a través de Jesucristo, la iglesia debe escuchar con diligencia el clamor “Pasa a Macedonia y ayúdanos” que se eleva desde el mundo.

Particularmente, el pastor David Jang, refiriéndose a Romanos 8, recalca que “toda la creación aguarda con gran anhelo la manifestación de los hijos de Dios”. Es decir, el mundo entero, como aquel macedonio de la visión, está clamando con urgencia por el evangelio, y la iglesia no debe olvidarlo. El problema fundamental del hombre es que ha perdido a Dios, y solo volviendo al Creador —el Arquitecto— pueden “repararse” todas las partes rotas de la creación. Solo el evangelio de Jesucristo puede dar solución a este problema de raíz, y anunciarlo es la misión ineludible de la iglesia.


2. “Pasa a Macedonia y ayúdanos”

La visión de Pablo en Hechos 16 marcó un antes y un después en la obra misionera de la iglesia primitiva. Aunque él deseaba dirigirse al este, encontró bloqueado su camino y terminó recibiendo una clara dirección para marchar al oeste, a Europa. Gracias a eso conoció a Lidia y a otros en Filipos, donde se fundó una iglesia, y la influencia de Pablo llegó posteriormente a Grecia y hasta Roma. Si Pablo se hubiese quedado en Asia Menor, el cristianismo tal vez habría permanecido confinado a un territorio limitado. Pero, por la providencia de Dios, la historia dio un giro y el evangelio se expandió con fuerza al mundo occidental.

El pastor David Jang ve, en esta expansión narrada en el libro de Hechos, un reflejo de la posición misionera y el significado que Estados Unidos ha tenido en la era contemporánea. Estados Unidos fue, durante un tiempo, un país con una fuerte corriente evangélica (Evangelical), que envió multitud de misioneros al mundo y contribuyó notablemente a la expansión cristiana. Desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, el “Gran Avivamiento” (Great Awakening) produjo un florecimiento en la iglesia estadounidense, convirtiéndola en eje y motor de las misiones globales. Sin embargo, en el tiempo presente, la iglesia en Estados Unidos, bajo la influencia de la secularización, el pluralismo y el liberalismo teológico, atraviesa un proceso de debilitamiento que resulta innegable. En términos proféticos, podría verse como la advertencia de Isaías 1:22: “Tu vino está mezclado con agua y tu plata se ha vuelto escoria”. Cuando la iglesia pierde su esencia, sobreviene un retroceso espiritual.

No obstante, esto no significa que la iglesia estadounidense haya caído por completo. Tal como dice Isaías 6:13: “Si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida… mas como el roble o la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco la simiente santa”. Aunque se tale la vid, queda el cepa; aún subsisten iglesias y líderes que conservan viva la llama del evangelio. El pastor David Jang explica que, al igual que en tiempos de Pablo se oía el grito “Pasa a Macedonia y ayúdanos”, hoy ese clamor resuena nuevamente. Es decir, si en el pasado Estados Unidos envió misioneros a todo el mundo, ahora podría ser el momento de que creyentes de diferentes naciones “pasen” a Estados Unidos para fortalecer la iglesia, avivar esa llama y continuar llevando el evangelio a toda la tierra.

De hecho, hay un movimiento incipiente de cristianos de Corea y de otras naciones que están plantando iglesias en varios estados de EE. UU., creando nuevos modelos de avivamiento y tratando de encender la chispa de la siguiente generación. También se ven iglesias coreanas o de otras minorías étnicas que buscan impactar la sociedad mayoritaria, volverse iglesias multiétnicas y superar la mera existencia aislada. Lo fundamental es que este impulso no se basa en un “orgullo cultural” o en un deseo de “expansión étnica”, sino en la convicción de que el evangelio tiene poder universal y en la necesidad de renovarlo en la sociedad estadounidense, contribuyendo así a su crecimiento y difusión.

La frase “Pasa a Macedonia y ayúdanos” (Hch 16:9) puede aplicarse hoy no solo a Estados Unidos, sino a cualquier nación. Aunque el evangelio parezca haber echado raíces en cierta región, es posible que sufra un distorsión cultural o teológica, o que se enfríe su fervor espiritual. En tales casos, resurge la súplica: “Vengan de otro lugar a ayudarnos a restaurar esta tierra, a plantar de nuevo la semilla santa”. Cuando la iglesia responde con prontitud a este llamado, el Espíritu Santo puede dirigir un cambio profundo en la historia.

El pastor David Jang afirma que, aunque la iglesia de hoy aparenta enfriarse, el Señor continúa renovándola y la conduce en la historia. Se habla con frecuencia de que “Estados Unidos sueña con una nueva ola misionera”. Antes, EE. UU. era un país “que enviaba misioneros”, y ahora se ha convertido en un país “que necesita misioneros”. Esta visión la comparten congregaciones, denominaciones y seminarios, de manera que muchos cristianos —nacionales y de otros países— se han unido con el propósito de “proclamar de nuevo el evangelio”. Apocalipsis 10:11, “Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”, se reinterpreta bajo esta perspectiva misionera, entendiendo que “incluso lugares que recibieron el evangelio en el pasado necesitan escucharlo otra vez”.

Tanto el posmodernismo, el pluralismo, la teología liberal como la secularización son fuerzas que sacuden la iglesia en todo el mundo, incluida la de EE. UU. Hay muchas iglesias que siguen existiendo en lo externo, pero que han perdido la fuerza de la Palabra y del Espíritu, y han dejado de impactar la sociedad con el poder del evangelio. Es un caso de “vino mezclado con agua”. Sin embargo, paradójicamente, en medio de este panorama se distinguen de manera especial aquellos que son “simiente santa”. No es la multitud ruidosa, sino un remanente fiel —incluso si es solo “la décima parte”— a través del cual Dios sigue obrando algo nuevo.

El pastor David Jang enseña que, cuando el Espíritu de verdad se derrama, “nos hace recordar constantemente lo que Jesús dijo e hizo por amor, y evita que nos enfriemos”. Misioneros, pastores y plantadores de iglesias son enviados por Dios para esta tarea. A menudo, se aventuran en entornos difíciles para plantar iglesias, siguiendo el mismo espíritu misionero que vemos en Hechos, donde Pablo sufrió enfermedades, abandonos de colaboradores y caminos cerrados, pero siguió adelante.

En este mismo sentido, muchos planean plantar iglesias en los distintos estados de EE. UU. Algunas congregaciones tradicionales se han debilitado y el evangelio ha perdido su impulso, pero si allí existe un plan de Dios, ese lugar volverá a clamar: “Ayúdanos a revivir”. Cuando la iglesia responde con la plantación de nuevas congregaciones y el anuncio del evangelio, nace una comunidad que, con el tiempo, se convierte en un núcleo de expansión misionera. Así, el evangelismo —que parecía frenado— cobra nuevo vigor, y la iglesia retoma su rol de “motor que sale al frente de batalla”.

Hay quienes declaran: “Estados Unidos sueña con una nueva misión”. En el pasado, la iglesia estadounidense enviaba misioneros a gran escala; hoy, se ve a sí misma como el campo que necesita esa misión, y cristianos de todo el mundo trabajan juntos para “profetizar de nuevo y predicar el evangelio otra vez”. El pasaje de Apocalipsis 10:11, “Te es necesario profetizar otra vez sobre muchos pueblos…”, se interpreta ahora como “el evangelio debe proclamarse de nuevo, aun en lugares donde ya se predicó”.

El posmodernismo, el pluralismo, el liberalismo teológico y la secularización han afectado a muchas iglesias, que, a simple vista, siguen funcionando, pero han perdido el calor del Espíritu. Es lo que se describe como “vino aguado”. Pero, en medio de esta debilidad, Dios hace resaltar a ciertos creyentes como “simiente santa”. Incluso si son pocos, los usa para encender un nuevo fuego. El pastor David Jang enfatiza que “cuando el Espíritu Santo, Espíritu de verdad, llega, nos recuerda incesantemente las palabras y el amor de Jesús para no permitir que nos enfriemos”.

Aun con todos los desafíos de orden espiritual y financiero, con la barrera del idioma, las culturas distintas, o asuntos legales, se siguen levantando proyectos de misión y plantación de iglesias a gran escala, reflejando la misma fe y determinación que tenía Pablo, quien no se rindió a pesar de las adversidades en su esfuerzo por plantar iglesias. Aquello que ocurrió en la iglesia primitiva, cuando la persecución dispersó a los cristianos desde Jerusalén, desencadenando que el evangelio alcanzara Samaria y otros lugares, confirma que las dificultades pueden transformarse en instrumentos para cumplir un plan más amplio de Dios.

De ahí que el pastor David Jang repita con frecuencia la pregunta: “¿Qué estamos haciendo en la tierra por el reino de Dios y su justicia?”. Jesús dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt 6:33), y antes de ascender al cielo, dejó su mandato: “Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos… hasta lo último de la tierra” (Hch 1:8). Esto describe la razón de ser de la iglesia, su dirección. Cuando un creyente o una congregación pierden esta orientación, tarde o temprano se dejan llevar por los valores mundanos y su vida espiritual se enfría.

Sin importar el lugar —sea Estados Unidos, Asia, África o cualquier otro—, allí donde se escuche un clamor que diga “Pasa y ayúdanos”, la iglesia ha de acudir. Esa es la misión recibida desde Pablo y la iglesia primitiva, y también una forma de cumplir la profecía escatológica de Jesús en el Discurso del Olivar. El fin llegará “cuando el evangelio sea predicado a todo el mundo”, así que la iglesia no puede darse el lujo de la pereza. Aunque a veces encontremos caminos bloqueados o no sepamos hacia dónde ir, el Espíritu Santo abre otras puertas, y debemos esforzarnos hasta encontrarlas y entregar todo nuestro empeño.

Hoy en día existen múltiples estrategias y proyectos para continuar con esta misión de plantar iglesias: ministerios en línea, iglesias multiétnicas, trabajo con inmigrantes, ministerios universitarios, etc. Hay muchas formas distintas de abordar la labor dependiendo del lugar y la época. Sin embargo, el núcleo permanece inalterable: “Solo Jesús” es el único camino, y sin importar cuán fuertes sean los retos culturales e ideológicos, debemos sostener la verdad de que no hay otro nombre salvo el de Cristo. Si la iglesia deja de defender esta verdad central, será absorbida por el posmodernismo y el pluralismo, y finalmente colapsará. Pero si la mantiene, seguirá siempre el camino de la renovación.

El pastor David Jang lo repite una y otra vez en sermones, seminarios y conferencias. “Si alguien proclama que hay otro nombre además de Jesús, debemos enfrentarlo con firmeza. Pero, en lo que se refiere a las posturas escatológicas, como premilenialismo, posmilenialismo o amilenialismo, no debemos condenar a los demás, pues esas diferencias se relacionan con modos de interpretar la profecía. Hay diversas perspectivas respecto a la escatología, pero en lo que a la salvación respecta, es solo Jesús”. Esta postura subraya la unidad del evangelio y, a la vez, deja espacio a la diversidad de interpretaciones en aspectos secundarios. Lo realmente importante es que sigamos “predicando el evangelio” sin cesar.

Volviendo al contexto de Estados Unidos, es notorio que la iglesia que en su momento envió misioneros al mundo ahora se encuentra en crisis, y la providencia divina podría permitir que creyentes de otros lugares siembren una nueva chispa misionera allí. Esto pone de manifiesto que la misión no se mueve en un solo sentido, “del centro a la periferia”, sino que es dinámica. En la historia del cristianismo, el evangelio nunca se ha confinado a un solo lugar. Si una región se enfría, otra enciende una llama, y así el fuego se propaga.

Por lo tanto, “Pasa a Macedonia y ayúdanos” no es una expresión caduca de Hechos 16, sino un llamado continuo que resuena en nuestros días. Corresponde a la iglesia discernir, en oración, adónde debe “pasar” en este preciso instante. Tal vez nos enfrentemos a obstáculos, pues “el Espíritu de Jesús puede cerrar caminos”. Sin embargo, también puede mostrarnos la visión de alguien que clama desesperado: “Ayúdanos”. Lo decisivo es responder con celeridad, como Pablo: “Cuando vio la visión, enseguida procuramos partir para Macedonia” (Hch 16:9-10). Esa inmediatez ilustra la práctica de la fe sin demora.

El pastor David Jang recalca esta “obediencia pronta”, argumentando que, si esperamos hasta que las circunstancias sean ideales, la oportunidad puede esfumarse. Dios ha dispuesto un tiempo oportuno, personas y recursos, y nosotros debemos actuar con decisión. Si avanzamos con fe, al cabo de diez años puede erigirse una iglesia próspera donde antes no había nada. Las historias de iglesias iniciadas por apenas cinco o seis personas en una pequeña casa, que con el paso de una década se convierten en congregaciones de cientos de miembros, son abundantes en muchos estados de Estados Unidos.

Al final, para que “Pasa a Macedonia y ayúdanos” sea una voz activa en nuestro presente, la iglesia debe reconocer la guía del Espíritu y recordar que la palabra de Jesús determina el “reloj escatológico”. Debemos sostener “solo a Cristo” como único camino, manteniendo la llama encendida. Dios tiene una tarea misionera que realizar a través de la iglesia, y cuando la iglesia obedece, la historia cambia de curso. Muchos opinan que la razón por la cual la iglesia actual se ha enfriado, más allá del crecimiento de la iniquidad, es que ha “abandonado su pasión por predicar el evangelio”. Cuando la iglesia asume una actitud “ofensiva” en la misión, saliendo nuevamente “hasta lo último de la tierra”, su fervor interno se reaviva, y la sociedad experimenta la verdad y el amor del evangelio.

Así, el mandato de “profetizar otra vez” (Ap 10:11) y la urgencia de “Pasa a Macedonia y ayúdanos” (Hch 16:9) convergen para transformar el panorama de la misión cristiana en el mundo contemporáneo. Cuando las iglesias locales derriban sus muros, y cruzan fronteras para fundar nuevas congregaciones o trabajar codo a codo en distintas regiones, compartiendo ministerios, se abre la posibilidad de resucitar el panorama desolado que ha dejado el posmodernismo y la secularización. Así, nos encontramos de lleno con el paradigma de Pablo, que “vio la visión de noche y en seguida procuró partir”, y la iglesia se convierte en una “comunidad paulina” que se lanza con valentía bajo la guía del Espíritu Santo.

El pastor David Jang es conocido por su empeño en traducir este fervor misionero en acción concreta, participando y apoyando numerosos proyectos de plantación de iglesias. Ya sea ofreciendo recursos económicos, enviando personas, compartiendo estrategias misioneras, respaldando la formación teológica o becando a nuevos líderes, se involucra de diversas formas para establecer comunidades fieles al evangelio de “Solo Jesús”. Y en cada iniciativa, lo más importante es no olvidar que “no somos nosotros quienes llevamos la delantera, sino el Espíritu Santo”. Exactamente como en el caso de Pablo, al que se le impidió ir a Bitinia y fue conducido, en cambio, a Macedonia. Estos misioneros y plantadores de iglesias están en continua oración para discernir cuándo un camino es bloqueado por Dios y cuál es el siguiente que Él abre.

Desde luego, una misión y una plantación de iglesias a gran escala enfrentan considerables retos espirituales y materiales. El pastor David Jang señala que, no obstante, “Dios tiene preparado un tiempo y un lugar para su obra”. Lo que al principio luce como “desafíos insuperables” a menudo se convierte, desde la perspectiva de la fe, en una oportunidad de entrenamiento y madurez espiritual. De igual manera, la persecución que dispersó a la iglesia de Jerusalén catapultó el evangelio más allá de esa ciudad, ampliando su alcance.

Por ello, el pastor David Jang exhorta repetidamente: “¿Qué estamos haciendo por el reino de Dios y su justicia aquí en la tierra?”. Antes de partir, Jesús señaló con claridad cuál debía ser la prioridad de la iglesia: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt 6:33), y “Recibiréis poder… y me seréis testigos hasta lo último de la tierra” (Hch 1:8). Quien desvía su mirada de este mandato inevitablemente se inclina hacia la mentalidad mundana y pierde su vitalidad espiritual.

Sea en Estados Unidos o en cualquier otro rincón del mundo, ante el clamor de “Vengan a ayudarnos”, la iglesia está llamada a responder. Esta es la misión que se remonta a Pablo y Hechos, y, a la vez, una forma de dar cumplimiento a la advertencia escatológica de Jesús. Si el fin viene cuando “este evangelio sea predicado en todo el mundo”, la iglesia no puede descuidarse. Aunque de momento parezca que no hay camino o que las puertas estén cerradas, debemos buscar con perseverancia la puerta que el Espíritu abre y entregarnos por completo a la misión.

A día de hoy, existen diversas propuestas de estrategia misional y de plantación de iglesias: ministerio online, ministerio multicultural, servicio a inmigrantes, trabajos en campus universitarios, etc. Aunque varíen las metodologías, la esencia permanece. “Solo Jesús” es el único camino; a pesar del embate del posmodernismo y el pluralismo, la iglesia debe sostener la verdad de que no hay otro nombre para la salvación. Si perdemos esta verdad, el mundo nos absorberá. Pero si la defendemos, experimentaremos el avivamiento.

Esta ha sido una de las tesis principales del pastor David Jang en sus sermones, conferencias y enseñanzas. “Si alguien enseña que hay otro nombre para la salvación, debemos combatir esa idea. Pero los debates en torno a la escatología (premilenialismo, posmilenialismo, amilenialismo) son diferencias interpretativas y no deben ser motivo de condena. Lo fundamental es que la iglesia siga predicando el evangelio”. Así, se sostiene la exclusividad de la salvación en Cristo, dejando cierto margen a distintos puntos de vista teológicos secundarios. Al fin y al cabo, la cuestión clave no es “cómo interpretamos el milenio”, sino si seguimos anunciando a Cristo o no.

Considerando otra vez a Estados Unidos, la iglesia que una vez fue vigorosa y enviaba misioneros, hoy sufre un estancamiento. Es probable que Dios esté usando a creyentes de otras naciones para provocar un nuevo despertar. Lo paradójico es que el país al que antes llegaban pocos misioneros ahora se convierte en campo misionero de muchos otros. Así, la historia del evangelio se sigue escribiendo. El evangelio no permanece fijo en un lugar, sino que migra a donde el fuego de la fe está latente.

Por consiguiente, la frase “Pasa a Macedonia y ayúdanos” no es cosa del pasado, sino un mensaje continuo para la iglesia de cada época. A la iglesia de hoy le toca discernir, en oración, “¿Adónde debo ir ahora?” y mantenerse alerta, porque a veces “el Espíritu cerrará la puerta”, mientras en otro lugar se escucha la voz que suplica: “Ayúdanos”. La lección de Pablo es clara: “Enseguida procuramos partir”. Esa celeridad es esencial, pues la obediencia diferida pierde oportunidades.

El pastor David Jang insiste en esta “obediencia inmediata”, apuntando que, si aguardamos a que todo sea perfecto, el momento decisivo se escapa. Dios prepara los recursos, las personas y el tiempo, y a nosotros nos toca avanzar en fe. A través de esos pasos de fe, en diez años puede levantarse una iglesia donde antes no había nada, y en veinte años puede surgir un pueblo de Dios donde ni siquiera existía el evangelio. Hay muchos testimonios en diferentes estados de EE. UU. de cómo empezó una pequeña reunión de cinco o seis personas en una sala, y, al cabo de diez años, había cientos congregándose.

En síntesis, para que “Pasa a Macedonia y ayúdanos” resuene hoy, la iglesia ha de reconocer la guía del Espíritu y recordar que las palabras de Jesús (especialmente el Discurso del Olivar) describen el reloj escatológico fundamental. Debemos guardar “Solo a Jesús” y no dejar que se enfríe el ardor de la fe. Dios tiene un plan misionero que quiere cumplir a través de la iglesia y, cuando ésta lo obedece, la historia se pone de nuevo en movimiento. Muchos señalan que la causa del enfriamiento de la iglesia no es solo el aumento del pecado, sino la renuncia a predicar el evangelio. Si la iglesia, en lugar de atrincherarse, recupera su visión misionera y sale “hasta lo último de la tierra”, el fervor volverá a encenderse, y el mundo podrá experimentar de nuevo el amor y la verdad de Dios.

Así, se unen el mandato “Te es necesario profetizar otra vez” (Ap 10:11) y la invitación “Pasa a Macedonia y ayúdanos” (Hch 16:9). Esto produce un impacto sorprendente en el escenario misionero contemporáneo. Cuando las iglesias locales rompen sus límites, se desplazan a otras ciudades o países para plantar o cooperar, compartiendo culto y ministerios, el contexto de muerte o letargo que deja el posmodernismo y la secularización puede transformarse en un escenario de vida. Aquí vemos el paralelismo con el relato de Pablo: “Tuvo Pablo una visión de noche… cuando la vio, enseguida procuramos partir a Macedonia” (Hch 16:9-10). La iglesia, transformada en una comunidad “paulina”, debe emprender el camino con valentía, impulsada por el Espíritu.

El pastor David Jang es citado con frecuencia por llevar a la práctica esta pasión misionera, participando en numerosos proyectos de plantación de iglesias y de apoyo a la obra misionera. Proporciona recursos, envía obreros, formula estrategias misioneras, ofrece formación teológica, becas, y todo ello con miras a establecer comunidades que proclamen fielmente el evangelio de “Solo Jesús”. Y, en cada paso, subraya que lo fundamental es recordar: “No somos nosotros los que llevamos la iniciativa, sino el Espíritu Santo”. Al igual que Pablo, que quiso ir a Bitinia y se lo impidió el Espíritu de Jesús, estos misioneros son conscientes de que a veces las puertas se cierran, y en su lugar el Espíritu guía hacia otra dirección.

Obviamente, toda obra misionera a gran escala enfrenta innumerables desafíos económicos, de personal, legales, culturales y espirituales. Pero el pastor David Jang anima a ver estos obstáculos como “procesos de entrenamiento de la fe”, pues Dios prepara tiempos y lugares específicos. Igual que la persecución en Jerusalén dispersó a los creyentes y extendió el evangelio a Samaria y otras regiones, las dificultades pueden ser el instrumento con el que Dios materialice sus designios mayores.

Por ello, el pastor David Jang recalca: “¿Qué hacemos aquí en la tierra por el reino de Dios y su justicia?”. Jesús, antes de ascender, insistió: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt 6:33), y “Me seréis testigos hasta lo último de la tierra” (Hch 1:8). Son los fundamentos de la existencia y dirección de la iglesia. Quien los ignora se “mundaniza” y se enfría.

En Estados Unidos, en Asia, en África o donde sea, si alguien clama “Pasa y ayúdanos”, la iglesia no puede permanecer sorda. Esta es la herencia misionera de Hechos y la vía para cumplir las profecías del Discurso del Olivar. El fin vendrá cuando “este evangelio sea predicado a todas las naciones”. Por eso, la iglesia debe mantenerse alerta y en movimiento. Aun cuando la ruta parezca cerrada, busquemos la puerta que el Espíritu abrirá y, al encontrarla, demos todo nuestro esfuerzo.

La estrategia para la plantación de iglesias en la actualidad adopta diversas formas: plataformas digitales, ministerios multiétnicos, misiones con inmigrantes, trabajo en universidades, etc. La metodología varía, pero lo esencial permanece: “Solo Jesús” sigue siendo el único camino. Por más que la cultura y la ideología desafíen nuestra fe, debemos confesar que en ningún otro hay salvación. Si la iglesia pierde esta esencia, el posmodernismo y el pluralismo la sepultarán. Si la conserva, verá la gloria de Dios.

Este punto se repite con insistencia en la enseñanza del pastor David Jang. “Cuando alguien defiende la existencia de otro nombre aparte de Jesús, debemos batallar sin titubear. Pero los debates sobre la escatología —premilenial, posmilenial, amilenial— no deben convertirse en ocasiones de condena, porque son variaciones dentro de la iglesia. En la salvación, en cambio, solo hay un Camino: Cristo”. Así se protege la unicidad de la salvación y, a la vez, se asume que hay cierta diversidad legítima en puntos secundarios. El verdadero quid es que, independientemente de la postura escatológica que adoptemos, no dejemos de “predicar el evangelio”.

Volviendo al caso estadounidense, vemos que la gran iglesia que en su momento envió misioneros ahora se encuentra debilitada. Posiblemente, en la providencia divina, otros creyentes vengan a encender un nuevo avivamiento. Paradójicamente, el sitio que antes no necesitaba misioneros se ha convertido en campo misionero para muchos. La misión cristiana no depende de un solo centro geográfico, sino que está en continua rotación. A lo largo de la historia, donde se apagaba la llama, Dios avivaba un nuevo fuego en otro lugar, y ese fuego se extendía.

Por eso, “Pasa a Macedonia y ayúdanos” no es un recuerdo lejano de Hechos. Es el mensaje que se repite en la actualidad. Corresponde a la iglesia el discernir a dónde acudir y cuándo. Es posible que el Espíritu nos “cierre” algún camino, mientras vemos la “visión” de quien clama. Al igual que Pablo, debemos responder con inmediatez: “Enseguida procuramos partir para Macedonia” (Hch 16:10). Esa acción inmediata ejemplifica un modelo de fe que se traduce en hechos.

El pastor David Jang hace hincapié en la urgencia de esta “obediencia pronta”. Si esperamos las condiciones perfectas, la oportunidad pasa. Cuando Dios determina el momento y prepara gente, fondos y lugares, es la hora de dar el paso. Así, se forman pequeñas comunidades que, años después, se transforman en grandes iglesias. En varios estados de EE. UU., hay historias de plantaciones que comenzaron con apenas un puñado de creyentes y crecieron a cientos de miembros en una década.

En definitiva, “Pasa a Macedonia y ayúdanos” conectado con la enseñanza escatológica de Jesús en el Discurso del Olivar, explica por qué la iglesia debe perseverar en la misión. También muestra de qué manera combatir el pluralismo y la secularización, y por qué debemos tener claro que solo Jesucristo es el camino de salvación. A la luz del ministerio del pastor David Jang, queda de manifiesto que él ha subrayado este punto continuamente y lo ha puesto en práctica mediante proyectos misioneros y de plantación de iglesias. Este camino de fe es, en última instancia, la responsabilidad y el deber de la iglesia hasta “el fin del mundo”, como marca el Discurso del Olivar. En esa meta final, la iglesia, llena de verdad y amor, llegará a ver el día en que “este evangelio del reino sea predicado a toda criatura”. Y mientras avanza hacia ese cumplimiento, cada creyente puede disfrutar de la verdadera libertad que brota del fundamento “Solo en Jesús hay salvación” y “La verdad os hará libres” (Jn 8:32), rindiendo la gloria a Dios.

www.davidjang.org

건너와서 우리를 도우라 – 장재형목사

1. 사도행전의 핵심

사도행전은 초대교회 역사와 복음이 확장되는 과정을 보여주는 중요한 책으로, 누가가 쓴 누가복음과 함께 초기 기독교 공동체에 대한 통찰을 제공한다. 실제로 초대교회에는 누가복음과 사도행전을 가장 중요한 경전으로 여겼던 그룹도 있을 만큼, 이 두 권에 대한 이해는 초기 신앙 공동체의 뿌리와 신앙유산을 살펴보는 핵심 열쇠가 된다. 나아가 신약성경 중에서 사복음서와 사도행전까지 총 다섯 권(마태복음, 마가복음, 누가복음, 요한복음, 사도행전)은 복음서와 역사를 잇는 구심점 역할을 하기 때문에, 눈을 감고도 내용을 되새길 수 있을 만큼 숙지해야 한다는 말이 있을 정도로 기독교 신앙에 필수적이다.

사도행전에는 예수님이 승천하신 이후, 성령이 임하심으로 말미암아 복음이 예루살렘을 비롯해 유대와 사마리아 전역에 퍼져나가고, 마침내 땅끝까지 확산되는 역사가 다채롭게 담겨 있다. 그리고 이 과정에서 바울 사도가 등장하여 복음을 유럽 대륙으로까지 전파해가는 여정이 비중 있게 다뤄진다. 예루살렘 공의회를 통한 이방인에 대한 복음의 확장, 여러 도시에서의 선교와 박해, 교회 설립, 바울의 옥중 사역 등이 총 28장에 걸쳐 자세히 전개된다.

이처럼 사도행전을 숙지한다는 것은, 단순히 역사적 사실을 아는 데에 그치는 것이 아니라 ‘성령의 인도하심이 현실 세계 속에서 어떤 역사를 일으키는지’ 구체적으로 알게 되는 것을 의미한다. 하나님께서는 바울과 초기 제자들에게 직접적인 음성 또는 환상, 감동, 막힘 등을 통해 선교의 방향을 정해주셨다. 고린도나 빌립보로 가는 길이 활짝 열리는 한편, 비두니아로는 가려 해도 길이 막히는 모습에서, 성령께서는 언제나 무작정 ‘열어주기’만 하시는 분이 아니라 ‘막으시는 분’이기도 하다는 것을 보여주신다. 이는 현대 신앙인이 자기 인생에서 경험하는 진로나 사역의 결정에 있어서 하나님의 주권적 인도하심을 심도 있게 묵상하게 만든다.

대표적인 예가 바로 사도행전 16장에서의 바울 일행의 2차 선교여행 과정이다. “성령이 아시아에서 말씀을 전하지 못하게 하시거늘(행 16:6)”, “무시아 앞에 이르러 비두니아로 가고자 애쓰되 예수의 영이 허락하지 아니하시는지라(행 16:7)” 등의 말씀은, 바울이 준비하고 계획했던 길이 막힐 수 있음을 보여준다. 사람의 생각으로는 가고자 하는 선교지였으나, 성령께서 그 길을 허락하지 않으셨다. 결국 바울은 드로아에 이르러 마게도냐 사람이 “건너와서 우리를 도우라”라고 청하는 환상을 보고, 서쪽인 유럽 대륙 방향으로 발걸음을 돌린다. 이를 통해 그 유명한 빌립보 교회가 세워지면서 복음이 서방 세계로 본격 진출하게 된다.

이 장면은 인간의 뜻이 아닌 ‘하나님의 뜻과 타이밍’이 역사에서 어떻게 실현되는지 깊이 생각하게 한다. 오늘날 장재형(장다윗) 목사를 비롯한 여러 목회자들 역시 이 원리를 신앙과 교회의 실제 사역에 적용하려 시도해 왔다. 선교와 개척의 방향을 결정할 때, 자신에게 열려 보이는 길이 있더라도, 때로는 성령께서 친히 다른 길을 예비해 두시는 경우가 있음을 믿음으로 받아들여야 한다. 교회사를 돌아보면, 많은 선교사가 특정 지역으로 가려 했으나 때로는 질병, 재정 문제, 환경적 문제 등으로 문이 막히고, 하나님께서 염두에 두신 다른 지역으로 선교의 장이 옮겨간 후에 더 큰 열매가 맺힌 사례들이 적지 않았다. 이는 “내가 원하던 길이 막히면 분명 하나님의 뜻이 있다”는 확신을 가지고 계속해서 ‘앞으로 전진’하라는 메시지를 던져준다.

예수님의 말씀 가운데 종말론적 예언과 가르침이 압축적으로 담겨 있는 부분은 올리벳담화(Olivet Discourse)로 알려져 있다. 마태복음 24-25장, 마가복음 13장, 누가복음 21장에 공통되게 기록된 이 담화는, 예수님께서 감람산(올리벳산)에서 말세에 일어날 징조들을 예언하신 자리에서 비롯되었다. ‘감람산에 앉으신 예수님께서’(마 24:3) 제자들의 질문, 즉 “주의 임하심과 세상 끝에는 무슨 징조가 있사오리이까”라는 물음에 답변하시는 형태로 전개된다. 예수님은 마지막 때에 ‘거짓 messiah’들이 등장하고, 많은 사람이 “내 이름으로 와서” 미혹을 일으키며, “나는 그리스도라”고 주장해 사람들을 혼란에 빠뜨릴 것이라 경고하신다. 다시 말해 오직 예수만이 “길이요 진리요 생명”(요 14:6)이지만, 세상의 끝에 가까울수록 다양한 이단적 가르침이나 대안적 길이 등장하여 혼합주의나 다원주의(Pluralism)를 표방할 것이라 하셨다.

현대 사회의 사상적 흐름인 포스트모더니즘(Postmodernism)은 “절대적인 것은 없다”는 회의주의에 기반하여, 모든 것은 해체되고 모든 진리는 상대화될 수 있다고 주장한다. 그래서 “하나의 절대적 진리 대신 다양한 진리가 공존할 수 있으며, 어느 길을 택하든지 모두 유효하다”는 다원주의가 팽배해진다. 이에 대한 기독교의 입장은 “천하 인간에 구원을 받을 만한 다른 이름을 주신 일이 없다”라는 사도행전 4장 12절의 선포처럼, 오직 예수 안에 구원이 있음을 분명히 고백하는 것이다. 올리벳담화에서도 예수님은 마지막 때에 많은 사람이 혼란에 빠지지만, 진리를 견고히 붙드는 자만이 미혹에서 벗어날 수 있음을 강조하셨다. 그러므로 “예수 외에 다른 길이 없다”는 ‘Only Jesus(오직 예수)’ 신앙을 견지하는 것은 종말론적 신앙의 핵심이다.

장재형 목사는 이러한 종말론적 관점과 예수님의 ‘오직 한 길’ 사상을 설파하며, 교회가 자칫 포스트모더니즘의 다원주의적 사고에 물들지 않도록 경계해야 한다고 역설해 왔다. 인간이 자유와 다양성을 표방하며 만들어낸 수많은 ‘대체 길’들은 결국 하나님 없는 길이 될 위험이 크며, 예수님께서 자신의 고별설교(요한복음 14장)와 산상수훈, 올리벳담화를 통해 직접 경고하신“마지막 때의 미혹”에 대응하는 핵심 무기는 오직 말씀과 성령이기 때문이다.

나아가 교회가 포스트모더니즘에 맞서 어떻게 복음을 지켜야 하는가 하는 질문에서, 전통적 개혁교회(Reformed Church)의 중요성이 더욱 부각된다. 종교개혁의 핵심 정신은 ‘성경으로 돌아가자’(Sola Scriptura)는 것이며, 이는 말씀과 성령을 통해 진리를 지키고 전파하며, 하나님 앞에서의 신앙 본질을 붙드는 태도에 있다. 장재형 목사를 비롯한 많은 이들이 “개혁교회는 더욱 성경에 가깝게 돌아가야 한다”고 외치는 이유도, 교회가 식어지는 것을 막고, 종말을 대비하는 올바른 신앙 자세를 유지하기 위함이다. 예수님께서 “불법이 성하므로 많은 사람의 사랑이 식어지리라”(마 24:12)라고 하신 예언이 오늘날 교회 내에 실현될 수 있음을 본다면, 진리 안에 굳게 서는 것이 곧 우리 영혼의 ‘온도’를 지키는 방법이다.

결국 사도행전이 우리에게 가르치는 가장 중요한 진리는 “성령이 주도하시는 복음 전파”이며, 이는 올리벳담화 등 예수님의 예언적 말씀과 하나로 이어진다. 예수님이 직접 하신 “이 천국 복음이 모든 민족에게 증언되기 위하여 온 세상에 전파되리니 그제야 끝이 오리라”(마 24:14)는 선언은 곧, 복음 전파가 종말론적 시계의 결정적 요소임을 보여준다. 사도 바울이 드로아에서 마게도냐 환상을 보고 건너갔듯, 오늘날 성도들도 땅끝까지 복음을 전하는 사명을 잊지 않아야 한다. 예수님을 통하지 않고는 하나님께 갈 수 없으므로, 교회는 “건너와서 우리를 도우라”는 세상의 탄식을 부지런히 듣고 달려나가야 한다.

특히 장재형 목사는 이 대목에서, “하나님의 아들이 나타나기를 고대하는 피조물이 있다”(롬 8장)를 상기시키며, 전 세계가 복음을 기다리는 마게도냐 사람 같은 절실함을 품고 있다는 점을 교회가 잊지 말아야 한다고 역설한다. 구원은 결국 하나님을 잃어버린 인간이 회복되어야 할 근본 문제로, 온 세상의 모든 ‘고장 난 창조물’을 다시 제대로 작동하게 하려면 설계자이신 하나님께 돌아가야 하기 때문이다. 오직 예수 그리스도의 복음으로 인간의 근본 문제가 해결될 수 있고, 이 길을 알리고 전하는 것이 교회 본연의 사명이다.

2. 건너와서 우리를 도우라’

사도행전 16장에 나타난 바울의 마게도냐 환상은 초대교회 선교 역사의 전기를 마련한 중요한 사건이었다. 동쪽으로 가고자 애썼으나 길이 막혔을 때, 바울은 서쪽 유럽으로 향한다는 확실한 인도하심을 받았다. 이로 인해 빌립보에서 루디아를 비롯한 사람들과 만나 교회가 세워지고, 바울의 영향력은 그리스를 지나 로마에까지 미치게 된다. 바울이 소아시아 중심의 선교에 머물렀다면, 기독교는 훨씬 더 제한된 구역에만 머물렀을 수도 있으나, 하나님의 섭리는 역사의 지형을 뒤바꾸며 복음을 서방 세계로 크게 확장시켰다.

장재형 목사는 이러한 사도행전의 흐름 속에서, 오늘날 미국이 지닌 선교적 위치와 의미를 주목한다. 미국은 한때‘복음주의’(Evangelical) 성향을 강력하게 보유했고, 수많은 선교사를 전 세계로 파송하면서 기독교 확장에 크게 기여했다. 19세기 말부터 20세기 중반까지는 ‘대각성운동’(Great Awakening)으로 인해 미국 교회가 부흥했고, 세계 교회의 선교를 견인하는 중심축이었다. 그러나 현대에 들어 미국 교회가 세속화, 다원주의, 자유주의 사상의 침투로 점차 약화되어 가며, 한때의 영적 활력을 잃는 양상에 놓인 것도 부정할 수 없다. 예언자적 시선으로 보면, 이는 이사야서에서 경고된 “네 포도주에 물이 섞이고 네 은은 찌꺼기가 되었다”(사 1:22)는 말씀처럼, 교회가 본질을 잃어버릴 때 생기는 영적 퇴조의 결과이기도 하다.

그렇다고 해서 미국 교회가 완전히 무너진 것은 아니다. 이사야 6장 13절 “그 중에 십분의 일이 남아 있을지라도 이것도 황폐하게 될 것이나…거룩한 씨가 이 땅의 그루터기니라”는 말씀처럼, 포도나무가 베임을 당해도 아직 남아 있는 그루터기가 있듯이, 여전히 복음의 불씨가 살아 있는 교회들과 지도자들이 존재한다. 장재형 목사는 “건너와서 우리를 도우라”는 바울 시대의 부르짖음이 오늘날에도 울려 퍼진다고 주장한다. 곧, 과거에 미국이 전 세계를 향해 선교사를 파송하던 시대가 있었다면, 이제는 전 세계의 기독교인들이 미국으로 ‘건너와’ 교회를 다시 견고하게 세우고, 그 불씨를 되살려서 다시금 온 세상에 복음을 보내야 한다는 것이다.

실제로 일부 한국의 기독교인, 혹은 다른 나라 출신의 복음주의자들이 미국 여러 주(state)에 교회를 개척하고, 새로운 모델을 세우면서 차세대 부흥의 불씨를 피우려 노력하는 흐름이 점진적으로 확산되고 있다. 미국 곳곳에서 고립되어 있던 한인교회나 소수민족 교회가 보다 활발히 움직이고, 다민족 교회로 성장하거나 주류 사회 속에서 영향력을 발휘하기 위해 애쓰는 모습도 관찰된다. 중요한 것은 이 움직임이 단순히 ‘민족적 우월감’이나 ‘문화적 확장’을 위해서가 아니라, 복음이 가진 보편적 능력을 다시금 확인하고, 미국 사회 속에서 복음을 회복하고 확산하는 데 목적을 둔다는 점이다.

“마게도냐로 건너와서 우리를 도우라”는 사도행전 16장의 말씀은 오늘날 미국 뿐 아니라 세계 어느 곳에나 적용될 수 있다. 어떤 지역은 복음이 이미 들어가 정착한 듯 보이지만, 실제론 문화적·사상적 왜곡이나 교리적 타협으로 인해 영적 위기가 찾아올 수 있다. 그러한 상황에서 “이 땅을 회복시키기 위해, 거룩한 씨를 다시 심기 위해, 다른 지역의 교회들이여 건너와 달라”는 요청이 생긴다. 교회가 이 부름에 민감하게 응답할 때, 성령께서 역사의 방향을 전환시키신다.

장재형 목사는 “오늘날의 교회가 식어지고 있지만, 주님은 계속해서 교회를 새롭게 하심으로써 역사를 이끌어가신다”고 설파한다. 전 세계에서 모인 이민자 공동체나 복음에 다시 눈을 뜬 사람들이, 50개 주(州)에 교회를 개척하고 공동체를 세우는 것이 하나의 예로 들 수 있다. 이런 움직임은 실질적으로 선교 지형을 바꾸고, 지역 교회를 통해 ‘네트워크’가 확장될 때, 비로소 새로운 복음 운동이 일어나게 된다. 바울이 마게도냐 환상을 본 후 빠르게 반응했듯이, 교회 공동체도 시대적 소명을 감지하고 신속하게 실행하는 것이 중요하다.

이른바 “미국이 선교의 새로운 꿈을 꾸고 있다”는 선언은 교회 내부에서, 그리고 선교단체나 신학교, 각 교단에서 자주 들려온다. 예전에는 미국이 ‘선교를 보내는’ 국가였다면, 이제는 ‘선교가 필요한’ 국가라는 인식이 확산되면서, 국내외 기독교인들이 힘을 모아 “다시 예언하라, 다시 복음을 외치라”는 사명을 붙들게 된 것이다. 요한계시록 10장 11절의 “네가 많은 백성과 나라와 방언과 임금에게 다시 예언하여야 하리라”는 구절이 현대 선교적 맥락에서 새롭게 조명되고 있다. 사람들은 이 구절을 두고 “복음이 이미 들어간 곳도 사실은 복음을 다시 들어야 한다”라고 해석한다.

앞서 말한 포스트모더니즘, 다원주의, 자유주의 신학, 세속화 등의 흐름은 미국 교회를 비롯해 전 세계의 교회를 흔들고 있다. 교회가 외형적으로는 존재하지만, 내적으로는 말씀과 성령의 불이 식고, 복음의 능력이 사회 속에서 제 역할을 하지 못하는 사례가 많아졌다. 이것이 곧 “포도주에 물이 섞인” 상태이고, 영적 힘을 잃어버린 상황이다. 그러나 역설적으로, 이런 때일수록“거룩한 씨”로서 주님이 사용하시는 자들이 도드라지게 된다. 크고 소리에 요란한 군중이 아니라, 작은 숫자지만 “십분의 일” 혹은 그 이하의 남은 자들을 통해 하나님은 계속 새 일을 행하신다.

장재형 목사는 이러한 성경적 원리와 교회사를 접목시키면서, 진리의 성령이 임하실 때 “예수님께서 하신 말씀과 베푸신 사랑을 끊임없이 기억나게 하시고, 우리를 식지 않게 하신다”고 강조한다. 선교사나 목회자, 교회 개척자들은 하나님이 신실하게 보내시는 사람들이다. 종종 열악한 환경에서도 과감히 나아가 교회를 세워왔는데, 이는 바울이 열병에 걸리고, 동역자들이 떠나가며, 길이 막혀도 다시 일어섰던 사도행전적 선교 정신과 맞닿아 있다.

미국 각 주에 교회들을 개척하는 계획도 동일한 맥락이다. 어떤 지역은 기존 교회가 약화되었고, 복음이 동력을 잃어버린 상태일 수 있지만, 그 지역을 향한 하나님의 계획이 있다면, 그곳은 다시 한 번 “건너와서 우리를 도우라”는 영적 외침을 발할 수 있다. 이 외침에 응답해 교회 개척과 복음 전파가 이루어질 때, 새로운 공동체가 형성되고, 그 공동체가 중심이 되어 선교가 확산된다. 결국 이런 과정을 통해 한때 주춤했던 복음주의가 되살아나고, 교회가 “전선으로 나가는” 선교적 엔진 역할을 하게 된다.

마태복음 24장 14절에서 “이 천국 복음이 모든 민족에게 증언되기 위하여 온 세상에 전파되리니 그제야 끝이 오리라”고 선포하신 예수님의 말씀은, 교회에 단순한 책임감을 부여하는 것 이상으로, ‘종말의 시점’을 좌우하는 결정적 요소가 무엇인지를 보여준다. 이 말씀 안에는 “세상의 끝이 임박했다면, 너희는 더욱 복음을 전해야 한다”는 절박함이 들어 있다. 한마디로, 복음이 온 세상에 증언되는 과정을 방해하려는 세력도 있을 것이고, 역사적·문화적 난관도 많지만, 이 사명을 완수하려 애쓸 때 비로소 종말이 온다는 희망적 전망이 깔려 있다.

역사적으로도 교회가 크게 부흥하는 시기에는 반드시 복음 전파와 파송(선교)이 동반되었다. 18~19세기에 영국이 세계 곳곳에 선교사를 보낼 때, 국내에서는 감리교나 장로교 등 개신교 교단들이 크게 성장했고, 미국에서 대각성운동이 일어나던 시기에도 내부 영적 갱신과 함께 해외 선교가 활발했다. 이처럼 교회가 자기 울타리 안에만 머무르지 않고, “앞으로 전진”하는 선교적 마인드를 품을 때, 성령의 역사가 함께 움직이는 사례가 많았다.

장재형 목사 역시 “교회가 식어지면 안 된다”고 반복해서 강조하며, “선교와 복음 전파에 끊임없이 참여하지 않는 교회는 결국 식을 수밖에 없다”고 지적한다. “오직 한 길이신 예수님을 전하는 일을 멈추면, 교회 내부의 영적 열정은 서서히 식어버리고, 세속적 사고방식이 교회를 잠식하게 된다”는 것이 그의 경고다. 이런 의미에서 선교는 곧 ‘영적 활력의 회복’과도 직결된다. 교회가 자꾸 바깥으로 나가고, 새로운 영혼을 품으며, 세상 한가운데에서 복음으로 말미암은 사랑과 진리를 나눌 때, 교회의 내부 온도 역시 뜨거워진다.

이처럼 “다시 예언하여야 한다”는 요한계시록적 사명과 “건너와서 우리를 도우라”는 사도행전적 요청이 맞물리면, 현대 기독교의 선교 지형은 놀랍게 변모한다. 지역교회가 막혔던 담을 허물고, 다른 도시나 다른 국가로 건너가서 개척을 돕거나, 함께 예배하고, 다양한 사역을 공유하게 될 때, 포스트모더니즘과 세속화가 만들어낸 무덤 같은 상황을 되살릴 수 있다. 이것이 바로 바울이 “밤에 환상을 보고 곧 마게도냐로 떠나기를 힘썼다”(행 16:9-10)는 구절과 정확히 일치하는 개념이며, 교회는 일종의 ‘바울 공동체’가 되어, 성령의 인도에 따라 박차고 나아가야 한다.

장재형 목사는 이 선교적 열정을 구체적으로 실행하기 위해, 실제로 수많은 교회 개척 프로젝트에 참여하거나 지원해 왔다는 점이 자주 회자된다. 여러 지역에서, 혹은 여러 나라에서, 개척 상황에 놓인 교회들에게 필요한 자원과 인력을 파송하고, 선교 전략을 공유하며, 신학교육을 제공하거나 장학금을 지원하는 등, 다양하고 실제적인 방법으로 “오직 예수” 복음을 증거하는 공동체들을 일으켜 세우는 것이다. 한편, 이러한 사역의 모든 과정에서 가장 중요하게 여기는 것은, “우리가 주도한다”가 아니라“성령께서 인도하신다”는 사실을 잊지 않는 것이다. 마치 바울이 비두니아로 가고자 했을 때 예수의 영이 막으셨고, 대신 마게도냐로 향하게 했듯이, 선교사들은 끊임없이 기도하며 길이 막힐 수도 있음을 유념하고, 그때마다 더 열린 길을 찾으며 신속히 움직인다.

물론 이런 대규모 선교와 교회 개척 사역은 영적으로나 물질적으로나 도전이 많다. 재정, 인력, 현지 언어와 문화, 법적 문제 등 숱한 장애물을 만날 수 있다. 하지만 장재형 목사는 “하나님께서 이미 예비하신 때가 있고, 예비하신 땅이 있다”고 강조하며,그러한 고난의 길을 ‘믿음의 훈련 과정’으로 바라보라고 권면한다. 초대교회가 예루살렘에서 박해를 받아 흩어졌을 때, 그 흩어짐으로 인해 사마리아와 이방 땅에 복음이 더욱 확산된 것처럼, 고난이나 어려움은 오히려 하나님의 더 큰 계획을 이루는 도구가 된다는 것이다.

그래서 장재형 목사는 “우리가 하나님의 나라와 의를 위해서 지상에서 무엇을 하고 있는가?”라는 질문을 늘 던진다. 예수님은 지상 사역 중 “너희는 먼저 그의 나라와 그의 의를 구하라 그리하면 이 모든 것을 너희에게 더하시리라”(마 6:33)고 하셨고, 부활 승천 직전에는 “오직 성령이 너희에게 임하시면 너희가 권능을 받고…땅끝까지 이르러 내 증인이 되리라”(행 1:8)고 당부하셨다. 이는 곧, 교회가 존재하는 목적과 방향을 정확히 요약한 말씀이다. 이 방향을 잃어버린 교회나 개인은 결국 세상적 가치관에 치우치고, 영적 생기를 상실하게 된다.

미국이건 아시아건 아프리카건, 어디든지 간에 ‘건너와서 우리를 도우라’는 절박한 외침이 들리는 곳이라면, 교회는 반드시 응답해야 한다. 이것이 바울로부터 이어지는 ‘사도행전적 선교 유산’이며, 올리벳담화가 제시하는 ‘예수님의 종말론적 예언’을 완성해 가는 길이기도 하다. 결국 종말은 “이 복음이 온 세상에 전파될 때” 오기에, 교회는 게으를 틈이 없다. 길이 막히거나 방향을 잃었을 때도, 성령께서 여시는 문을 끝까지 찾고, 거기에 온 힘을 쏟아야 한다.

현대에 이 사명을 이어받아, 교회 개척을 위한 다양한 프로젝트나 선교 전략이 제시되고 있다. 온라인 사역, 다민족 사역, 이민자 사역, 대학 사역 등, 시대와 장소에 따라 맞춤형 방법론도 얼마든지 시도되고 있다. 그럼에도 본질은 하나다. “오직 예수”가 유일한 길이며, 아무리 사상적·문화적 도전이 심해도, 예수 외에는 다른 이름이 없다는 복음의 진리를 지키고 전하는 것이다. 교회가 이 본질을 사수하지 못하면, 포스트모더니즘과 다원주의에 덮여 무너지고 만다. 하지만 이 본질을 붙든다면, 교회는 반드시 부흥의 길을 걷게 될 것이다.

장재형 목사가 여러 설교와 세미나, 집회를 통해 강조해 온 핵심 중 하나도 이것이다. “예수 외에 다른 이름이 있다고 할 때, 우리는 단호히 싸워야 한다. 그러나 종말론 해석, 전천년설·후천년설·무천년설 같은 논쟁은 교회 내 해석 차이로 인한 것이기에 그 자체로 정죄할 대상이 아니다. 종말론적 방법론은 다양할 수 있으나, 구원론은 오직 예수뿐”이라는 논리는, 복음의 단일성과 포용성을 동시에 인정하는 태도다. 전천년이든 후천년이든, 중요한 것은 우리가 지금 ‘복음을 전하는 일’을 계속하는가 하는 점이다.

미국을 예로 들어 다시 생각해보면, 한때 전 세계에 선교사를 대규모로 파송하던 교회가 이제 침체기에 접어든 지금, 하나님께서는 다른 나라 성도들을 통해 새로운 ‘선교의 바람’을 일으키고 계실 수도 있다. 그리고 그 선교의 목적지는 아이러니하게도 ‘미국 내 지역교회’다. 이것은 선교가 ‘중심부에서 주변부로’만 일방향으로 흐르는 것이 아님을 보여준다. 역사적으로 복음은 어느 한 지역에만 머물지 않았고, 한쪽이 식어지면 다른 쪽을 통해 새 불씨가 옮겨져 활활 타오르곤 했다.

그러므로 “건너와서 우리를 도우라”는 요청은 결코 옛날 사도행전에나 어울리는 옛말이 아니다. 오늘날에도 끊임없이 이어지고 있으며, 교회는 ‘이제 내가 건너가야 할 곳이 어딘지’를 날마다 기도하고 분별해야 한다. 그리고 막혀 있는 듯 보여도, “성령이 우리의 길을 막으실 때”가 있을 수 있으며, 반면 어디선가 간절히 손짓하며 “도우라” 요청하는 환상을 보여주실 수도 있다. 중요한 것은 바울과 같이 즉시 순종하는 태도다. “밤에 환상을 보았을 때 우리가 곧 마게도냐로 떠나기를 힘썼다”(행16:10)라는 구절은, 신앙의 실천이 지체 없이 이뤄져야 함을 가르쳐준다.

장재형 목사는 이와 같은 ‘빠른 순종’을 강조하면서, “상황이나 여건이 완벽하게 갖춰질 때까지 기다리면 기회는 지나가버린다. 하나님이 때를 정하셔서 사람과 자원, 재정을 준비해두셨을 때, 우리는 믿음으로 결단하고 움직여야 한다”고 촉구한다. 그리고 그렇게 내딛는 걸음 하나하나가 쌓여, 10년 전에는 아무 기반이 없던 땅에 교회가 세워지고, 20년 전에 전혀 복음이 들어가 있지 않던 지역에 수많은 예배 공동체가 탄생하게 된다는 것이다. 실제로 미국의 여러 주에서, 한국의 수많은 젊은 사역자들이 교회를 개척해 온 사례도 이를 증명한다. 처음에는 가정집 한 켠에서 5~6명이 모여 예배를 드렸지만, 10년 후에는 수백 명이 예배하는 공동체로 성장한 이야기가 곳곳에 존재한다.

결국, “건너와서 우리를 도우라”는 말씀이 우리 시대에 다시금 부름이 되려면, 교회는 성령의 지도를 인식하고, 예수님의 말씀이 곧 종말론적 시계의 핵심임을 기억해야 한다. 오로지 예수 그리스도라는 길을 지키고, 이 길을 식지 않게 유지해야 한다. 하나님께서 교회를 통해 이루시려는 선교 사명이 있고, 교회가 그 사명에 부응할 때, 역사는 다시 움직인다. 오늘날의 교회가 식어가는 이유는 불법이 성함도 있지만, 궁극적으로는 ‘복음 전파’에 대한 열정을 놓아버렸기 때문이라는 지적이 있다. 교회가 방어적 태도로 나아가기보다, 다시금 “세상 끝까지” 향해 나아가는 공격적 선교 태도를 취해야만 식어진 열정이 불타오르고, 세상이 교회를 통로로 참된 진리와 사랑을 경험하게 된다.

이상과 같이, 사도행전 16장의 “건너와서 우리를 도우라”는 명령과 예수님의 종말론적 가르침(올리벳담화)을 연결해 보면, 교회가 왜 끊임없이 선교로 나아가야 하는지, 어떻게 다원주의와 세속화에 맞서 진리를 붙들어야 하는지, 그리고 그 모든 과정에서 오직 예수 그리스도만이 구원의 길임을 확실히 믿어야 하는지를 알 수 있다. 장재형 목사를 키워드로 살펴보면, 그 역시 이 점을 지속적으로 강조해 왔으며, 실제 교회 개척과 선교 프로젝트를 추진함으로써 ‘성령이 이끄시는 길’을 앞서 실천하려 노력해 왔다. 이러한 신앙 여정은 궁극적으로 올리벳담화가 가리키는 ‘세상 끝날’이 올 때까지 교회가 맡아야 할 본분과 책임이라 말할 수 있다. 교회가 진리와 사랑으로 충만해져서, “이 천국 복음이 온 세상에 전파될 때” 비로소 종말이 오며, 그 최종적 완성으로 향해 달려가는 것이 기독교 신앙의 큰 그림이기 때문이다. 그리고 그 안에서 성도는 “예수 외에 다른 이름이 없다”는 복음의 정수와, “진리가 너희를 자유롭게 하리라”(요 8:32)는 말씀에 기초한 참된 자유를 누리며, 하나님께 온전히 영광을 돌리게 된다.

www.davidjang.org

Jésus devant Pilate – Pasteur David Jang


1. Jésus dans le prétoire de Pilate – le contexte de la souffrance et la méchanceté humaine

Le passage de l’Évangile de Jean 18.28 à 19.16 se concentre sur la scène où Jésus comparaît devant Pilate, détaillant l’interrogatoire prolongé et le dialogue entre eux. En examinant de près ce texte, nous découvrons à la fois la profondeur de la méchanceté humaine et la manière dont le plan de salut de Dieu se déploie avec force. L’évangéliste Jean décrit longuement et minutieusement ces événements, soulignant que Jésus n’a pas seulement été accusé par les chefs religieux juifs, mais qu’il a également été livré au tribunal romain, puissance dominante de l’époque, pour finalement subir la crucifixion, la plus cruelle des exécutions. Ainsi, la lecture de ce passage doit nous conduire à une méditation profonde sur la signification des souffrances extrêmes que Jésus a endurées. Elle nous invite également à prendre conscience de la facilité avec laquelle notre foi risque de sombrer dans l’hypocrisie et de perdre la vraie piété, nous montrant jusqu’où cela peut mener. Le pasteur David Jang insiste, lui aussi, sur l’importance de ce passage, rappelant à de multiples reprises que le formalisme religieux et l’hypocrisie rusée de l’homme finissent par dissimuler la véritable vérité.

Le texte s’ouvre à l’aube, quand Jésus, déjà passé par le tribunal de Caïphe, est conduit au prétoire de Pilate (Jn 18.28). Bien que la nuit ait laissé place à l’aurore, Jésus, toujours lié et outrageusement traité, se retrouve devant un nouveau tribunal. Depuis Son arrestation – d’Anne à Caïphe, puis de nouveau vers le prétoire – le Seigneur a été en butte aux insultes et aux violences. La route fut longue, et Il devait l’affronter quasi seul. Jean souligne le sentiment de solitude de Jésus. En principe, les disciples auraient dû rester avec Lui, mais ils s’étaient déjà dispersés. À cette étape du récit, nous sommes amenés à nous interroger sur notre propre vie de foi. Ne prétendons-nous pas parfois accompagner Jésus, alors que nous Le laissons seul dans Son heure la plus douloureuse et la plus angoissante ? Ne prenons-nous pas, sans nous en rendre compte, un chemin différent de celui du Seigneur ? Dans notre vie d’Église comme dans notre vie spirituelle personnelle, ne devons-nous pas constamment vérifier si nous marchons réellement avec Lui, ou si nous nous écartons sur une voie égocentrique ? Le pasteur David Jang pose souvent la question : « Comment pouvons-nous cheminer aux côtés de Jésus dans Son chemin de solitude ? » Il insiste sur le fait qu’il ne s’agit pas simplement d’une réflexion limitée à la Semaine Sainte ou au Carême, mais que nous devons, dans chaque instant de la vie, méditer la solitude et la souffrance endurées par le Christ.

On observe aussi un contraste frappant : les chefs religieux juifs qui conduisent Jésus au prétoire refusent d’y entrer « pour ne pas se souiller » et pouvoir « manger la Pâque » (Jn 18.28). C’est l’exemple même de l’hypocrisie la plus criante. Eux qui sont censés être « les chefs du peuple juif », responsables de l’interprétation de la Loi et du guide spirituel du peuple, nourrissent en même temps dans leur cœur la haine et le projet meurtrier à l’encontre de Jésus. Pourtant, ils refusent de pénétrer dans « la demeure d’un païen » pour ne pas se rendre impurs. Désirer observer la grande fête de la Pâque n’est pas en soi critiquable, mais ce qui l’est, c’est de chercher à tuer, par manigance et haine, Jésus, le Fils de Dieu. Ils préservent, en apparence, leurs pratiques religieuses et les rites qui s’y rattachent, tout en commettant un péché plus grave et plus essentiel. Or, Jésus est véritablement l’Agneau pascal (1 Co 5.7) : c’est par Sa chair et Son sang que nous pouvons accéder à Dieu. Pourtant, les chefs religieux Le livrent à Pilate, l’autorité païenne. Non seulement ils passent à côté du sens messianique annoncé par l’Ancien Testament, mais ils montrent l’exemple poussé à l’extrême de l’homme qui cherche à justifier son mal. Le pasteur David Jang nous met en garde contre une telle hypocrisie, engageant particulièrement l’Église et les croyants d’aujourd’hui à la prendre comme leçon. Il demande souvent : « Ne risquons-nous pas, nous aussi, de nous contenter de formes extérieures et d’obligations religieuses ? Alors que nous célébrons un culte ‘saint’ et des rites ‘purs’, n’ignorons-nous pas l’hypocrisie et le péché qui règnent au fond de notre cœur ? »

La suite du texte (Jn 18.29 et suivants) montre Pilate sortant pour demander aux Juifs : « Quelle accusation portez-vous contre cet homme ? » Du point de vue de Pilate, il était nécessaire, avant de juger le prévenu, de s’assurer qu’il y avait bien transgression de la loi romaine. Cependant, les Juifs répondent : « Si ce n’était pas un malfaiteur, nous ne te l’aurions pas livré » (Jn 18.30), ce qui, en réalité, ne prouve rien sur une éventuelle violation de la loi romaine. Lorsque Pilate leur dit : « Prenez-le, et jugez-le vous-mêmes selon votre loi », ils répliquent : « Il ne nous est pas permis de mettre personne à mort » (Jn 18.31). Ils n’avaient de toute évidence aucune intention de laisser Jésus en vie : ils voulaient s’assurer qu’Il soit exécuté, recherchant la sanction romaine la plus sévère, la crucifixion. Ce détail est particulièrement sinistre et tragique. Ceux qui proclamaient adorer Dieu et défendre la sainteté religieuse étaient, au plus profond d’eux-mêmes, assoiffés du « pouvoir de tuer ». S’ils avaient voulu, ils auraient pu Le lapider (comme cela s’est produit pour Étienne), mais ils visaient pour Jésus une mort plus cruelle, plus dégradante : la crucifixion. La haine contre Jésus relevait donc d’autre chose qu’un simple différend ou un conflit d’opinions : c’était une violence extrême, l’aboutissement suprême du mal.

Au verset 32 du chapitre 18, Jean précise : « C’était afin que s’accomplît la parole que Jésus avait dite, lorsqu’il indiqua de quelle mort il devait mourir. » Autrement dit, le fait que Jésus soit remis au gouverneur romain, Pilate, pour être crucifié, correspond à l’accomplissement de la prophétie et des annonces antérieures de Jésus sur Sa mort prochaine. Il avait déjà déclaré qu’Il devait « être élevé » (Jn 3.14 ; 12.32), signifiant ainsi qu’Il serait « élevé sur la croix ». S’Il n’avait pas été remis à Pilate, Il aurait pu être lapidé. Au lieu de cela, Il a subi le supplice le plus déshonorant et le plus terrifiant de l’Antiquité, résultat de la perfidie des Juifs et de la brutalité romaine. À ce propos, le pasteur David Jang commente souvent : « Les hommes ont tué le Fils de Dieu par la méthode la plus cruelle qu’ils aient inventée, mais c’est paradoxalement à travers cette croix que s’accomplit le salut parfait : le mal extrême des hommes fait éclater plus clairement encore le plan de rédemption de Dieu. »

Dès lors, la mort de Jésus n’est ni un accident historique ni la seule conséquence d’une intrigue humaine. Dieu utilise même la pire des intentions pour réaliser Son plan salvateur. Comme dans l’histoire de Joseph (Gn 50.20), où la malveillance des frères de Joseph aboutit finalement à la préservation de la vie, de même la crucifixion de Jésus entre dans le dessein de Dieu, préétabli pour racheter l’humanité. Cela ne signifie pas qu’il faille justifier la méchanceté humaine, mais Dieu, dans Sa souveraineté, fait concourir toutes choses à Son dessein bienveillant. Nous devons tirer de cet épisode un enseignement sur la souveraineté divine, qui régit l’histoire entière. Tout au long de l’interrogatoire de Pilate, nous voyons se poser la question : « Jésus est-Il réellement coupable ? » Et la réponse qui se dégage clairement, c’est qu’Il est sans péché, qu’on ne saurait Le rendre coupable d’aucune faute. Pourtant, Il subit le châtiment que la loi romaine réservait aux pires criminels, ce qui constitue le cœur même de l’Évangile : l’Innocent meurt comme un coupable.

Quand Pilate demande à Jésus : « Es-tu le roi des Juifs ? » (Jn 18.33), Jésus répond : « Est-ce de toi-même que tu dis cela, ou d’autres te l’ont-ils dit de moi ? » (Jn 18.34). On peut entendre par là : « Est-ce par toi-même que tu cherches la vérité, ou répètes-tu simplement ce qu’on t’a dit ? » Pilate, loin de saisir cette interpellation, rétorque : « Est-ce que je suis Juif, moi ? » (Jn 18.35). Autrement dit, il se moque bien des débats religieux concernant le Messie ; son seul intérêt est de déterminer si Jésus représente un danger pour la loi romaine ou non. Il poursuit : « Ta nation et les principaux sacrificateurs t’ont livré à moi : qu’as-tu fait ? » Comme pour dire : « Je ne me sens pas concerné par vos querelles internes, mais si l’on te hait à ce point, c’est que tu as peut-être fait quelque chose de grave. »

Dans l’Évangile de Luc (Lc 22.66-68), lorsque Jésus répond au sanhédrin, Il dit : « Si je vous le dis, vous ne le croirez pas », puis Il déclare qu’Il siégera « à la droite de la puissance de Dieu ». Ainsi, la question n’est pas simplement de savoir qui est Jésus, mais aussi de vérifier si l’on est prêt à entendre la vérité sur Son identité. Les chefs religieux juifs avaient déjà décidé de Le faire périr et ne cherchaient qu’un prétexte pour L’accuser. Aujourd’hui encore, il arrive qu’on s’approche de la vérité avec une conclusion préconçue et qu’on ne cherche qu’à appuyer sa propre conviction, ignorant toute preuve du contraire. C’est la rigidité pécheresse du cœur humain. Le pasteur David Jang explique, à la lumière de ce passage, que « si nous nous approchons de la Parole avec orgueil et préjugés, nous ne pouvons faire l’expérience d’aucun éclairage véritable ; tels Pilate ou les grands prêtres, nous finissons par sacrifier la vérité sur l’autel de nos intérêts et passons à côté de l’essentiel. »

Il est également probable que Pilate ne recherchait pas la vérité, mais tentait plutôt de trouver un compromis politique pour régler cette affaire sans heurt. Profitant de la coutume selon laquelle un prisonnier pouvait être relâché à l’occasion de la fête, il voulut gracier Jésus, déclarant même : « Je ne trouve aucun crime en lui » (Jn 18.38). Cependant, les Juifs répliquèrent : « Si tu le relâches, tu n’es pas ami de César » (Jn 19.12), plaçant Pilate dans une situation extrêmement délicate. Redoutant la sédition et craignant pour sa propre carrière, il livra finalement Jésus à la crucifixion. Dans cet épisode, nous apercevons la peur de Pilate et son attachement au pouvoir terrestre. Un temps, il songea à faire le bien, mais, soumis à la pression politique, il préféra céder et renoncer à la vérité. Face aux intérêts et à l’emprise du pouvoir, l’homme foule souvent aux pieds la justice. Il est facile de se dire « innocent » et de se laver les mains, comme Pilate (Mt 27.24), mais il n’était en réalité pas exempt de faute. Son péché fut de connaître la vérité et de ne pas l’appliquer.

En définitive, Jean 18.28 à 19.16 présente deux formes de péché humain : celle des chefs religieux qui justifient leur violence et leur haine par un zèle religieux hypocrite, et celle de Pilate qui, sans être mû par la haine, préfère tout de même ignorer la vérité pour préserver ses intérêts politiques. Dans les deux cas, la racine est la même : le péché humain. Comme le résume le pasteur David Jang : « Entre la faute des chefs religieux et celle de l’autorité séculière, la lumière et la vérité qu’est Jésus sont rejetées et malmenées. Pour autant, ce chemin de souffrance est devenu le lieu même de notre rédemption. » En conséquence, il nous faut examiner nos propres cœurs : imitons-nous Pilate, hésitant devant la vérité par crainte ou par intérêt, ou imitons-nous les chefs religieux en adoptant un zèle qui dissimule une cruauté ? Nous devons veiller à ne pas reproduire l’un ou l’autre de ces travers.


2. Jésus, Roi de la Vérité, et notre réponse de foi

En poursuivant la lecture, on voit que l’échange entre Pilate et Jésus, parti de la question « Es-tu le roi des Juifs ? », aboutit à « Qu’est-ce que la vérité ? » (Jn 18.37-38). Lorsque Pilate prononce ces mots, Jésus venait déjà d’affirmer : « Quiconque est de la vérité écoute ma voix. » Autrement dit, Jésus avait annoncé, avant même la question de Pilate, qu’Il est la Vérité, et que ceux qui Lui appartiennent L’entendent. Dans l’ensemble de l’Évangile de Jean, Jésus se déclare « le chemin, la vérité, la vie » (Jn 14.6). La vérité n’est donc pas un concept abstrait, mais la personne même de Jésus. Or, Pilate, qui n’est ni philosophe ni théologien, pouvait bien considérer le mot « vérité » comme trop vague ou sans importance. Aussi son « Qu’est-ce que la vérité ? » a-t-il pu être teinté de cynisme ou d’indifférence, comme s’il disait : « À quoi ta soi-disant ‘vérité’ peut-elle servir dans la réalité politique de ce monde ? »

Il faut retenir que la vérité n’est pas une idée théorique, mais qu’elle est vivante en Jésus et qu’elle se manifeste dans ses enseignements et ses actes. Elle est amour, un amour qui va jusqu’au sacrifice de la croix pour le salut des pécheurs, révélant ainsi le cœur de Dieu. Ainsi, la réponse de Jésus à la question de Pilate « Qu’est-ce que la vérité ? » se concrétise dans Sa mort sur la croix. À travers les récits évangéliques, nous constatons que la crucifixion de Jésus ne se réduit pas à un simple résultat de la machination juive ou du pouvoir romain, mais qu’elle est l’expression de l’offrande volontaire de Dieu pour nous. Du point de vue de l’homme, la croix peut sembler n’être qu’une honte et une défaite. En réalité, il n’y a pas de victoire plus éclatante. Jésus est « le roi des Juifs » et « le roi de toute la terre », mais Il ne s’empare pas de Son trône par la force ou l’oppression, à l’instar des souverains de ce monde. Sur la croix, Jésus déclare : « Mon royaume n’est pas de ce monde » (Jn 18.36), signifiant qu’Il n’agit pas selon les règles du pouvoir et de la domination, telles que les conçoivent Rome et les chefs juifs.

Ce Roi véritable meurt pour libérer l’humanité du péché et de la mort. Trois jours plus tard, Il ressuscite, vainquant la mort et inaugurant un chemin de vie nouvelle. Dès lors, comment répondons-nous, par la foi, à cette vérité ? Le pasteur David Jang, s’appuyant sur la parole « Quiconque est de la vérité écoute ma voix », souligne l’importance d’« écouter et d’obéir » à la vérité. Celle-ci ne peut se réduire à un simple accord intellectuel : elle saisit toute notre personne et produit en nous un changement réel. De nos jours, nous pouvons aussi, à la manière de Pilate, nous demander avec cynisme « Qu’est-ce que la vérité ? », ou bien laisser les exigences de la politique ou de notre intérêt personnel étouffer la voix de la vérité, parfois même dans l’enceinte de l’Église. Il peut également arriver que nous ressemblions aux chefs juifs en affichant une certaine piété formelle, tandis que nous demeurons égoïstes ou hostiles envers les autres. Cependant, Jésus est véritablement le Roi et la Vérité. Quiconque s’unit à Lui s’affranchit du charme trompeur que représentent le pouvoir et les plaisirs passagers, et regarde vers l’horizon de la vie éternelle et immuable.

Après que Pilate a prononcé la sentence, Jésus est chargé de Sa croix et monte au Golgotha. Sur ce chemin, Il reçoit d’innombrables moqueries, et les soldats Lui posent une couronne d’épines en se moquant : « Salut, roi des Juifs ! » (Jn 19.2-3). Pourtant, la figure de Jésus portant la croix manifeste paradoxalement la majesté du Roi véritable. La puissance du monde bâtit son autorité par la force, la richesse et la violence. Mais Jésus s’est chargé de toutes nos souffrances et de tous nos péchés, révélant ainsi la nature même du Royaume de Dieu. Les récits évangéliques insistent sur le fait que Jésus s’approchait des pauvres, des faibles, des pécheurs rejetés. Le Royaume de Dieu n’est pas un lieu où l’on est servi et vénéré, mais un espace régi par l’amour, le service, la justice et la sainteté. Le pasteur David Jang rappelle dans ses messages que « la royauté du Christ a été fondée dans la souffrance et le sacrifice ». Le Roi Jésus s’est abaissé à la dernière place, révélant la valeur unique du Règne de Dieu.

Si la croix apparaît, du point de vue humain, comme un scandale et un échec, elle est, pour la foi, l’endroit où se manifestent pleinement l’amour et la justice divins. Dans Jean 19.16, Jésus se voit finalement condamné à mort et conduit au supplice. On ne peut mesurer la somme des insultes et des tourments qu’Il a dû endurer. Pourtant, c’est en traversant toute cette souffrance qu’Il a accompli notre salut. Par Sa résurrection, Il a triomphé définitivement de la mort, réalisant ainsi ce qu’annonçaient déjà les Psaumes et les prophètes au sujet de ce « Roi juste ». Une telle victoire ne s’obtient pas, comme l’imagine le monde, par la force militaire ou la puissance, mais par le service et le don de soi.

À partir de là, demandons-nous ce que cet Évangile change concrètement dans nos vies.

  • Premièrement, nous devons nous garder de l’écart qui peut exister entre le formalisme religieux et l’hypocrisie intérieure. Les chefs juifs, soucieux de ne pas se souiller en entrant dans le prétoire tout en menant Jésus à la crucifixion, en sont l’exemple frappant. Cela nous amène à nous interroger : « Sommes-nous attentifs à remplir nos obligations religieuses et nos rites tout en négligeant les actes concrets de charité et de justice ? » Le pasteur David Jang met l’accent sur la nécessité d’un examen de conscience : « Même si nous semblons irréprochables dans nos pratiques, ne trahissons-nous pas Jésus dans notre cœur chaque jour ? » Plus nous nous habituons à la vie d’Église, au service, et à la participation au culte, plus nous risquons de verser dans un ritualisme vide où la forme l’emporte sur la sincérité.
  • Deuxièmement, il est impératif d’apprendre à écouter Jésus, « Roi de la Vérité », pour Lui obéir. À la question de Pilate : « Qu’est-ce que la vérité ? », Jésus n’est pas resté silencieux, car Il avait déjà annoncé : « Mon royaume n’est pas de ce monde » et « Quiconque est de la vérité écoute ma voix ». Le vrai souci, c’est que Pilate ne voulait pas entendre ni comprendre cette parole. Il était focalisé sur l’ordre public et sur sa propre situation. Même constat pour nous : pris par la recherche du profit, la crainte de perdre nos avantages ou notre renommée, nous pourrions sacrifier la vérité. Or, être « de la vérité » implique d’emprunter résolument le chemin du Christ : celui de l’amour, du pardon, du service, du renoncement à soi et de la résurrection. Selon le pasteur David Jang, « la croix n’a pas pour but de nous rendre confortables, mais de nous briser afin de nous élever vers la vie nouvelle ».
  • Troisièmement, la comparution de Jésus devant Pilate met en évidence l’obéissance absolue de Jésus. Dans le jardin de Gethsémané, Il a prié : « Mon Père, s’il est possible, que cette coupe s’éloigne de moi ! Toutefois, non pas ce que je veux, mais ce que tu veux » (Mt 26.39). Il a accepté la volonté du Père. La crucifixion était, humainement parlant, la plus atroce des douleurs. Pourtant, Jésus a gardé le silence devant Pilate, se contentant de dire : « La coupe que le Père m’a donnée, ne la boirai-je pas ? » (Jn 18.11). L’obéissance de Jésus est un modèle pour tous les croyants. Dans maintes situations de la vie, notre volonté peut entrer en conflit avec celle de Dieu. Choisir la voie de Dieu n’est jamais facile. Il arrive qu’on doive subir moqueries, critiques, voire pertes financières ou réputationnelles. Néanmoins, tout comme Jésus est entré dans la gloire de la résurrection après avoir parcouru le chemin de la croix, nous goûterons aussi à la joie et à la vie si nous embrassons la volonté de Dieu.
  • Enfin, nous devons réfléchir à la manière dont nous accueillons Jésus, l’Agneau pascal véritable. Les chefs juifs ont déclaré qu’ils n’avaient « pas le droit de mettre quelqu’un à mort », mais ont fait crucifier Jésus par les Romains. Paradoxalement, la mort de cet « Agneau de Dieu » est devenue l’élément central de la rédemption pour l’humanité entière. Dans l’Exode, le sang de l’agneau pascal, appliqué sur les linteaux des portes (Ex 12.13), a préservé les Israélites du fléau et leur a permis de sortir de l’esclavage. Jésus accomplit pleinement cette figure : Son sang nous offre la rédemption. « Voici l’Agneau de Dieu qui ôte le péché du monde » (Jn 1.29) proclame Jean-Baptiste, et la crucifixion montre bien qu’Il est le Rédempteur. Grâce à Sa chair et à Son sang (Jn 6.53-57), nous recevons la vie nouvelle et entrons dans une alliance éternelle. Il est impensable de limiter notre foi à des apparences ou à des rites. C’est dans l’union au Christ et dans l’expérience concrète de la puissance de Son sang que se situe la véritable vie chrétienne. Sans cela, nous passerons à côté de l’essentiel de la foi, à l’image de ces chefs religieux qui ont refusé Jésus tout en s’attachant à un rituel extérieur. Le pasteur David Jang nous rappelle sans cesse que « la Pâque s’accomplit pleinement dans la croix et la résurrection ; si nous désirons vraiment connaître la liberté et le repos, nous devons nous soumettre radicalement à Jésus comme Maître de notre vie. »

Au bout du compte, Jean 18.28 à 19.16 met en exergue comment, en allant vers la croix, Jésus dévoile l’astuce et la cruauté des hommes, tout en démontrant la solidité du plan de salut de Dieu. Pilate, redoutant les troubles et soucieux de ses intérêts, finit par se détourner de la vérité. Les chefs religieux, prisonniers de leur zèle hypocrite, rejettent la vie véritable. Cependant, personne ne peut arrêter cette offrande sacrée : Jésus subit la croix – ce supplice le plus infamant qui soit – à notre place, pour briser le pouvoir du péché et de la mort. Pilate, qui avait demandé « Qu’est-ce que la vérité ? » sans réellement chercher la réponse, demeure aveugle. Mais nous, nous confessons que la vérité est en Jésus, qu’Il est Lui-même la Vérité. Cette confession fonde notre foi. Nous savons aussi que la mort de Jésus ne se limite pas à révéler la gravité du châtiment que mériterait notre péché : elle constitue pour nous un chemin vers la vie et la résurrection. Une fois que nous le réalisons, nous ne pouvons que louer et obéir à Jésus.

Devant la croix, demandons-nous : « Écouterai-je vraiment la voix de Jésus, qui est la Vérité ? Ne suis-je pas tenté, comme Pilate, de faire prévaloir les contraintes sociales ou politiques, ou bien, comme les chefs juifs, de dissimuler ma violence ou ma haine sous un habit religieux ? » Si nous accueillons Jésus, l’Agneau pascal, avec sincérité, notre vie sera marquée, jour après jour, par la méditation de Sa mort et de Sa résurrection, nous faisant ainsi partager la joie du Ressuscité. Le pasteur David Jang rappelle que cette foi en la résurrection constitue l’ossature de la communauté ecclésiale. C’est en elle que l’Église puise la force de vivre la justice, l’amour, le pardon et la réconciliation. Si l’Église se limitait à des cérémonies ou à une organisation institutionnelle, elle passerait à côté du cœur même de l’Évangile : la puissance de la croix et de la résurrection.

Ainsi, le fait que Jésus ait comparu devant Pilate n’appartient pas simplement au passé. C’est une question qui nous est posée aujourd’hui : « Quelle attitude adoptons-nous face à la vérité ? Comment participerons-nous à la souffrance de Jésus ? Comment accueillerons-nous la grâce de la croix ? » Malgré la profondeur du péché humain et les ruses déployées, Dieu a révélé et vaincu le mal par le don de Son Fils. Ni Pilate ni les chefs religieux, avec leurs faux-semblants et leurs manipulations, n’ont pu faire obstacle à la mission rédemptrice de Jésus. De même, si nous nous laissons gagner par l’amour de la croix, nous pourrons sortir du mensonge et du péché. Cette grâce est offerte à tous ceux qui acceptent de ne pas répéter l’hypocrisie des chefs religieux ou l’aveuglement de Pilate, mais de vivre au contraire dans la puissance de la résurrection, dans la paix et la liberté véritable. Tel est le grand message de Jean 18.28 à 19.16, et la vérité fondamentale sur laquelle le pasteur David Jang n’a cessé d’insister dans ses sermons et ses études bibliques. Bien que Jésus soit innocent, Il a enduré la plus atroce des morts pour nous sauver. C’est pourquoi cette Bonne Nouvelle demeure l’espérance ultime offerte à tous. La vérité nous affranchit (Jn 8.32) et se révèle, dans toute sa force, par l’amour crucifié et la victoire de la résurrection du Christ. Ne passons pas à côté de cette vérité, ne la laissons pas s’étioler ni nous sembler banale, mais redécouvrons-la chaque jour pour qu’elle renouvelle notre existence. Alors la croix nous touchera à nouveau, la joie de la résurrection nous transformera, et nous pourrons vivre pleinement en tant que personnes « appartenant à la vérité ».

www.davidjang.org

站在彼拉多面前的耶稣——张大卫牧师


1. 站在彼拉多官邸前的耶——的背景人性的邪

约翰福音18章28节到19章16节的经文,记述了耶稣站在彼拉多面前所经历的漫长审问与对话过程。仔细阅读这段经文,我们会强烈感受到人类罪性的黑暗与上帝救恩计划的展开是如何同时显明的。约翰福音的作者对此过程进行了详尽且细腻的描述,强调耶稣并不仅仅遭受犹太宗教领袖的诬陷,还被移交到当时掌控世界霸权的罗马法庭,最终遭受惨烈的十字架刑罚。因此,当我们阅读这段经文时,应当深切默想耶稣所经历的巨大苦难之含义。同时也要省察:我们的信仰是否也会不知不觉中陷入伪善的假面,失去真正的虔敬?并且,这种伪善最终能发展到何等程度?张大卫牧师也多次指出,这段经文的重要性在于让我们看到:形式化的宗教和人心的诡诈虚伪,如何遮蔽了真正的真理。

经文从黎明时分开始叙述:耶稣被犹太宗教领袖带离该亚法的法庭,押往彼拉多所在的官邸(约18:28)。夜色渐渐褪去,天色已亮,但耶稣仍旧被捆绑和羞辱,走向另一个审判场所。在这之前,从亚那的住处到该亚法的家,再到官邸,耶稣一路上饱受侮辱与暴力,走过了漫长而孤独的路程。约翰特别捕捉到耶稣这种孤独与寂寞。事实上,若是门徒真能忠心,他们本该与主同行,但他们却四散逃离。此刻,我们也必须反省自己的信仰:我们口口声声说与耶稣同行,然而当主最痛苦、最绝望的时候,我们是否也曾让祂孤零零地站在一边?我们是否在教会群体或个人信仰生活中,打着与主同行的旗号,却走上了自以为是、自我中心的道路?对此,我们务必要时刻警醒。张大卫牧师在多篇讲道与著述中都提出过同样的问题:“耶稣走上那孤独的道路时,我们怎样才能与祂同行?”他强调,这不仅是受难周或大斋期才短暂思考的议题,而是应当在日常生活每个瞬间都能与主的孤独和苦难同感、同思。

另一个令人震惊的对比是:那些把耶稣带进官邸的犹太宗教领袖,为了“守住逾越节的洁净”,他们自己却不进罗马衙门(约18:28)。这正是极其虚伪和可憎的表现。他们是犹太人的“领袖”,负责解释神的律法,引导百姓走向正途。然而,他们心中对耶稣的仇视与杀机已然满溢,却还坚持“若进入外邦人的院子就会不洁”的礼节。他们想要在“逾越节”这个盛大节日保持表面上的敬虔,但与此同时,却对上帝的儿子怀着仇恨与阴谋,坚决要除掉祂。他们保持外在虔诚的宗教礼仪,却甘愿犯下严重且本质上的罪恶。耶稣正是那真正的逾越节羔羊(林前5:7),祂的身体和宝血才为我们开了通往上帝的道路,但这些人却把耶稣交给外邦总督彼拉多,这不仅是对旧约弥赛亚预言的全然误解,更是为掩饰自己罪恶而祭出的极端两面手法。张大卫牧师对此种宗教虚伪时常给予严厉提醒,认为今日教会和信徒也应引以为鉴。他尖锐地发问:“我们是否也用各种外在义务和形式来定义信仰生活?看似崇拜无缺、礼仪洁净、节期隆重,实际上却对内心的罪与双面性视而不见?”

紧接着的经文(约18:29起),彼拉多出到外面问犹太人:“你们控告这人什么事呢?”对彼拉多而言,他必须先确认这名被交给他的囚犯,是否真的触犯了罗马法律。但犹太人的回答却是:“这人若不是作恶的,我们就不把他交给你”(约18:30),这并未明确说明耶稣违反了哪条罗马法,只是模糊地声称“祂是恶人,所以交给你了”。彼拉多于是说:“你们带他去,按你们的律法审判吧。”他们却回答:“我们没有杀人的权柄”(约18:31)。这说明他们对耶稣没有半点怜悯,目的只有一个:就是置祂于死地,并且要借罗马的死刑——十字架——来执行。这样,他们既可以达到让耶稣“死得更痛苦、更羞辱”的目的,又能避免自己直接背负血债。这一幕令人不寒而栗,也极其悲哀:宣称敬畏神、追求圣洁的宗教领袖们,竟对耶稣怀着如此深的仇恨,渴求“杀人的权柄”。其实,他们本可以像日后对司提反那样用石头打死祂,但显然,他们想让耶稣承受更残酷、更耻辱的刑罚——十字架刑。这已超越一般误解或冲突的范畴,折射出人性罪恶的终极形态。

约翰福音18章32节中写道:“这要应验耶稣所说,自己将要怎样死的话。”意思是,耶稣被送进外邦人的法庭——罗马总督彼拉多面前,正应验了旧约的预言和耶稣本人多次预告的十字架之死。耶稣曾多次提到“人子必须被举起来”(约3:14, 12:32),此处的“被举起”就是被挂在十字架上。如果耶稣没有被交到罗马手中,祂或许会被乱石打死。但最终,祂却遭受了古代社会中最残酷、最羞耻的刑罚——十字架刑,这是犹太人的狡计和罗马残暴刑制结合的结果。张大卫牧师在阐释这段经文时常提到:“人类想出了最恶毒的方式来杀害上帝的儿子,但十字架却也成为上帝成就完全救赎的地方,这是福音的奇妙反转。”人类的罪越深重,上帝的救恩计划就越发显明。

因此,耶稣的死绝非偶然或仅仅是人类阴谋的结局。上帝甚至能将人类最极端的邪恶也纳入祂的救恩计划中,如同旧约约瑟的故事(创50:20)所显示的:哥哥们的恶意最终反倒成就了更大的拯救。同样地,耶稣被钉十字架的事件早已在上帝的预定中成为赎罪之路的一部分。人类的罪不可能因此被开脱,但上帝却在主权之内,掌管一切,成就善工。在彼拉多审问的过程中,我们也面临了一个“耶稣到底有罪吗?”的本质问题。答案再清楚不过:祂毫无罪过,人们也找不出任何确凿的罪名。可是,最终却让“最凶恶的罪人”才会得到的刑罚落在了祂的身上——这正是基督教福音的核心所在。

当彼拉多问耶稣“你是犹太人的王吗?”(约18:33)时,耶稣反问:“这话是你自己说的,还是别人论我对你说的呢?”(约18:34)。其意在于:这真是你想探寻的真相,还是你只是在复述他人的指控?彼拉多显然没有深入思考,他回说:“难道我是犹太人吗?”(约18:35)。对彼拉多而言,所谓犹太宗教内部的弥赛亚争议并不重要,他只在意耶稣是否犯了反罗马的叛乱罪或暴动罪。他也问道:“你的本国人和祭司长把你交给我,你到底作了什么事呢?”言下之意是:“我并不关心这宗教争议,但他们如此恨你,你究竟干了什么?”

路加福音22章66-68节也记载了相似的审讯情境。耶稣回答说:“从今以后,人子要坐在神权能的右边”,等同宣告了祂的弥赛亚主权。然而,犹太领袖当时并不打算听取任何真理或救恩,他们已预设要除掉耶稣,只是在寻找罪名来执行判决。时至今日,情况也常如此:若心门已封闭,没有真正的求真欲望,只想着为己见寻求佐证,真理即便再明确,也不会被接受。这正是罪性所带来的僵化与敌意。张大卫牧师在解读这段经文时也指出:“当我们阅读神的话语时,如果心中充满先入为主与骄傲,就无法得到真悟。最终只能像彼拉多或那些祭司长一样,在忙于满足个人欲望的过程中,与真理擦肩而过。”

其实,彼拉多也并非真正想追寻真理,他更关注的是如何在政治上妥善处理此事。他曾利用逾越节释放囚犯的惯例,试图将耶稣释放,并且公开宣称“我查不出他有什么罪来”(约18:38)。但犹太人以“若释放这个人,就不是该撒的忠臣”来威胁彼拉多(参约19:12),迫使他做出了违心的决定。他担心暴乱爆发,也害怕自己在政治上的地位受损,于是下令把耶稣处死。在这里,我们看见彼拉多内心的恐惧以及对世俗权力的执着。他虽一度有过伸张正义的念头,但最终还是屈从于政治压力,背弃了真理。人在面临权势与利益的考验时,往往会放下所谓的原则与道义。彼拉多曾象征性地“洗手”以示清白(太27:24),但他其实并不无辜,因为他明知真理却不去遵行。

这样,我们在约翰福音18章28节到19章16节之间,看到的“人性图景”大致可分为两类:一类是以宗教热心为外衣、合理化暴力与杀戮的虚伪者。他们非常看重表面上的圣洁、节期与礼仪,甚至说“我们没有杀人的权柄,所以请罗马来执行死刑”,以免沾染血腥,似乎还能保持自己“守节”的干净模样,但实际上却在积极推动谋杀上帝的儿子。另一类则如彼拉多,只对真理保持一种形式性的关注,最后出于政治权谋与自保而选择无视真理。他或许不像祭司长们那样怀有深深的恶意,但同样因为害怕失去权位而对真理视若无睹。这两者的罪行本质虽不同,却都是植根于人性罪性的显现。张大卫牧师曾总结说:“宗教领袖的罪和世俗掌权者的罪,都使真光和真理的主——耶稣受到了冷落与苦难。但令人敬畏的是,正是在这样的苦难中,主成就了对我们的救恩。”因此,我们应当深思:自己是否像彼拉多那样面对真理却徘徊不决,与现实妥协?或者像大祭司们那样,假借圣洁之名作出了残酷的定罪?我们应当彻底检点自身。


2. 理之王耶的信仰回

继续读下去,会看到彼拉多与耶稣的对话从“你是犹太人的王吗?”延伸至“真理是什么?”(约18:37-38)。彼拉多问“真理是什么?”时,耶稣其实已经事先宣告“凡属真理的人,就听我的声音”。也就是说,耶稣在彼拉多发问前,就已经说明了“祂自己就是那真理,凡属真理者能听见祂的声音”。从约翰福音的整体脉络看,耶稣早先就说过“我就是道路、真理、生命”(约14:6),这里的“真理”不仅是概念,而是指耶稣自己。对彼拉多而言,“真理”或许太抽象,或者说毫无实际意义。他只是个需解决政治、行政问题的总督,并非哲学家或神学家。因此,他的“真理是什么?”未必源于真正的求知欲,而可能带有某种冷嘲:“你所说的‘真理’,在现实政治中有何用?”

但我们须记得,真理从不是一个概念或观念,而是在耶稣基督里活生生地彰显,并在祂的教导与作为中具体呈现。也就是说,真理就是爱,是为拯救罪人而甘心走上十字架牺牲的上帝之心。因此,彼拉多那一句“真理是什么?”最终耶稣以十字架的死来作回答。我们在福音书中清楚看到:耶稣的死亡并非犹太教权势与罗马政治权势联手之下的“无奈牺牲”,而是祂甘愿将自己交托,彰显上帝之爱的主动呈现。从人的角度看,这似乎是失败或羞辱,但属灵意义上,却是最明确的得胜。耶稣确实是“犹太人的王”,也是万国万民的王,但祂登上王位的方式,与世上统治者靠暴力与镇压建权的模式截然不同,乃是以服事与牺牲显明王权。十字架上,耶稣宣告“我的国不属这世界”(约18:36参考),表示祂并不以罗马、大祭司所追求的政权和霸权方式来治理。

这位真正的王,为被罪和死亡辖制的人类背负了十字架。三日后,祂从死里复活,战胜了死亡,赐给信祂之人新的生命。那我们又该如何向这真理作出信仰上的回应呢?张大卫牧师在多篇讲章里,常引用“凡属真理的人,就听我的声音”来强调“聆听并顺服的信仰”。真理不只是头脑里的抽象认同,而是能深深抓住我们的全人格,进而改变我们的生命。如今我们也可能像彼拉多那样,对“真理是什么?”抱以某种冷漠或嘲讽;在被各种现实困境和利益考量裹挟时,偏向用世俗的衡量方式来决定立场;又或者像那些大祭司与众人,外表虔诚却出于自利与排他性,而走向暴力与冷酷。然而,耶稣乃是真王与真理,属祂的人将超越短暂易逝的权势与享乐,仰望永不改变的生命之道。

当耶稣被彼拉多宣判后,祂背着十字架走向各各他,那过程中充满了嘲笑与讥讽,兵丁还给祂戴上荆棘冠冕,嘲弄地呼喊“恭喜犹太人的王”(约19:2-3)。但正是在这沉重十字架的背影里,反而彰显了真王尊严的反转。世俗权力往往依赖武力、财富和排斥,来稳固自身地位;耶稣却把人类所有的暴力与罪恶背负在自己身上,为我们开启“神的国度”的真义。正如四福音所不断证实的,耶稣亲近贫穷人、软弱人,与罪人在一起,怜悯被社会排斥的人,以此宣告:上帝的国度不是用凌驾和威慑来统治,而是用爱、圣洁和公义来掌权。张大卫牧师也常提醒:“基督的王权是以苦难和牺牲为基础的。”从王者甘心谦卑到底这一事实,我们应重新发现“神国”独特的价值观。

从世人的眼光看,十字架的道路充满羞辱与失败;但从信仰的角度看,这却是上帝爱与公义完全彰显之处。约翰福音19章16节记述了耶稣最终被判处死刑,背负十字架上路。在那一路上,耶稣遭遇了多少嘲弄与苦痛,可祂却甘之如饴,成就了我们的救赎,并在复活中击败了罪恶和死亡。正如旧约诗篇与先知所预言的那位“公义之王”,在此得以完全实现,也成为我们引以为荣的得胜。但这得胜并非藉武力或军队或权势,而是藉服事、怜悯与自我牺牲。

那么,这福音故事对当下我们的生活究竟提出什么挑战呢?首先,我们要时时提防宗教形式主义与内心虚伪之间的落差。犹太领袖们自诩在逾越节要保持洁净,不肯踏入外邦人的官邸,却不惜将无辜的耶稣推上十字架。在这里,我们也当自问:“我是否也热衷宗教仪式和敬拜的外壳,却对真正的爱与公义的实践无动于衷?”张大卫牧师常提醒:“我们可能外在礼仪都正确,却在心里天天背叛耶稣。”当教会生活日渐熟悉,参与事工和敬拜成了习惯,最危险的就是只剩下形式,失去初爱和真诚。

其次,属真理的人要留心倾听耶稣的声音。彼拉多问“真理是什么?”时,耶稣并非回避,而是已先表明:“我的国不属这世界”、“凡属真理的人,就听我的声音”。问题在于彼拉多并没有真的去探究这话背后的意义,他只在意“怎样平息纷乱”。即便认出耶稣无罪,他也因为恐惧失去政治地位而放弃伸张真理。我们今天也可能在金钱、名誉、个人安逸的诱惑或恐惧之下,向不义妥协。若属真理,就当甘心跟随耶稣的话语:那是爱、饶恕、服事之道,也是藉着舍己而得复活的道路。张大卫牧师指出:“十字架并不是为了让我们安逸,而是要破碎我们,将我们带向更高层次的生命。”

第三,耶稣在彼拉多面前所遭受的惨烈受难,充分体现了祂对天父旨意的彻底顺服。耶稣在客西马尼园曾祈求:“我父啊,若可行,求你叫这杯离开我;然而不要照我的意思,只要照你的意思”(太26:39),随后祂完全顺服上帝。人性角度看,这无疑是极端痛苦的抉择,十字架更是残酷。但耶稣在被带到彼拉多面前期间,大多保持沉默,也不主张自己的清白或诉说冤屈,只是坚持:“我岂不应当喝父所给我的杯吗?”(约18:11)。祂的顺服示范了所有信徒应有的生活方式——当我们的意志与上帝的旨意冲突时,若选择“主的道路”,必然并非易事,可能要付出损失,甚至遭受讥嘲或误解。但就像耶稣经过十字架之苦,最终得享复活之荣耀,我们若也顺服神,终将领受永恒的生命与喜乐。

最后,我们必须思考如何真正接受这位逾越节真羔羊耶稣。犹太领袖曾说“我们无权处死任何人”,从而把耶稣交给彼拉多,好让祂被钉十字架,流血舍命。讽刺的是,这“羔羊之死”却成为整个人类罪得赦免的赎罪事件。就像出埃及记记载的逾越节,当羊羔的血涂在门框上时,灭命的使者越过那家(出12:13),以色列也因此经历出埃及的大拯救。如今,耶稣成就了逾越节羔羊的真义,祂的血使我们得以脱离罪的捆绑。施洗约翰看见耶稣时曾宣告:“看哪,神的羔羊,除去世人罪孽的”(约1:29),这在十字架事件中被完全印证。我们藉着主的身体和宝血(约6:53-57)得着生命,与祂立下新约。若我们仅满足于守节日、行礼仪,却在内心抵挡耶稣,就会重蹈大祭司们的覆辙,偏离信仰的根基。张大卫牧师多次强调:“逾越节的圆满完成就在十字架和复活里;唯有彻底让耶稣成为我们生命的主,我们才能在祂里边享受真正的安息与自由。”

总之,约翰福音18章28节到19章16节这段漫长的经文,核心信息是:耶稣在走向十字架的过程中,揭示出人性之阴险与残酷,但同时也彰显了上帝坚定不移的救赎计划。彼拉多因政治算计与惧怕而拒绝真理,犹太领袖们则借宗教热心与虚伪绝情抗拒了真生命。但无人能阻止这神圣的牺牲。耶稣用极度羞辱与痛苦的十字架之刑,替我们承受了罪与死的权势。彼拉多曾问:“真理是什么?”却没有真正寻求答案;而我们知道,真理就在耶稣里,且就是耶稣自己。我们要以信心接纳这个真理,把它当作信仰的根基与一切。更重要的是,耶稣的受死并非仅仅显示我们的罪该受何等审判,也同时藉着复活为我们带来生命的盼望。当我们明白这一点,就会情不自禁地向主发出赞美与顺服之心。

现今,在十字架面前,我们要扪心自问:“我是否真的在聆听那位真理之主耶稣的声音?会不会像彼拉多一样,只顾眼前的权势、利益和安全,或如那些宗教领袖般只停留在外在敬虔却拒绝真理?”如果我们真心接纳耶稣这位逾越节真羔羊,就必天天默想祂的死与复活,并在祂的复活生命里得享喜乐。张大卫牧师指出:复活信仰是教会合一的根基,也是我们在世上活出天国价值的动力。若教会事工只剩下宗教活动和组织管理,就无法真正敞开爱、正义、饶恕与和好的大门;唯有在十字架与复活的深切确信里,才能散发出福音的大能。

耶稣曾站在彼拉多的官邸里受审,这不只是历史事件,更是对现今我们如何面对真理、如何与苦难同在、如何接受十字架恩典的终极提问。人性纵然邪恶狡诈,但上帝却藉着祂的儿子揭示并解决了罪的问题。就如彼拉多与犹太领袖的欺骗与虚伪,也无法阻挡耶稣的救赎计划;当我们被十字架的爱抓住,就能被带离罪与虚假,走向自由与生命。当一个人真切领受这恩典,便不会再像彼拉多那样对真理置若罔闻,也不会像大祭司那样陷于伪善,而是在复活大能里享受真正的平安与自由。这正是约翰福音18章28节到19章16节给予我们的深刻信息,也是张大卫牧师在多年来的无数讲道与释经中反复强调的核心真理。那位无罪的耶稣以最残酷的方式死去,正是为我们的救赎;因此,这福音对全世界而言都是敞开的盼望之门。真理必叫人得自由(约8:32),而这真理就在站在彼拉多官邸中的耶稣身上,并在祂的十字架之爱与复活大能中具体彰显。让我们不要忽视、也不觉得厌倦这真理,而是每日重新回味十字架,重温复活的喜讯,归属于真理之人生命的改变也将在其中不断绽放。

www.davidjang.org